La temporada 2022-23 emergerá como el primer match-ball y punto de inflexión en la carrera de Deni Avdija. Después de ser seleccionado en la novena posición del draft de 2020, el joven jugador israelí se sumergirá de lleno en su tercer año en la NBA bajo un importante escrutinio por parte de su actual franquicia, los Washington Wizards.
A muchos de los jugadores que aterrizan en la NBA desde el extranjero les suele acompañar ese escepticismo sistemático que rodea al perfil foráneo, a pesar de que esta tendencia ha ido disminuido con el paso del tiempo gracias al gran impacto causado por estrellas como Dirk Nowitzki, Pau Gasol, Nikola Jokic, Giannis Antetokounmpo o Luka Doncic.
A pesar de que Avdija no llegó a la liga con un cartel tan alto como el de algunos de sus predecesores, sí que se esperó de él cierto impacto inmediato, ajustado este, por supuesto, a la propia necesidad de adaptación. El alero comenzó a jugar a nivel profesional con 16 años en el Maccabi Tel Aviv, lo que supone un bagaje que no poseen los talentos reclutados desde el baloncesto universitario.
Sin embargo, la curva de aprendizaje de Avdija ha sido más pronunciada de lo esperado. Si bien es cierto que los Wizards han oscilado en los últimos dos años en la disyuntiva de si seguir o no hacia delante de la mano de Bradley Beal, además de hacer frente a problemas de lesiones y dos traspasos de relevancia –los de Russell Westbrook y Kristaps Porzingis–, también lo es que Avdija no ha sabido sacar todo el provecho posible de la situación.