Draft 2012: bienvenido Mr. Davis

Hace casi un mes, “el gordo” de la NBA Draft Lottery de este año cayó en New Orleans. Así que esta próxima madrugada, llegado el día del Draft 2012, los Hornets tan solo deben aprovecharlo, y aseguarrse que lo usan de la forma que más les compense.

El hecho que su suerte cayera ese 30 de mayo en forma de Anthony Davis, sin embargo, hace que tampoco haya mucho que pensar en el front office de Louisiana. 

Porque lo que hace a Davis tan bueno no es solamente los números que es capaz de aglutinar, aunque, admitámoslo, es buena parte de ello. Hay bastantes power forwards en esta clase de 2012 con similares características en cuanto a altura, peso, longitud de brazos y potencial para taponar tiros. Pero ninguno ha sido tan difícil de defender o imposible de desconectar de un partido como lo ha sido Davis.

Anthony Davis es, de todos los jugadores elegibles esta próxima noche, el que mejor combina su incombustible talento natural con unas condiciones atléticas portentosas. Todo ello, en un paquete perfecto contra el que es casi imposible competir. Es un excelente activo cerca de ambos aros, maneja de forma óptima el balón considerando su altura, puede anotar, nunca se rinde y su margen de mejora es todavía muy amplio. Pasados tres o cuatro años, podemos estar hablando de un Kevin Love, aunque incluso mejor.

Pero todas estas habilidades en la pista no son lo que más le diferencian  del resto de su clase en este Draft. Es su actitud. Davis tiene también ese tipo de calidades en el liderazgo que a tantas posibles futuras estrellas que esta madrugada verán también sus nombres en la pizarra les faltan. Esas mismas calidades que separan a un miembro de un equipo de un jugador franquicia. Algo todavía más impresionante, considerando que se trata de un freshman que ha convertido a un equipo universitario lleno de trabajadores en un campeón del título de la NCAA.

Parece que estamos hablando, al final, de un jugador único.

Más allá de la humildad que todos destacan de su carácter fuera de las pistas, uno encuentra un buen número de referencias de compañeros y rivales que hablan, sobretodo, no tan solo de su intimidación defensiva, sinó también de su enorme habilidad para hacer mejores a sus compañeros. Y no tanto en lo que a preparación de tiros de compañeros o elección de la jugada apropiada en cada momento se refiere. Más bien por el simple hecho de estar ahí, constantemente motivándoles.

Anthony Davis no parece ser de ese tipo de jugadores que necesite, o incluso que quiera, dominar todos los aspectos estadísticos del juego. Viéndole jugar, parece que simplemente es feliz absorbiendo dobles defensas o anotando puntos de un solo dígito, si ello significa que sus compañeros pueden tener la oportunidad de explotar ofensivamente y así conseguir la victoria. No es por casualidad que, con su carácter y actitud en pista, Davis fuera el líder de un equipo que solo perdió dos partidos en la temporada 2011-12.

Si alguna cosa puede cambiar por completo la franquicia de los Hornets, es un jugador como este. No tendrá que hacerlo todo y hacerlo solo. No es de ese tipo de jugadores. Pero con su sola presencia sobre el parqué, sus nuevos compañeros tendrán la libertad para, ellos sí, hacerlo todo.

A su lado, otros jóvenes jugadores aprenderán solo con ver la forma como Davis funciona sobre la pista. Y eso, de por sí, cambiará el destino de la franquicia de New Orleans. Y es que eso es lo que Anthony Davis ya ha demostrado que sabe hacer mejor: liderar.


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