¿Cuál es el peor equipo de la historia de la NBA?

Los Detroit Pistons de la temporada 2023-24 son al baloncesto lo que Lord Voldemort y el actor secundario Bob al infanticidio. Lo que el coyote a la caza del correcaminos. Lo que Gran Bretaña al arte culinario. Han ganado los mismos partidos en toda la liga regular que Taj Gibson, quien parecía retirado hasta el pasado viernes. Y sin embargo, todavía hay un par de escalones más que pueden descender hasta el Olimpo de la vergüenza de la NBA.

Determinar cuál es el peor equipo de la historia de la competición no es una labor tan sencilla como podría parecer, pues hay distintos factores a considerar. Pero si hay algo en común entre todos ellos, es que el nombre de los de Michigan aparece siempre en la zona destacada. Por tanto, vamos a repasar los diferentes criterios a tener en cuenta, qué equipos los encabezan, y qué necesitan hacer los de Monty Williams para liderar cada una de las estadísticas más infames de la liga y convertirse en el WOAT (Worst Of All Time) de forma unánime.

Racha de derrotas

Perder muchos partidos de forma consecutiva es uno de los indicativos más claros de que un equipo no está para grandes cosas, especialmente en una liga con un calendario tan sobrecargado en la que, aunque sea por puro accidente, parece imposible no ganar nunca. Descansos de las estrellas, segunda noche de un back to back, último partido de una gira, día inspirado en el tiro… Hay muchos motivos por los cuales pillar por sorpresa a un rival mejor sobre el papel y rascar un triunfo de vez en cuando, algo que incluso los proyectos más mediocres y los tankings más descarados han conseguido.

Pero Detroit no gana desde el 28 de octubre, una infame racha que ya copa titulares y que convierte en un acontecimiento cada encuentro que juega el peor equipo de la liga. Llegados a este punto, nadie quiere ser conocido como el que perdió contra estos Pistons, que suman 24 tropiezos consecutivos y que están a las puertas de la historia.

Los Cleveland Cavaliers de la temporada 2010-11 y los 76ers de la 13-14, con 26 derrotas seguidas, son los únicos planteles en la historia que han encadenado más partidos sin ganar. Y si combinamos dos temporadas, Philadelphia llegó a enlazar 28 entre el final de la 14-15 y el inicio de la 15-16. Datos terroríficos. De los que los de Monty no están demasiado lejos.

Su próximo encuentro, en casa ante unos Jazz que juegan la noche anterior en Cleveland, se antoja como una especie de Finales de la NBA de la vergüenza. Porque no ganar ese partido no solo les dejaría a una derrota de ser historia en el peor sentido de la palabra, sino que obligaría a hacerse la pregunta de en qué contexto puede este equipo vencer a alguien. ¿Habría que esperar a la visita de los Spurs al Little Caesars Arena del 10 de enero?

Número de victorias

Pero incluso si la racha se corta antes de batir el récord, la temporada continúa y hay más partidos que jugar. Y ya ha quedado claro que ganarlos no es el punto fuerte de este equipo, como prueba su balance de 2-25 que está haciendo que el rendimiento de Wizards y Spurs esté pasando desapercibido. Y no es sencillo hacer tanto ruido como para que pase desapercibido el sonido de una campana rodando escaleras abajo.

La cifra más baja de victorias a lo largo de toda una liga regular data de 1948, cuando los Providence Steamrollers ganaron solo 6 partidos, pero es un dato con trampa dado que por aquel entonces se jugaban solo 52. De igual manera, no podemos tener en cuenta a los inolvidables Charlotte Bobcats de 2012, que ganaron solo 7 pero que, al tratarse del año del cierre patronal, lo hicieron en una temporada de 66 encuentros. Por tanto, la comparación más justa con los actuales Pistons serían los 76ers (que se están erigiendo como coprotagonistas del artículo) de 1973, que terminaron con un balance de 9-73. El perfecto reverso tenebroso de los Warriors de 2016.

