Bogdan Bogdanovic se pone la corona de los Kings

Bogdan Bogdanovic es el futuro de Sacramento Kings. Con mayúsculas. Si hablamos del más puro lado etimológico del término aglosajón ‘franchise-player’, así lo es. Es poner la primera piedra, que es él, y luego edificar. Y ya se puede hablar de ello con sólo unos meses en la ciudad californiana, así es la brusca desesperación por buscar referentes que se está forzando en el equipo morado.

Los Kings son un equipo sin orden ni concierto desde hace muchos años. Se ha llegado a pensar incluso el cambio de ciudad visto que la franquicia era flexible ante cambios drásticos. Ahora, con el indio Vivek Ranadivé al mando, hay una estructura más definida pero no menos caótica o con más visos de funcionar. Un nuevo pabellón, una nueva apariencia, un nuevo tiempo. Pero los mismos errores. Si los Timberwolves llegan —como se supone— a los playoffs de esta temporada romperá una sequía (la más larga de la NBA) de 14 años sin hacerlo y dejará el marrón a unos Kings que acumularán en ésta su 12ª campaña sin alcanzar la postemporada.

En los jóvenes se ve una esperanza. Lo están fiando todo al talento que sacan del Draft, como es lógico. Y, como apoyo, han fichado a una serie de veteranazos como Zach Randolph o Vince Carter de los que los de una menor edad pueden aprender casi todo. Precisamente con Carter estaba fascinado: «Debutar con un mate sin ser yo un matador y habiendo sustituido en aquel partido a Vince Carter fue lo más». Pero nunca sabes quién es el que va dar con la tecla de la adaptación, y a uno a los que señala el serbio como uno que le ayudó mucho a aclimatarse es George Hill (pese a que no quería estar en el equipo y al final salió traspasado): «No le tenía que preguntar, me lo decía todo con la mirada y con palabras que pudiera entender. Aprendí mucho de él», apunta. Bogdanovic cuenta que ha aprendido inglés jugando a videojuegos y escuchando música de diversos géneros, aunque la fluidez la adquirió jugando en Turquía.

El plan con él es nítido, está bien tirado, funcionaría sobre el papel… pero no ha llegado el momento de la explosión ni se le espera (aún).

Sin embargo, todo confluye en Bogdan Bogdanovic. Se está convirtiendo, semilla a semilla, punto a punto, en la cara de la franquicia de ídem a sus aficionados. Un joven europeo que ya brilla en el primer año, que deja destellos de talento y fotografías para la historia. ¿Dónde se ha visto eso antes? El espejo está en la propia franquicia.

Referencias cercanas

No es casualidad. Nada lo es con esta historia de Bogdan Bogdanovic en los Kings. Para empezar, por lo último: que se pensara en él como el novato mejor pagado de la historia. Los sueldos se han inflado, sí, pero alguien tiene que ser el que esté en lo más alto de la lista. Las primeras informaciones hablaban de 36 millones por 3 años, aunque al final fueron 27 por esas 3 temporadas. Llegaba de ser el líder del Fenerbahçe, de mamar de los pechos de Zeljko Obradovic y de culminar un proyecto forrado de dinero con el premio más querido: la Euroliga. La expectación estaba ahí y se tenía que plasmar, como al final ocurrió, en la cuenta bancaria.

Volviendo a la historia empezando por el revés, ahora remontando un poco más hacia atrás, está la marca. ¿Cuál? La que quiere crear Vlade Divac, que ejerce un doble cargo en la franquicia pero el más importante es el que no está en los escritos: ser la mano derecha del propietario. Lo que él ve como visión es lo que se hace. Y Bogdanovic es parte de esa historia. La otra pata de la mesa es otro ilustre europeo de la historia king: Peja Stojajovic. Ambas leyendas serbias fueron fichadas cual caída de un dominó en 2015, un año después de que Sacramento adquiriera los derechos de Bogdanovic en el Draft 2014. Los Suns le eligieron, pero vieron que ya tenían demasiado talento en las posiciones exteriores como para forzar la llegada de uno más. Esa decisión fue la mejor noticia para un Bogdanovic al que, tres años después, ya se le exigía llegar a la NBA. De la mano de los dos serbios, todo era más convincente para él de cara a ser el cabeza de cartel.

Cuenta Ailene Voisin, la insider de The Sacramento Bee que cubre a los Kings, cómo Geoff Petrie presionó de buenas maneras en 1998 a Stojakovic -yendo a Grecia a verle jugar con el PAOK- cuando el primero era mánager general de la franquicia para que el alero se marchase rápido a Estados Unidos a jugar. Esa labor ha pasado de manos, con Stojakovic y Divac estando encima del nuevo serbio de la casa para hacerle ver que debía dar el salto. Divac, de hecho, asegura que «es el mejor jugador de Europa» a día de hoy. El relevo generacional y nacional no puede ser más claro.

El líder de Serbia

Dejando de lado las comparaciones con los Saric, Doncic o quien quiera que aparezca en las quinielas, el talento de Bogdanovic como europeo puntero es indiscutible. Se vio perfectamente en el All-Star 2018, donde atrajo todas las miradas ganando el MVP del ‘Rising Stars Challenge’ (un partido en el que lo único que tiene valor es precisamente eso, ser el que se lleve a casa ese trofeo). Supuso su bautizo de fuego con la parroquia norteamericana.

Bogdan Bogdanovic, uno de ésos con nombre redundante, es de Serbia. No hay que confundirle con Bojan, como suele pasar, que es de Croacia. Bogdan lidera a una Serbia que ha encadenado, como buen país de legado baloncestístico, varias generaciones medio solapadas de muchísima calidad. Desde 2002, cuando estaba Peja Stojakovic y fueron campeones mundiales, han tenido problemas para llegar lejos hasta este último lustro, en el que se han metido junto a España en la pelea por intentar destronar a Estados Unidos. Y ahora, ya con la intermitencia de hombres que han liderado esa selección en el pasado como Miroslav Raduljica o Milos Teodosic, el puntal también se llama Bogdan.

Jugador-franquicia

El camino de los Kings va a ser tortuoso. Nada garantiza que no vayamos a ver algún traspaso gordo de algunos de sus buenos jóvenes como Buddy Hield o Skal Labissiere, pero perder en ese camino a Bogdan Bogdanovic significaría la muerte de este proyecto tal y como se ha planteado.

Bogi (que así quiere que le llamen), uno de los que se ha apuntado a la fiebre del yoga y es un habitual del «World of Warcraft», es un chico sencillo. Un chaval de ciudad, Belgrado, que ahora vive el sueño de la NBA en una casa alquilada a la que ha llevado también a sus padres. Pero sobre sus alargados hombros está una responsabilidad que puede sobrellevar: devolver a los Kings al trono.


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