Nadie duda en situar a Evan Mobley como el mejor hombre alto de toda la camada del draft de 2021. Sus 213 centímetros de altura y diverso conjunto de habilidades encuadran su perfil dentro de los denominados unicornios que tanto gustan –y encajan– en el baloncesto moderno.
La gran evolución que ha sufrido la NBA en la última década ha vuelto a impulsar la reputación de los big men dentro de la liga. A cambio, les ha exigido desarrollar una serie de fundamentos y cualidades restringidas, hasta no hace mucho, a los jugadores exteriores. Los dos casos recientes que mejor ilustran esta transformación la componen Nikola Jokic y Joel Embiid, siendo ambos los jugadores más votados para el premio al MVP de la temporada 2020-21.
El gran nivel ofensivo que exhibe la competición sigue favoreciendo a los perfiles exteriores. Sin embargo, este overbooking perimetral ha revalorizado muchísimo la figura de estos nuevos centers gracias a la capacidad para cumplir diferentes tareas. La versatilidad defensiva, el tiro exterior o la creación de juego son virtudes que ahora también poseen y que, por otro lado, también necesitan para no extinguirse en este periodo de transición.