Carmelo Anthony: motivos para creer

Discutido, inconsistente o volátil. Todas ellas palabras que han acompañado a una de las mayores estrellas de la NBA actual. Al tiempo que el inicio de la temporada regular se acerca cada día un poco más, Carmelo Anthony tiene ante sí la oportunidad de silenciar a todos aquellos que todavía dudan de su status como jugador de la auténtica élite de la Liga.

Y es que Melo nunca ha conseguido contar con el beneplácito general de los siempre exigentes fans de la NBA. Capaz de anotar 30 o más puntos en cualquier noche desde el inicio de su carrera en el profesionalismo, Anthony ha fracasado en el intento de estar a la altura de las expectativas desde su llegada a los Knicks de New York, justo donde éstas son más altas.

Pero quizá estemos a las puertas de un cambio de rumbo en su camino, y todavía no nos hayamos dado cuenta. Puede que este año sea el Career Year de Carmelo Anthony. Motivos, existen de sobra:

No más Linsanity: ¿Por dónde empezar, sino? Podemos debatir si Melo y Jeremy Lin pueden o no coexistir en un mismo sistema ofensivo hasta llenar de canas nuestro pelo. Lo que no podemos, sin embargo, es ignorar lo sucedido en los Knicks cuando, al final del curso pasado, uno de los dos estuvo fuera de la rotación.

Dicen los hechos que durante el 12-5 final con el que New York cerró la pasada regular season (sin Lin, e incluyendo victorias contra Chicago o Miami), Anthony se pusó a la franquicia a sus espaldas y demostró por primera vez que este es su equipo. Dicen los números que, en estos 17 últimos partidos, Carmelo Anthony promedió 29,1 puntos por encuentro. Imaginemos ahora cómo puede desarrollarse el juego de Melo ahora que Lin ya no está.

Que nadie olvide que Melo fue fichado por New York para ser la estrella de la ciudad. El fenómeno Linsanity surgió sin nadie esperarlo, se multiplicó a la velocidad de la luz y, obviamente, incomodó a Anthony dentro de la pista. Es momento ahora de demostrar a la gente que Anthony es uno de los mejores 10 jugadores que juegan a esto.

“Pass-first” point guards: Jeremy Lin no merece todas las críticas que a menudo recibe, dicho sea de paso. Pero es justo reconocer que no es un base cuya primera opción sea el pase. La mayoría de sus asistencias en los Knicks venían después de penetración, una vez las defensas se cerraban contra él. Pero esta manera de atacar va a sufrir importantes cambios en la próxima temporada con la llegada de Jason Kidd, Raymond Felton y Pablo Prigioni a la Gran Manzana.

Como resultado de ello, Anthony volverá con naturalidad a su rol de primera opción en lo ofensivo, dejando de tener que luchar por la simple posesión del balón. Éste le va a llegar, y si alguna fortaleza tiene el juego de Melo es la capacidad que éste tienen de generarse sus propios tiros.

Ojito derecho de Mike Woodson: La mala relación entre Anthony y D’Antoni llegó hasta tal punto que parecían estar constantemente midiendo cuál de los dos era un mejor activo para la franquicia. Tras media temporada, el gurú ofensivo perdió la batalla y fue apartado del vestuario.

Con la llegada de Mike Woodson en el puesto de D’Antoni, vimos en Carmelo una actitud hasta entonces desconocida. Sue esfuerzo en subir el nivel defensivo fue encomiable, emparejándose a menudo con el mejor anotador rival con orgullo y determinación, al tiempo que temperaba su ball handling y mejoraba su selección de tiro.

Woodson vio desde el principio en Anthony a un jugador capaz de rendir tanto en el small como en el power forward. Y a diferencia de otros muchos jugadores, que suelen incomodarse cuando se les saca de su posición natural, Anthony mostró una voluntad adaptativa en beneficio de los intereses del conjunto. Algo, dicho sea de paso, a lo que los que seguimos a Melo desde su llegada a la NBA no estábamos acostrumbrados.