¿Puede Detroit empeorar este resultado? Al ritmo actual, desde luego. Cabe imaginar que, al menos por vergüenza, tratarán de evitar semejante desastre, aunque sea a base de arañar victorias en las últimas semanas de la temporada regular, cuando otros rivales estén ya dando descanso a sus estrellas para los playoffs o sacando los tanques a las pistas para mejorar sus opciones en la lotería del draft. Pero empeorar ese 9-73 es ahora mismo una posibilidad real, sobre todo debido al siguiente factor.

Porcentaje de victorias

Ya que no todas las temporadas han tenido el mismo número de partidos, quizás lo más justo sea relativizar el número de victorias al de encuentros disputados. Y si se ajusta de esta manera, los Pistons van en un ritmo absolutamente histórico.

Los mencionados Bobcats de 2012 ganaron solo un 10,6% de sus duelos, lo que, según esta estadística, los convertiría en el peor equipo de la historia de la liga. Por lo que sea, aquel ambicioso proyecto comandado por Corey Maggette y Gerald Henderson solo resultaba dominante si se le daba la vuelta a la clasificación. Pero lo de Detroit este año es un ‘quita que tú no sabes’ de manual.

Con un porcentaje de victorias del 7,4%, nadie tose por ahora a los de Michigan en este sentido, lo que refleja que, si tomamos este baremo como referencia, van, en efecto, en ritmo de ser los peores en pisar una cancha de la NBA. De nuevo, este ritmo de 2 triunfos en 29 partidos supone tal despropósito que podemos imaginar que la única opción que les queda es mejorar. Pero eso pensábamos también cuando terminó noviembre. Y aquí estamos.

Net rating

Sin embargo, se podría argumentar que el número de victorias y derrotas puede llegar a ser un tanto engañoso. Que un equipo absolutamente infame puede rascar un par de triunfos en encuentros irrelevantes pese a ser apalizado el resto de noches, mientras que otro equipo mejor podría no tener esa suerte en el calendario, enfrentarse hasta el 82º encuentro a equipos que se están jugando algo y, pese a competir de tú a tú, perder con más frecuencia. Y es entonces cuando la diferencia de puntos puede aportar algo de luz.

El net rating, que ajusta esa diferencia a cada 100 posesiones para no depender tanto de la velocidad a la que se juega en cada época, es aún más justo, y aunque los Pistons no salen bien parados, la cosa podría ser aún peor. Con -11,7, son el peor equipo de la última década en este sentido, pero están aún lejos de los verdaderos maestros de la derrota, de los auténticos artesanos de la no victoria. Si quieren dominar también esta estadística, todavía les queda bastante por empeorar. Porque, como en toda disciplina, en el arte de no ganar partidos no solo importa el qué sino el cómo.

Los Bobcats de 2012 vuelven a la carga con un arrollador net rating de -15,4 puntos, pero encuentran competencia en un equipo del que no hemos hablado hasta ahora: los Mavericks de 1993. Los texanos maquillaron ligeramente su temporada gracias a dos victorias en los dos últimos partidos ante dos rivales que tenían la mente puesta en los playoffs o en las vacaciones, logrando un balance de 11-71 que resultaría terrible en condiciones normales pero que al lado de lo que hemos visto parece propio de los Bulls de Jordan. Pero cuando perdían, perdían como dios manda, y de ahí su net rating de -15,1 que les convertiría en el segundo peor equipo si tomáramos este dato como referencia.

Los Pistons han hecho méritos de sobra para entrar en este debate, pero con 55 partidos por delante tienen todavía tiempo para salir de él o para dominarlo por completo. La temporada es larga. Pero más larga se puede hacer en Detroit si no empiezan a revertir una dinámica que los ha situado a la par de las plantillas menos eficaces jamás vistas en la NBA.

(Fotografía de portada: Gregory Shamus/Getty Images)


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