De Edwards a LeBron: 17 años entre aspirantes a campeón

«La cima se alcanza a distintas edades, sabe. Tengo la oportunidad de ser grande y la tengo ahora». Con este cierre ponía el remate a ...

Foto del autor

Por Enrique Bajo

Publicado el

«La cima se alcanza a distintas edades, sabe. Tengo la oportunidad de ser grande y la tengo ahora».

Con este cierre ponía el remate a su discurso el joven prodigio del tenis de tan sólo 16 años, Marco Mendoza, a fin de convencer al gran Harvey Specter para que le consiguiera la emancipación y poder hacerse profesional, contra los expresos deseos de su padre, en la serie ‘Suits‘.

Dentro de un equilibrio delicado y caprichoso, el esfuerzo se impone al talento en casi cualquier situación y estadío de la vida. Como en todo, hay recodos y excepciones. El tenis, deporte individual por antonomasia, es uno de ellos. La NBA, donde individualidad y equipo confluyen, es otro.

En la Liga de las ligas, la disciplina del esfuerzo puede ayudarte a llegar, a llegar más pronto e incluso a llegar más lejos. El talento, por descontado, ni se discute. Joel Embiid, vigente MVP del circuito regular y una de las grandes figuras del milenio, agarra su primer balón (para no soltarlo) a la edad de 15 años en el campamento de su compatriota Luc Mbah a Moute, celebrado en su ciudad natal, Yaoundé (Camerún). Al año siguiente, arranca su plan exprés para hacerse jugador de básquet profesional. Talento intravenoso y arrollador para el máximo anotador del momento (34,6 puntos). —Para más, ‘The Scallenge’ o las diabluras de Fred VanVleet–.

Reglamento: el súbdito del talento

Y es que sin talento (un talento tan insultante y bien direccionado que amanse el jet lag, excuse la fiebre estadística y alimente debates veraniegos y vacuos sobre cómo distribuir el salary cap) la NBA es un producto vacío. Un producto muy difícil de vender más allá de sus fronteras y donde el Comisionado desempeña un papel crucial en su labor de hacer del talento que aglutina algo hipnótico al fan de cualquier rincón del mundo, soltando o tensando cable a discreción.

Un baile reglamentístico tan dinámico como peliagudo y que exige de fenomenales reflejos y una amplia visión mercantil.

George Mikan, Wilt Chamberlain, Charles Barkley, Reggie Miller, Shaquille O’Neal o James Harden son historia de la Liga por muchos motivos, entre ellos el haber forzado cambios en la normativa para tratar de contener su ingente talento (y picaresca…) en ataque, mientras que también Shaq (Hack-A Shaq) o los Bad Boys 2.0 los provocaron en ámbito de la defensa.

Todo los cambios con un mismo fin: armonizar el juego para que las estrellas luciesen pero no abusasen. Entretener a la grada pero con el ‘buyilling estético y estadístico’ como particular línea roja.

En esos cambios, la NBA no supo anticiparse a la segunda retirada de Michael Jordan, y el show de los 90 (diga lo que diga el Tote) no fue el mejor si la cosa iba de traspasar naciones y cautivar al aficionado.

El libro de reglas de entonces permitía un fuerte braceo en la zona exterior, menguando la habilidad de penetrar de bases y escoltas y coartando el poder del dribbling. El pace bajó a mínimos históricos con las 87,9 posesiones de los Pistons, campeones de 2004, como colofón a un lustro de dictadura en la botella. La guinda dinástica tras las Torres Gemelas de los Spurs y el three-peat de los Lakers sustentando en un Shaquille para el que no existía antídoto alguno.

Cada posesión era una cucharada de valium que anestesiaba el partido y con ello el interés del espectador. Y aunque tarde, la NBA reaccionó por fin. Primero con su regla de los tres segundos defensivos de 2001, y luego con la prohibición del hand checking de 2004, es decir, el uso y abuso de las manos en la defensa perimetral. El giro esquemático fue radical e inmediato, con los Suns de D’Antoni del ‘Seven Seconds Or Less’ como la avanzadilla de pizarras donde predominaba el ritmo alto, el movimiento sin balón, los bloqueos indirectos y, finalmente, el Moreyball, esto es, la obsesión casi ludopática por la búsqueda del triple.

El básquet de Naismith, aún con sus lunares, volvía a enamorar desde la aceleración. De 2004 al 2023 el ritmo regresa de las 90 a casi 100 posesiones, los MVP’s dejan de ser territorio exclusivo de pívots y ala-pívots (Barkley, Robinson, Malone, Duncan, Garnett, O’Neal) y empiezan a repartirse entre artistas que apenas alcanzan los dos metros de estatura, y bestias acostumbradas a cuerpear de espaldas al aro empiezan a salir de la botella y aventurarse con sus primeros triples abiertos, reacuñando la definición del ‘5’ y su zona de influencia, revelándose un center moderno y ágil, con bote, visión de juego y un sólido tiro exterior (¿Magic, eres tú?).


