A estas alturas del año pasado, los Cleveland Cavaliers presumían de un balance de 23-4 y parecían con diferencia el equipo más dominante del Este. Que esta temporada no iban a alcanzar semejantes cotas a nivel de resultados en este primer tramo del calendario era algo que podía preverse. Pero que iban a estar a años luz, eso ya sí que no entraba en los pronósticos.
Y es sin embargo lo que está ocurriendo, especialmente después de la derrota sufrida esta madrugada a manos de los Chicago Bulls. Los de Ohio no solo han caído, sino que lo han hecho con relativa facilidad por 127-111 pese a enfrentarse al equipo menos en forma del Este, lo que, tras firmar un balance de 3-7 en los últimos 10 choques, los hace desplomarse hasta la novena posición de la conferencia. Lo cual, si no es motivo para empezar a hacer sonar algunas alarmas, se queda cerca.
Inicio esperanzador
Siete minutos. Ese fue el lapso de tiempo en el que el cuadro de Kenny Atkinson ofreció una imagen prometedora. Entre los triples de Garland y Tyson y las canastas de Allen en la pintura, los Cavaliers firmaron un parcial de salida de 16-28 con el que parecían tomar las riendas del choque y empezar a recuperar las buenas sensaciones que tanto tiempo llevan desaparecidas. Y sin embargo, a partir de ahí todo malas noticias.
A partir de ahí, la batuta la llevó Josh Giddey, que con su triple-doble de 23 puntos, 11 asistencias y 11 rebotes ayudó a los Bulls a recuperar la frescura del inicio de curso y a firmar su mejor actuación en semanas. Acompañado por Coby White y Nikola Vucevic, autores de 25 y 20 tantos respectivamente, el australiano hizo a Chicago recordar lo que era parecer un equipo solvente, lo que era jugar con contundencia. Y eso, ante estos Cavs, fue suficiente no solo para ganar sino para dominar.
Josh Giddey: Chi-Town's playmaker!
— NBA (@NBA) December 18, 2025
🔴 23 PTS
🔴 11 REB
🔴 11 AST
🔴 5 3PM
🔴 @chicagobulls W
He is the first player in Bulls franchise history to record a triple-double with 5+ 3PM! pic.twitter.com/KIXJFp6zE9
Y es que, tras recuperar la desventaja inicial durante la primera mitad, los locales asestaron el primer golpe serio al encuentro con un parcial de salida de 24-13 con el que abrieron la segunda mitad, un parcial que les permitió ponerse 15 arriba. Un parcial forjado por la anotación interior de Vucevic, los triples de White y los pases de Giddey pero en el que fue también importante el juego sin balón de Okoro. El ataque de los Bulls volvía a fluir. Por fin, parecía que el equipo volvía encontrarse.
Verse 15 abajo no fue suficiente para tumbar a los Cavaliers, que de la mano de Donovan Mitchell trataron de regresar al encuentro, pero sí sirvió para dejarlos con poco margen de error. Y cuando llegó un nuevo parcial local en el último cuarto, de nuevo con Giddey como director y Vucevic como ejecutor, ya no hubo respuesta. Esta vez la diferencia se catapultó hasta los 19 puntos y Atkinson no pudo hacer otra cosa que sentar a sus hombres importantes pensando en el próximo encuentro.
Este, en dos días, volverá a medir a ambos equipos, esta vez en Cleveland. Y más le vale a los de Ohio que la historia no se repita también allí. O habrá que hacerse preguntas muy incómodas sobre el devenir del proyecto.
Bajas, pero…
Cierto es que los problemas de lesiones no han ayudado a los Cavs, que se plantaron en el United Center sin Mobley, Strus y Merrill entre otros y que llevan toda la temporada con problemas de bajas y con ausencias de una u otra índole. Pero aunque esto hace entendible la magnitud de su caída, no la explica por completo. Su baloncesto ha estado lejos del de la temporada pasada incluso cuando la plantilla ha estado casi al completo, y ahora mismo la sensación no es de que todo volverá a la normalidad en cuanto Mobley y Strus regresen al cinco inicial.
Parece que estas ausencias son, si acaso, más un agravante que la causa en sí. Así que en la franquicia tienen trabajo para identificar el motivo real de este, por ahora, decepcionante curso 25-26.
(Fotografía de portada: Matt Marton-Imagn Images)





