Aprovechando el Día de Acción de Gracias, desde The Ringer vieron la ocasión pintiparada para comprobar cuántas franquicias NBA debían estar realmente agradecidas.
Para ello –40 días y 20 partidos (aprox) después– desde el portal han hecho un análisis de su rendimiento.
¿En qué ha consistido este análisis? En una ponderación sencilla. Kirk Goldsberry, su hacedor, se han circunscrito a sus propios cálculos realizados durante la pretemporada, para a continuación poner al lado el porcentaje actual de victorias de cada equipo con el proyectado según las líneas over/under.
De juntar ambas cosas, la gráfica resultante y pintoresca de abajo.
Y para interpretarla, es vital saber de donde veníamos; o mejor dicho, de dónde creíamos venir.

Basta con tirar un poco de memoria para recordar qué se esperaba de cada equipo y así entender (y valorar) su situación en el escalafón.
Nets y Cavaliers, por ejemplo, están casi hombro con hombro en la gráfica, cuando los primeros (4-16) llevan nueve triunfos menos que los segundos (13-9). ¿Y qué decir de los Oklahoma City Thunder, que con un récord de 20-1 (21-1 ya), y el histórico 73-9 de GSW en el horizonte, no están ni cerca de liderar la clasificación? Así de inmortales se les intuía en la preseason.
También debemos tener en cuenta las tendencias, ya que la temporada aún es joven y todo es susceptible de dar un giro de 180 grados.
Que los Bulls cambien el color verde por el rojo es cuestión de tiempo si no hallan la manera de detener la sangría, mientras que Bucks o Warriors están a una mini-racha de buenos resultados de hacer lo opuesto, y pasarse al lado derecho del gráfico.
En todo caso, y aunque la mitad de los equipos están «donde les corresponde», hay dinámicas que eran imposible verlas venir.
Detroit
En el lado de las sorpresas positivas, Detroit Pistons y Phoenix Suns destacan por encima del resto.
En Michigan la felicidad gira en torno a un tándem con un nivel de química y sincronización tal, que han hecho que desde The Ringer se vengan (muy) arriba con la comparativa: nada menos que los nuevos Stockton & Malone.
¿La justificación detrás? Pues, simplemente, una pareja de pick-and-rollers que apunta a marcar época en la NBA. No son todavía ni la mejor ni la más eficiente, pero sí es la que más insiste y la que más se busca, alimentando una conexión que solo puede ir a más.
Cade Cunningham y Jalen Duren se combinan para casi 15 puntos por partidos solo en acciones de pase y continuación, y el pívot es quien más mates culmina de toda la liga en relación con cualquier otra dupla de pasador-finalizador, algo que encaja con el dato que sitúa a los Pistons como el equipo líder de la NBA en puntos en la pintura.
24 años tiene Cade. 22 Duren.
El futuro es suyo. El presente…
Phoenix
Los Phoenix Suns solo son séptimos. Play-in. Y eso basta. Así de terribles se les dibujaba con las salidas de Kevin Durant y Bradley Beal.
Pero lo primero, para estar donde están, ha sido verificar que estrellas solo han perdido una, no dos; y luego verificar cuál era el coste de oportunidad de tener que ‘tragar con ellas’.
Ahora, liberados de tanto brilli-brilli incompatible, han vuelto a sus raíces: Devin Booker como referencia y un equipo de baloncesto conjuntado alrededor. Son top-14 tanto en ataque como en defensa, una premisa vital desde la que construir y crecer. Y ellos crecen desde más defensa: la asfixiante y que le hace ser el equipo que más perdidas provoca en su rival, justo tras OKC.
La marcha de Beal y Durant la han cubierto con juventud, piernas y un plus de energía, y Jordan Ott está impactando todo esto en una presión brutal a media cancha, aplicando ese principio del ajedrez de que quien controla el centro, controla la partida.
Y de las 30 victorias que se les concedía en septiembre, ya llevan casi la mitad (13-9) en la todopoderosa Conferencia Oeste.
Normal (y coste coyuntural) que los dos rookies a quienes nos moríamos por ver -Khaman Maluach y Rasheer Fleming– no estén rascando bola mientras los buenos resultados se mantienen. Ahora les viene un calendario difícil. ¿Aguantarán?
Pacers
Sabíamos que la lesión de Tyrese Haliburton y la marcha de Myles Turner a Wisconsin, les iba a pasar factura a los Pacers. La cuestión es… ¿tanta?
De subcampeones de la NBA a estar ¡por debajo de los Brooklyn Nets en la clasificación!
Con un balance de 4-17, la torta amenaza con ser aún más dura que la de los Warriors 2019 a 2020, cuando les tocó penar un año entero tras perder de un plumazo a Kevin Durant y Klay Thompson, antes de volver a resurgir de sus propias cenizas (y cantar alirón de nuevo en 2022).
Lo más indigesto, lo que más están echando de menos, es la falta de un auténtico playmaker. Porque en Hali tenían un top-3 del mundo en este distrito. Un talento irremplazable e imposible de mitigar con lo que tenían en casa. Y de ahí, el segundo peor offensive rating de la liga, mano a mano con otro equipo sin un auténtico point guard en la dirección, los Dallas Mavericks.
Un año duro y largo en Indianapolis que debería quedar en anecdótico con solo cumplir tres requisitos: hacer buen Draft 2016 (viable), un regreso sano de Haliburton (probable), y fichar un pívot que supla lo que Turner dejó (…).
Clippers
Steve Ballmer: «¿Familia, habéis probado con Ctrl+Alt+Supr?»
(Fotografía de portada de Rick Osentoski-Imagn Images)