¿Cuándo se alcanza ‘el prime’?

Cuando Adam Silver sustituye a David Stern como nuevo Comisionado de la NBA en 2014, lo hace en pleno welfare reglamentístico y deportivo. El circuito es un reino de taifas que echa chispas (el albor de los superequipos), entregado al auge competitivo donde el trono de campeón vive envuelto en fauces de muchos quilates, pues a él aspiran enormes jugadores generacionales, la mayoría en la cúspide de sus carreras (LeBron, Curry, Durant, Leonard, Harden, Westbrook…).

Ahora bien, ¿qué es eso de la cúspide baloncestística de un jugador? ¿Cómo la medimos exactamente? ¿Existe una fórmula o hay que tratar cada caso por separado?

Si volvemos al exordio inicial, al ejemplo del tenis, la intuición nos dice que es más sencillo extraer conclusiones relativas al ‘prime’ de un atleta en un deporte individual (obviemos los dobles) de 1vs1. Además, por su naturaleza, esquiva otras balas propias de deportes de equipo que arrastran causas exógenas de poderosa influencia (el draft, los entrenadores, los límites salariales, el fair play financiero, el rol del jugador, los traspasos, la química de grupo…).

Sin embargo, contra los estudios que fijan el pico de rendimiento del circuito ATP en torno a los 24-25 años, donde físico y veteranía se entrecruzan en su punto más alto, tres tipos absurdamente irrepetibles (Roger Federer, Rafael Nadal y Novak Djokovic) hace tambalear la totalidad del algoritmo y que Pete Sampras, Boris Becker, Bjorn Borg o John McEnroe parezcan estrellas cuyo rendimiento cayó en picado.

Dicho esto, cada disciplina, aún con sus hitos y rarezas, tiene unos márgenes dentro de los cuáles se espera que un jugador ofrezca lo mejor de su carrera. Un camino precedido por una serie de variables (salud, disciplina, mentalidad, paciencia, aprendizaje, humildad, ambición) que si se cumplen en su mayoría, harán que la única variable que no se negocia, el talento, eclosione con todo su potencial.


Según este artículo de Dartmouth Sports Analytics, los competidores de la NASCAR alcanzan su mejor versión rondando los 39 años, ya que las demandas físicas propias de la disciplina (fuerzas G muy elevadas) se soportan bien aún a estas edades, mientras que la habilidad y experiencia es algo que no deja de premiar el paso del tiempo.

De la NBA, que es lo que aquí nos interesa, colocan ‘el prime’ en el segmento de los 26-28, lo mismo que cualquier otro portal que se ha dedicado a investigar la cuestión. Para explicar que, a diferencia del tenis (donde todo apunta a que esa edad va en aumento), el dato sigue vigente y no va rumbo de quedar obsoleto, recurre a tres cracks intergeneracionales.

Así, Michael Jordan gana su primer anillo y MVP de las Finales a los 27 años, con una de las temporadas individuales más eficientes de la historia (31,5 puntos y 5,5 asistencias con un 53% de acierto en el tiro); Lebron James firma en la campaña de sus 28 (2012-13) una de las mejores de su carrera, con su segundo mejor PER (31,6) y mayor Offensive Win Share (14,6), además de ser doble MVP y campeón de la NBA; hablar del Stephen Curry de 27 años significa hablar de su segundo mejor curso anotador (30,1), del récord histórico de triples anotados en una temporada (402), del 73-9 y de sus segundas Finales consecutivas por el título.

Pero claro, la grandeza no va sólo ligada a esplendor del ‘prime’, sino a la longevidad del mismo. A la tenacidad y capacidad por aguantar en la cima. La durabilidad es factor inherente a la grandeza.

  • Jordan gana su sexo anillo con 35 años (y quien sabe si cae el séptimo de haber querido).
  • LeBron ganó el cuarto, el de 2020, a unos meses de cumplir los 36.
  • Curry se alza con su título más reciente a los 33, ganando su primer MVP de las Finales.

Actualmente, tanto LeBron como Curry son los puntales de sus respectivos equipos y razón por la cual se les considera justos aspirantes (que no favoritos) al título. Y como ellos, otros jugadores de su arco coetáneo, lo mejor de unos drafts donde la mayoría de sus miembros colgaron las zapas tiempo ha, resisten cercanos a la élite de sus carreras, peleando por no despegarse de su mejor versión y en disposición de comandar una última marcha de los Ents.

