El verano de New York Knicks

La franquicia

Toda la vida esperando todos los veranos y de nuevo, otra Agencia Libre más, los Knicks se quedan a verlas venir. Ahorraron en el pasado, liberaron espacio, se deshicieron de Kristaps Porzingis y no les tembló la mano para ser el peor plantel de la 2018-19 con un balance de 17-65. La idea de fondo era tener el mayor número de papeletas para el número 1 del Draft, que finalmente puso rumbo a NOLA. Así que tras otra temporada decepcionante, una más sin playoffs, New York no hizo grandes cosas en verano. Algunos ponen la vista ya en 2021. El cuento de nunca acabar que los fans de New York esperan que algún día finalice, pero para bien.

Movimientos

Moverse se han movido los del Madison Square Garden. Otra cosa es que fuera en la dirección correcta o más bien pretendida y soñada. Bien en el Draft con las cartas que tenían y un número 3 en la figura de R.J. Barrett. A partir de ahí, curvas. Incapaces de hacerse con estrellas pero con dinero por gastar y la necesidad obligatoria de hacerlo —por aquello del suelo salarial —New York reaccionó al hecho de ser ignorado por la elite en la Agencia Libre con una serie de operaciones aceptables pero que si se comparaban con lo que pudo llegar dejaban un regusto amargo. Julius Randle, 3 años y 62,1 millones de dólares, aunque de ellos solo tiene garantizados algo más de 40 millones fue la joya de una corona de New York sin un gran rey. Bobby Portis, Marcus Morris, tras dejar plantado a los Spurs, Reggie Bullock, que tuvo que recortarse el salario inicialmente apalabrado al descubrirse una lesión en el reconocimiento médico (made in Knicks, para que luego digan),  Taj Gibson, Wayne Ellington o Elfrid Payton poblaron el roster de la Gran Manzana en los primeros días de julio. ¿Suficiente para paliar el disgusto de no tener a un grande de la liga? No. Pero sí un cuadro de garantías, aunque quizá descompensado por posiciones y muy cargado en el puesto de ala-pívot, para estar ahí en el Este.

Fichajes frustrados

Todos, para entendernos. Asociados a los Knicks han estado los mejores nombres de la Agencia Libre. Y ver cómo Kyrie Irving o Kevin Durant, por no hablar de Kawhi Leonard, no solo no llegaban a la franquicia sino que además se iban al vecino, a los Nets, ha supuesto una doble ración de dolor. Lo de Leonard, incluso sabiéndose imposible, quedó todavía peor al conocerse que fueron los propios Knicks los que rechazaron una reunión con él porque no tenían esperanzas de nada. De modo que mientras unas cuantas franquicias conseguían a la elite en forma de Anthony Davis o los mencionados Irving y Durant, además de Kawhi, Kemba o Al Horford, los Knicks se movían en los niveles medios.

Aquí en fichajes frustrados no se puede incluir a Zion Williamson porque la suerte no es responsabilidad de quien no la tiene. Los Knicks no la tuvieron en la Lotería del Draft y perdieron el número 1 y la opción de firmar a la estrella de Duke. Pero en esto también le salieron mal las cosas a los del Madison.

Plantilla

Bases: Elfrid Payton, Dennis Smith Jr., Frank Ntilikina.

Escoltas: Wayne Ellington, Allonzo Trier, Damyean Dotson.

Aleros: R.J. Barrett, Reggie Bullock, Kevin Knox, Ignas Brazdeikis.

Ala-Pívots: Julius Randle, Marcus Morris, Bobby Portis, Taj Gibson, Kenny Wooten (contrato de training camp)

Pívots: Mitchell Robinson.

Directiva y cuerpo técnico

El reguero de polvo sucio que dejó en la franquicia Phil Jackson parece que se va limpiando. Todavía hay alguna reminiscencia del pasado, como el cargar con el pago del salario de Joakim Noah durante algunos cursos más, pero podemos decir que aquello es cada vez más historia. Lo que sucede es que los vicios adquiridos del pasado, el funcionamiento en las oficinas y la mala fama del mismo en una institución algo errática complican las cosas. New York es un gran mercado, el centro del mundo a veces. Pero ni así.

No obstante, han vuelto a confiar en David Fizdale, lo que supone que hizo una buena labor más allá de los resultados en su curso de estreno en la franquicia y que miran al futuro con aplomo y optimismo.

Objetivos

Lo dicho, deberían estar ahí en el Este. Hay un plantel de garantías para tener aspiraciones durante buena parte del curso de abrazar los playoffs o rondarlos. Hay fe y motivos racionales para creer en Barrett y hay buenas piezas para hacer un quinteto titular potable que garantice como mínimo que lo de cursos pasados no se repita. Y hay jóvenes como Allonzo Trier o Mitchell Robinson que ilusionan. En New York parece que existe algo parecido a un proyecto, que no hay volantazos y que se quiere formar algo interesante a través de la juventud a la vez que ya sí se busca competir.


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