Aunque Amar’e Stoudemire será siempre una buena opción de conseguir grandes volúmenes de anotación, nadie duda que será Anthony al que el equipo recurra cuando el marcador esté apretado.

Confianza de los compañeros: Como apunta el último párrafo, Carmelo Anthony se ha ganado la confianza de los que juegan a su alrededor. Sus actuaciones en partidos grandes y su acierto en el clutch time han hecho el trabajo por él.Y esto es especialmente importante para Melo, por ser como es un jugador cuyo estilo de juego requiere altas dosis de confianza en sus compañeros, pues éste se basa principalmente en tener el balón en sus manos, lo que requiere buenas cantidades de entendimiento de aquellos.

Ya conocemos a Melo. Te va a atacar saliendo de dribbling, jump shot tras jump shot. Y lo que es más importante, sea cual sea el resultado, siempre en modo ataque. Si los Knicks no confían en que Anthony mejorará el rendimiento del equipo en base a lo que mejor sabe hacer (meter canastas), la química se vendrá abajo y los resultados serán desfavorables.

Pero afortunadamente, su equipo sabe que Carmelo Anthony es un anotador único, merecedor de depositar la confianza sobre sus espaldas cuando la situación así lo requiera.

El efecto Team USA: Existe una tradición, contrastada con numerosos y recientes ejemplos, que habla de que los jugadores que han participado con la USA Basketball en alguna competición internacional de nivel durante un verano, experimentan una mejora en su juego y sus estadísticas en la siguiente temporada.

Desde el inigualable nivel de exigencia interna, hasta el estar rodeado cada día de los mejores talentos baloncestísticos, ser seleccionado por el Team USA significa a menudo subir un escalón en cuanto al nivel de expectativas hacia un jugador. Y no será Carmelo Anthony una excepción.

Más allá de su compromiso con el seleccionado norteamericano (que se remonta a 2004), más allá de algunas portentosas actuaciones (su partido contra Nigeria es ya historia del Olimpismo) y otras decisivas aportaciones en momentos importantes de partidos ajustados, o incluso más allá de los 16,2 puntos (en un remarcable 53% de acierto en el tiro) y 4,8 rebotes por encuentro; si algo hemos aprendido de Melo en estos pasados Juegos Olímpicos es que ha desarrollado portentosamente una capacidad, hasta hace relativamente poco inexistente, de adaptarse al rol que sea mejor para el conjunto.

Su papel en los Knicks no será el que tuvo este verano en Londres. Será más exigente. Pero ahora sabemos que no tan solo Kevin Durant tendrá un serio competidor en el título de máximo anotador de la NBA en 2013, sino que Carmelo Anthony sabe, puede y debe dar a New York lo que la franquicia necesita de él en pista, tal como hizo con Mike Krzyzewski.

Primera pretemporada completa con los Knicks: A pesar de que los caminos de Carmelo Anthony y los New York Knicks se juntaron en 2011, Melo y sus compañeros nunca han tenido una pretemporada “normal “ y completa para construir la química necesaria entre ellos. Un traspaso a media temporada en 2011 y el lockout del pasado verano así lo atestiguan.

Como resultado, los jugadores de los Knicks se han tenido que adaptar a las tendencias de juego de Melo de forma improvisada. Hasta ahora. Anthony y Amar’e Stoudemire tienen por fin una pretemporada completa para desarrollar sus sinergias ofensivas, aspecto éste clave en el devenir de la franquicia. En lo defensivo, y no menos importante, el propio Amar’e podrá esta vez entrenar conceptos con Tyson Chandler en la pintura.

A más y mejor preparación, mayores opciones de perfección. Y Carmelo Anthony puede esta próxima temporada demostrarlo, al tiempo que realiza su más seria intentona hacia su primer MVP.


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