Para clarificar esto y darle contexto, hagamos un rápido repaso:

JUGADORES EN ACTIVO EN LA NBA DE MÁS DE 35 AÑOS

Draft 2003: LeBron es su último superviviente.
Draft 2004: Finito. Niet. Zero. Sus últimas espadas en la Liga han sido Dwight Howard, Andre Iguodala y Trevor Ariza.
Draft 2005: Don Chris Paul.
Draft 2006: Kyle Lowry y P.J. Tucker como únicos complementos de calidad (¿sin last dance para Rudy Gay?)
Draft 2007: Kevin Durant como única estrella. Siguen en la rueda Al Horford, Mike Conley, Jeff Green y Thaddeus Young.
Draft 2008: Russell Westbrook, Kevin Love, Eric Gordon, Danilo Gallinari, Brook Lopez, Nicolas Batum, DeAndre Jordan.
Draft 2009: Stephen Curry, Patrick Beverley, Patrick Mills.

JUGADORES CON PRESENCIA EN LA NBA DE MÁS DE 32 AÑOS

Draft 2009: Blake Griffin, James Harden, DeMar DeRozan, Jrue Holiday.
Draft 2010: *John Wall, Gordon Hayward, Paul George.
Draft 2011: Kyrie Irving, Klay Thompson, Alec Burks, Marcus y Markieff Morris, Kawhi Leonard, Nikola Vučevic, Tobias Harris, Reggie Jackson, Jimmy Butler, Bojan Bogdanovic.
Draft 2012: Damian Lillard, Draymond Green, Khris Middleton. (La mayoría de miembros que sobreviven de este draft tienen 30 años todavía; son los Davis, Beal, Drummond, Barnes, Reaves o Fournier. El resto están retirados o jugando en otras ligas).

Son 11 años de drafts, o lo que es lo mismo, 660 jugadores seleccionados, y apenas he podido nombrar a 40, varios de ellos con alfileres. Para lo que nos sirve esto, más allá de los hechos, es para engrandecer más si cabe proezas como las de Durant, Paul, Curry o Westbrook, siendo importantes (o imprescindibles) en sus franquicias y el carácter de contenders que le otorgan a estas.

Y directamente, alienigeniza a LeBron James.



Edad de los All-Star, All-NBA y MVPs

A día de hoy, como indicaba antes, el presunto punto de apogeo se enclava entre los 26 y los 28, un segmento avalado por el perfil de edad de quienes disputan el All-Star, situado en los 26,5 años, y la edad media de quienes figuran en los quintetos All-NBA al terminar la campaña, 27,7.

El MVP de temporada regular, por su parte, escala hasta los 27,9 años. Una cifra que fluctúa y parece decrecer, pues tenemos que irnos hasta el 2008 para encontrar a un MVP que roce la treintena: fue Kobe Bryant, quien lo ganó a sus 29 años de edad. Poco después vino la anomalía, el MVP de D-Rose, a sus 22 años. Y desde entonces la juventud no para de ganar terreno.

  • MVP 2019: Antetokounmpo (24)
  • MVP 2020: Antetokounmpo (25)
  • MVP 2021:Jokic (26)
  • MVP 2022: Jokic (27)
  • MVP 2023: Embiid (28)

En cuanto a los quintetos All-NBA, estos suelen ser un buen reflejo (mucho mejor que el All-Star) de la entrega del testigo a la siguiente generación. De la abdicación de unos y el ascenso de otros.

Así, el First All-NBA de 2022 aparenta ser de los de punto de inflexión. Tras años acostumbrados a repetir varios nombres de carrerilla (James, Harden, Curry, Leonard, Davis…) vemos como ninguno de ellos repite en primera línea de parrilla, de la que entonces se adueñaron Antetokounmpo, Tatum, Jokic, Booker y Doncic. Al año siguiente más de lo mismo, con el cambio de Booker y Jokic por Embiid y SGA.

¿La media de edad los dos últimos First All-NBA Team? 26,2. ¿Campeones de la NBA? Dos de ellos únicamente. Giannis y Jokic.

¿Candidatos al anillo de este 2024?

