Hace apenas un mes la pregunta hubiera resultado absolutamente ridícula pero con el paso de las semanas ha vuelto a irrumpir de forma tímida en el seno de la NBA. ¿Puede Zion Williamson superar a Ja Morant en la carrera por el premio al Novato del Año?
¿Me he vuelto loco? Probablemente. Desde la temporada 1952-53 ningún rookie ha recibido el galardón después de disputar menos de 50 partidos. Y en el mejor de los casos, Zion tendrá la oportunidad de firmar un máximo de 37 apariciones si no se pierde ni un duelo hasta el final de la regular season.
Reduzcamos aún más la ecuación. David Griffin, vicepresidente de los Pelicans, afirmó antes de su debut que evitaría cualquier tipo de sobrecarga de minutos con el fin de mimar al máximo las rodillas de su incipiente estrella. De momento, ha promediado 29,9 minutos en los últimos cinco partidos pero ya descansó ante Indiana por precaución. Y no podemos descartar que el ex de Duke se pierda algún compromiso más hasta abril si para entonces en Nueva Orleans ya no se juegan nada. Porque, ojo, ahí reside la gran cuestión. El impacto de Zion ha sido inmediato por lo que, ¿podría ser tenido en cuenta para el ROY si finalmente los Pelicans lograran acceder a playoffs en lugar de los Grizzlies de Ja Morant? Quizá no esté tan loco, finalmente.
Ja Morant parte con una gran ventaja
Pero es así. El colchón del novato es considerable. Casi inamovible. El base se ha convertido en el gran catalizador del juego de unos Grizzlies que se han asentado contra todo pronóstico en la octava posición de la Conferencia Oeste.
Desde que Morant se perdiera cuatro partidos a principios de diciembre a causa de una lesión en la espalda, los Grizzlies presentan un balance de 22 victorias y 10 derrotas, 15 de dichos triunfos en los últimos 19 partidos. Un registro que cae hasta el 1-5 sin la presencia del ex de Murray State, quien lidera a los novatos en anotación (17,1 puntos) y asistencias (7,1).
Pero no solo son números. Morant brilla en términos estadísticas pero es su puesta en acción lo que ha conquistado tanto a aficionados como a compañeros y rivales. Su combinación de magia, creatividad, descaro y atletismo lo convierten en uno de los jugadores más dinámicos y divertidos de ver de toda la liga.
Después de que Memphis echara el cierre a una era con la salida de Marc Gasol y Mike Conley el pasado año, Morant ha adelantado plazos en el que se presuponía un pausado y paciente nuevo proyecto. Un currículum con todos los ingredientes para conquistar el ROY y que solo una histórica retahíla de exhibiciones de Williamson sería capaz de arrebatárselo.
El caso de Zion
Si alguien puede afrontar un reto de tal calibre ese es el mayor fenómeno que ha aterrizado en la NBA desde LeBron James. Con sus 198 centímetros y 130 kilos de peso, Zion Williamson posee una combinación de potencia, fuerza y destreza que nunca antes habíamos presenciado en alguien de su tamaño.
Williamson se ha ganado una reputación como uno de los finalizadores más potentes y devastadores de la competición, pero la delicadeza y estética con la que concluye muchas de sus acciones esconden su habilidad ofensiva más desconocido. Unos pies muy ágiles y un concienzudo control de su cuerpo que lo ayudan a romper hasta las defensas más férreas.
Compartir cancha con un gran acaparador de balón como es Brandon Ingram no le ha privado de firmar unos promedios de 22,1 puntos (con un 57,6% de acierto en tiros de campo) y 7,5 rebotes en sus primeros diez partidos en la NBA. Unos números que han sido favorecidos por la presencia en el roster de veteranos desinteresados como Derrick Favors, J.J. Redick y Jrue Holiday. Los Pelicans le han dado luz verde para asumir responsabilidades y él ha respondido con números e impacto en el juego.
Sin embargo, existe la posibilidad de que las restricciones de minutos puedan evitar que el número uno del draft amplíe su hoja de estadísticas. Además, como comentábamos antes, su ínfimo número de encuentros disputados jugará en su contra. En la temporada 2016-17, Malcolm Brogdon recibió el premio al ROY con unos promedios bastantes discretos (10,2 y 4,2 asistencias). Los 20,2 puntos y 7,8 rebotes de Joel Embiid en apenas 31 partidos fueron insuficientes para arrebatarle el galardón. Un desenlace que podría repetirse nuevamente esta campaña.
Aún así, hay tres factores que permiten que la puerta de Zion no se cierre del todo: la gran popularidad de Williamson como gran fenómeno de masas, la gran visibilidad que tendrá hasta final de temporada (ocho partidos televisados a nivel nacional ante tan solo uno de Morant) y el comodín de los playoffs. Actualmente, los Pelicans se sitúan en la undécima posición del Oeste a cinco partidos y medio de Memphis. Una distancia considerable, pero atentos al siguiente dato: según el portal Tankathon, los Grizzlies afrontarán el calendario más difícil hasta finales de temporada y, curiosamente, los Pelicans el más fácil de toda la NBA. Como punto central, el doble duelo que afrontarán ambos equipos los próximos 22 y 25 de marzo, en los cuales podría decidirse mucho.
Si Zion puede replicar su gran éxito en pretemporada y liderar a los Pelicans hasta la octava posición en lugar de los Grizzlies de Morant, quizá las discusiones sobre quién merece el premio al ROY pueden presentar un tono mucho más dubitativo. Principalmente, teniendo en cuenta que en Nueva Orleans comenzaron el curso con un devastador registro de 6-22. Todo es posible, ¿verdad?
Queremos saber tu opinión
Expuestos los argumentos e hipotéticas situaciones, es hora de dar comienzo el debate, querido lector. Así, ¿crees que Zion Williamson todavía tiene posibilidades de ser elegido Novato del Año si lidera a los Pelicans hasta los playoffs con buenos números?, ¿o la limitación de partidos disputados han cerrado cualquier tipo de oportunidad, haga lo que haga de aquí hasta final de temporada?
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(Fotografía de portada de Ethan Miller/Getty Images)