España-Francia, mucho más que una semifinal de Eurobasket

La final anticipada, la eterna revancha, el «clásico» (sí, también en baloncesto)…son muchas las maneras en las que están refiriéndose al choque de Eurobasket que nos espera esta velada (21:00h Cuatro) entre dos selecciones nacidas para ser rivales. Los mejores ingredientes se han concentrado en un mismo espacio temporal.

Una década de enfrentamientos marcados por el el orgullo, la calidad, los piques, el «púgil» Batum, la competitividad imperecedera, la intensidad llevada al extremo y el dominio de Europa.

Durante diez años cada cruce entre Francia y España, ya fuera amistoso o de competición oficial, albergaba mucho más que unas cifras en el marcador. El partido comenzaba a jugarse antes del salto inicial, pues entre íberos y galos, siempre hay mucho que ganar y todavía más que perder.

La casualidad quiso que los mejores jugadores de la historia de ambas naciones coincidieran en el tiempo. Pau Gasol y Tony Parker, líderes indiscutibles de sus selecciones, a las que han conducido a la gloria y mantenido en lo más alto, en un continente donde el baloncesto europeo —Serbia, Lituania, Grecia, Turquía etc. al acecho— siempre te exige subir un peldaño más.

 Últimos enfrentamientos España-Francia:

2014 – Mundial de España. Fase Grupos: España 88 – Francia 64.

               Cuartos: España 52 – Francia 65

2013 – Eurobasket de Eslovenia. Semifinales: España 72 – Francia 75

2012 – Juegos Olímpicos de Londres. Cuartos de final: España 66 – Francia 59

2011 – Eurobasket de Lituania. Segunda  fase: España 96 – Francia 69.

             Final: España 98 – Francia 85

2010 – Mundial de Turquía. Primera fase: España 66 – Francia 72

2009 – Eurobasket de Polonia. Cuartos de final: España 86 – Francia 66

Dorado atardecer

No pocos artículos se han vertido sobre el fin de una era, sobre el ocaso de una generación. La edad podía en la previa más que las hazañas conseguidas. Franceses y sobre todo españoles han tenido que luchar contra un muro que se alzaba infranqueable, sin portón ni escaleras, y frente al que los «vegestorios» de Scariolo han ido fundiendo una llave capaz de traspasarlo.

Es cierto, negarlo sería forofismo, que España ya no luce como antes ni arrolla como acostumbraba. Es imposible mantenerse en lo excelso de la cima eternamente. Las piernas, cuestión biológica, no reaccionan igual a los 30 que a los 25. Y tener a Ricky, Navarro, Marc, Ibaka o Cabezas —o sin Gelabale, Pietrus ni Noah en lozanía— vibrando a través de la televisión en lugar de desgañitándose en el banquillo, lógicamente cuenta.

Pero todo eso se olvidará en el momento que Rudy Gobert y Pau Gasol vuelen en pugna del primer esférico. Ahí se terminarán las excusas y solo quedarán dos equipos. Uno se llevará la gloria anticipada y el sabor de ajusticiar a su alter ego por excelencia en la materia; el otro, desolación inconsolable y hambre creciente de la próxima revancha.

Hoy, tanto el periódico L’Equipe como el diario Marca le regalan la portada al duelo, y no es para menos; el botín es de naufragio colonial.

La circulación contra el poder del rebote

El panorama pinta con cada combinado destacando y pecando en materias distintas. La excepción la encontramos en la anotación. La facilidad para encontrar aro es similar en ambos equipos. España es la 3º mejor anotadora del torneo con 85,9 puntos por partido, seguida inmediatamente por Francia con 81 puntos.

En la rama de las asistencias comprobamos que España justifica su alta anotación con una fluida circulación que ha ido mejorando con el avance del torneo. 3º máximos asistentes con 21,1 pases de canasta por los 17,9 de nuestros vecinos que les hacen caer hasta la undécima posición.

Y ahí dejamos de contar en el haber de la selección de Scariolo, porque de aquí en adelante, la remontada, en datos, corre sólo a cargo de los muchachos de Vincent Collet.

Defensa, fuerza, altura, salto, poderío en la zona, son sinónimos de los rasgos que están definiendo a los franceses durante este Eurobasket. Apabullan en rebotes y puntos permitidos, dominando en solitario ambas categorías con 41 capturas por encuentro (por las 35,9 de España) y dejando a sus rivales en unos bajísimos 65,4 tantos anotados. Nuestra defensa, irregular cual mañana en el Ibex, concede 13 puntos más por partido.

Esa intensidad defensiva gala les hace dominar también en robos y tapones, y lo hacen con acierto y diligencia además, ya que cometen una media de 0,6 faltas personales menos que España.

Las estrellas

La Marsellesa suena al ritmo que Parker decide, mientras que en España, Gasol toca a un tiempo batería, piano, violín y clarinete.

‘Oh la la’ Parker viene de su temporada más tímida al mando de los Spurs, aunque en Europa mantiene más o menos fina su batuta, dirigiendo al son de 12,1 puntos 2 rebotes y 4 asistencias. Pero comparar esta vez a ambos astros deja sin brillo al base francés, porque lo que está haciendo Gasol es difícil de explicar.

Lo intentaré; Pau Gasol, a sus 35 años, es más E.T que nunca. Renacido en los Chicago Bulls, sigue bebiendo mismo elixir en verano. Dentro de su máquina del tiempo partícular, el de Sant Boi reta a su D.N.I y se planta impertérrito ante sus detractores del club «Gasoft». Un motor de muchos caballos en ataque al que aún le sobra potencia para rendir en la defensa de su tablero. 23,6 puntos, 8 rebotes, 3 asistencias y 2,1 tapones para un Gasol que por meter, las mete hasta de tres (9/12 en lo que va de torneo). Está todo dicho.

Bueno, otro detalle, Rudy Fernández parece que está repuesto. Sino al 100%, un jugador más preparado que el que jugó ante Grecia. También merece la pena destacar a otro ex NBA que está acompañando a las mil maravillas a Parker. Nando de Colo, también de la escuela Popovich, 12 puntos, 5,7 rebotes y 3,7 asistencias.

La pizarra

En un partido en el que ambos planteles se conocen de sobra, deberán jugar un rol fundamental los seleccionadores. A Scariolo se le encomienda la tarea de anular los 2,16 centímetros de Rudy Gobert y la, siempre hermosa de ver, versatilidad de Boris Diaw. Encontrar el punto flaco de una selección que no conoce la derrota en siete partidos y que además juega en casa e irá en volandas sobre las gargantas de 21.000 aficionados.

Por su parte, Collet sabe que España, con confianza, es casi invencible. Sin duda las pájaras del tercer cuarto no valen hoy, y el francés lo sabe. Tratará de descentrar a los españoles a base de segundas jugadas, presión en la zona y un ritmo e intensidad trepidantes.

Resultado

Como decíamos, el cóctel se sirve a la hora de cenar. Ah, no olvidemos el pequeño obsequio para el ganador, pasaje directo a los JJ.OO de Río 2016. Otro aliciente, por si faltaban.

Dicho esto,  ¿qué sabor esperáis, vosotros lectores, encontraros al término de este, uno más, España-Francia?


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