Lo más sensato, por eso de los sesgos, es tirar de casas de apuestas para estos cálculos. Contrastando cuatro ‘de las grandes’ (Foxsports, BetMGM, Fanduel y VegasInsider) así como de la calculadora de predicciones de ESPN, debemos inferir que el orden de aspirantes al título 2023-24 se debatirá, de mayor a menor favorito, entre:

Probabilidad de anilloEquipoEstrellas y cuasi-estrellas (edad)
Boston CelticsJayson Tatum (26*) Jaylen Brown (27), Jrue Holiday (33), Kristaps Porzingis (28)
Denver NuggetsNikola Jokic (29*), Jamal Murray (27*), Michael Porter Jr. (25), Aaron Gordon (28)
Milwaukee BucksGiannis Antetokounmpo (29), Khris Middleton (32), Damian Lillard (33), Brook López (36*)
Phoenix SunsKevin Durant (35), Devin Booker (27), Bradley Beal (30)
L.A. ClippersKawhi Leonard (32), James Harden (34), Paul George (34*), Russell Westbrook (35)
Philadelphia 76ersJoel Embiid (30*), Tyrese Maxey (23), Tobias Harris (31)
Oklahoma City ThunderShai Gilgeous-Alexander (25) Chet Holmgren (22*), Josh Giddey (21)
Minnesota TimberwolvesAnthony Edwards (22), Karl-Anthony Towns (28), Rudy Gobert (31)
Los Ángeles LakersLeBron James (39), Anthony Davis (31*), D’Angelo Russell (28*)
10ºDallas MavericksLuka Doncic (25*), Kyrie Irving (32*)
11ºGolden State WarriorsStephen Curry (36*), Klay Thompson (34*), Draymond Green (33*), Chris Paul (39*), Andrew Wiggins (29*)
(* cumplirá la edad indicada antes de las Finales)

Por decencia, debo subrayar que en esta lista de aspirantes hay tres claros saltos en cuanto a las opciones (riesgo/beneficio) de hacerse con el campeonato.

  • El primer escalafón es para Celtics, Nuggets (campeón 2023) y Bucks (2021).
  • En el segundo, Suns, Clippers y 76ers.
  • En el tercero Thunder, Wolves y Lakers (2020).
  • Metidos con calzador, Mavericks y Warriors (2022).

La tabla de arriba –aunque para algunos el debate por el título no abarque más de dos o tres equipos–, viene a evidenciar que una nueva generación de jugadores empieza a levantar la voz y postularse seriamente y por vez primera como candidatos legítimos a dar la campanada. A los que no se bajan del burro (+32) y a los que por edad les toca, se suman esa terna que hasta ahora sólo sonaban para galardones y reconocimientos individuales pero que ya, por su precoz madurez y el liderazgo en sus equipos, resulta imposible ignorarlos para plantar cara en playoffs.

Luka Doncic, SGA, Anthony Edwards, los tres menores de 25, tocan arrebato y dicen que su hora puede ser ya. Algunos incluso echarán en falta otros equipos más curtidos en edad como los Kings de D’Aaron Fox (26) y Domantas Sabonis (27), los Pelicans de Zion Williamson (23), Brandon Ingram (26) y C. J. McCollum (32), o los Cavaliers de Donovan Mitchell (27), Darius Garland (24*), Evan Mobley (22) y Jarret Allen (26*) así cómo los jóvenes Grizzlies de Ja Morant (24) y Jaren Jackson Jr. (24). No voy a incluir a los Knicks aquí, lo siento.


El punto es que no parece tan disparatado que el anillo vaya a estar disputado por estrellas entre las que hay un salto de década y media, más de lo que dura la carrera de casi cualquier jugador del Hall of Fame.

Y aunque por edad, por haber llegado por fin su momento, más firmes que nunca avanzan los Celtics en su punto álgido de madurez, en su clímax de veteranía y fuerza, seguidos de unos Nuggets listos para revalidar el título con combustible de sobra, el corazón se niega a descartar varios first y last dances que culminen la temporada por todo lo alto.

Digan lo que digan los All-NBA, los postulados científicos y la reiteración estadística, la NBA de 2024 está más abierta que nunca gracias a jóvenes estrellas con hambre de éxito e interminables ‘primes’ que se niegan a morir.


Sólo en dos temporadas (1996 y 1998) la media de edad de los All-NBA superó los 30 años. Culpable de ello en 1998 fue Michael Jordan, de 34 años, acompañado por Karl Malone (34), Hakeem Olajuwon (34), Patrick Ewing (34), John Stockton (34) o Reggie Miller (32).

El curso siguiente, el del 1998-99, supuso un cambio total de guardia donde la media descendió radicalmente con Kobe Bryant (20), Kevin Garnett (22), Allen Iverson (23), Antonio McDyess (25), Jason Kidd (25) y Chris Webber (25) desvirgándose todos ellos en este honor.

La 2023-24 no sabemos que supondrá en términos de All-NBA, pero en cuanto a opciones de engarzarse el rey del roscón de final de primavera, pocas veces la Liga ha gozado de tan estupenda y amplia salud.

(Fotografía de portada de Tim Nwachukwu//Getty Images)

TE PUEDE INTERESAR