Entre Charlotte y LaMelo Ball

La ciudad de Charlotte está librando una batalla deportiva entre las expectativas que rodean a una franquicia y los deseos de un jugador. Por un lado, se encuentran los Hornets, un equipo sumido en una línea descendente de resultados impulsado por las numerosas lesiones sufridas. Por el otro emerge LaMelo Ball y su terrible voracidad competitiva.

Al joven de 21 años le define el mismo profundo y absoluto rechazo a perder que acompañó a grandes talentos históricos como Michael Jordan, Kobe Bryant y, más recientemente, Luka Doncic. El base de los Hornets quiere ganar en todo, incluidos en los triviales juegos de tiro que plantean los asistentes en las prácticas de tiro.

Esta dicotomía entre el deseo individual y el rendimiento colectivo comprende el principal desafío a abordar por la gerencia de los Hornets. Al menos, la personalidad del jugador favorece un clima respirable a pesar de que el foco del conflicto se mantiene inalterable.

Como la brújula emocional de Charlotte, la pasión y la diversión que LaMelo muestra por el baloncesto es contagiosa. Su espíritu positivo también lo es. Quizá sea esta la principal razón por la que los Hornets no se hayan rendido a pesar de ocupar la penúltima posición de la Conferencia Este con un récord de 14-36. La reciente victoria ante Chicago tras arrollar en el último cuarto con un parcial de 17-34 es la muestra de que el equipo no ha perdido la chispa y quiere competir.


EXTRA NBAMANIACS

Nuestro trabajo en nbamaniacs es apoyado por lectores como tú. Conviértete en suscriptor para acceder a beneficios exclusivos: artículos especiales, newsletter, podcast, toda la web sin publicidad y una COMUNIDAD exclusiva en Discord para redactores y suscriptores.