47 puntos estériles: la exhibición del Curry más solitario

Stephen Curry se enfrentaba anoche a uno de los partidos más complicados de toda su carrera. Partía sin Durant, máximo anotador del equipo; sin Klay, su eterno compañero en el Splash y en las malas; y sin Looney, siempre dispuesto a sumar. Le acompañaban Iguodala y Cousins, que habían viajando de Toronto a Oakland en silla de ruedas y se encontraban en un estado físico alejado del 100%. Le alentaban miles de personas a la espera de que obrase un milagro que solo él podía llevar a cabo. Y tenía ante sí a unos Raptors sabedores de que la posibilidad de recuperar el factor cancha nunca estaría tan a mano. El más difícil todavía.

Todo esto invitaba a pensar dos cosas desde antes de arrancar el choque: que veríamos un grandísimo Curry y que quizás no sería suficiente. Dicho y hecho. Con 47 puntos en su haber, el base jugó el mejor partido de su vida en unos playoffs, pero lo hizo más en solitario que nunca y con una inusitada dificultad para encontrar ayuda que acabó pesando más que su enorme talento.

A lo Robinson Crusoe

O a lo Chuck Noland. O como cualquier otro personaje no particularmente acompañado con quien quieran compararlo. Stephen se pasó la noche en busca de aliados que nunca llegaron a aparecer, y mientras trataba de encontrarlos se dedicaba a anotar una canasta tras otra para mantener a su equipo en un partido que estaba llamado a perder desde el salto inicial. No fue capaz de evitar la derrota, pero sí de alargar todo lo posible el momento en que esta se hizo inevitable. Visto el hándicap con el que partían los Warriors y el gran nivel que exhibieron los Raptors, no es poca cosa.

La tónica del encuentro quedó bastante marcada desde el inicio del mismo. Curry fue autor de 12 de los primeros 14 de Golden State, suyos fueron los 5 primeros tiros de campo convertidos por los de Kerr, y fueron necesarios más de 11 minutos para que los Warriors lograran una canasta en juego que no estuviese anotada ni asistida por él. En resumen, el de Akron participó directamente en 24 de los 29 tantos de los suyos en el primer cuarto. Y la cosa no quedaría ahí.

Con 14 tiros de campo anotados y 7 asistencias repartidas, Steph fue artífice de 21 de las 36 canastas de su equipo, esto es, un 58,3%. Además, durante muchos tramos del partido su cifra anotadora correspondía aproximadamente al 50% del total de los puntos del equipo, porcentaje que se quedó finalmente en un 43,1% una vez que los canadienses rompieron el marcador. Por último, cabe destacar que anotó tantos triples (6) como el resto de sus compañeros juntos, aunque con un acierto mucho mayor (6/14 contra 6/22).

El club de los nueve

Esta magnífica actuación convierte a Curry en el noveno jugador de la historia en anotar 45 o más puntos en un partido de las Finales de la NBA. El de los Warriors se une a Elgin Baylor, Rick Barry, LeBron James, Bob Pettit, Allen Iverson, Wilt Chamberlain, Michael Jordan y Jerry West, aunque estos dos últimos lo hicieron hasta en tres ocasiones. Sus 47 puntos quedan registrados ahora mismo como la octava mejor marca anotadora en un encuentro de la ronda final por el anillo.

No obstante, de estos jugadores solo dos lograron su hazaña en una derrota: LeBron James con sus 51 puntos en el Game 1 de las Finales del año pasado, y Jerry West, que se fue de forma estéril hasta los 45 puntos tanto en el segundo partido de las Finales de 1965 como en el cuarto de las de 1966. No deja de ser curioso que en poco menos de un año hayamos visto las dos mejores actuaciones sin premio de la historia.

Único en su especie

«Steph ha estado increíble» dijo Kerr en rueda de prensa, algo en lo que quizás haya que incidir por absurdo que parezca. Dadas las numerosas ausencias en Golden State, este estaba llamado a ser un partido monstruoso para Curry, lo que anuló en parte el factor sorpresa, como si fuese lo que le tocaba hacer. Si a esto se le suma que no ha servido para ganar, quizás alguno pueda calificar esta exhibición como intrascendente. Pero no. Meter 47 puntos en unas Finales nunca es normal o intrascendente. Ahí están los datos para demostrarlo.

Pero Kerr no se quedó ahí: «Hace cosas que, honestamente, creo que nadie ha hecho antes». El técnico no va desencaminado, pues de la mencionada lista de nueve jugadores que han alcanzado los 45 puntos en un partido, nadie lo había hecho con tantos triples como Curry, dato que, conociendo la trayectoria del base, no resulta especialmente sorprendente. Si los de Oakland consiguen dar la vuelta a la serie, este podría ser el año en que por fin se haga con su primer MVP de las Finales, aunque para ello necesitará algo más de compañía.

(Fotografía de portada: Ezra Shaw/Getty Images)


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