A Grant Williams le ha pasado con su carrera lo mismo que a la actual temporada de los Celtics: lo que para muchos empezó de manera caótica y pesimista ha terminado convirtiéndose en todo lo contrario. El bueno de Grant nació en Houston y, antes de recalar en los Celtics, pasó tres años por la Universidad de Tennessee. Allí destacó por su seriedad y consistencia, que le sirvieron para ser elegido en la vigésimo segunda posición del draft de 2019 por su actual equipo.
Sus inicios en la franquicia de Boston no fueron fáciles. Su escasa altura (no llega a los dos metros) provocó que le costase adaptarse a la posición de ala-pívot en la que estaba destinado a jugar. Sin embargo, tres años después, es el séptimo jugador de la plantilla que más minutos promedia. No es que sea una pieza clave, ni mucho menos, pero sí uno de esos jugadores de rol tan importantes en equipos que tienen altas aspiraciones.
Lo cierto es que Grant ha superado los problemas de sus primeros años a base de trabajo. Como se mencionaba, no posee un físico envidiable para su posición. Sin embargo, no negocia con el esfuerzo. Estamos hablando de uno de esos jugadores que todos los entrenadores desean tener en su plantilla. Es por eso que logró convencer tanto Brad Stevens primero, como Ime Udoka actualmente, de que merece sus minutos en la rotación. Además, la química con sus compañeros parece excelente. No se preocupa por su propio ego y casa muy bien con los líderes del equipo —Tatum y Brown— con los que tiene una gran relación personal.
Williams es una de esas piezas que está consiguiendo que la segunda unidad de los Celtics no se desmorone. Quizás el suplente más importante junto con Derrick White. Los de Boston están cuajando una gran segunda parte de la temporada, pese a ello, siguen siendo de los equipos en los que existe más distancia entre titulares y suplentes. Grant es uno de los encargados de sostener al equipo en los minutos de rotación. Cuando está en pista, los Celtics mantienen una estadística de +/- de +1,8 por cada 100 posesiones. La sexta mejor cifra del equipo en este aspecto.
Un triplista confirmado
La mayor paradoja con el bueno de Grant la encontramos en su lanzamiento de larga distancia. El que era uno de sus puntos débiles en las primeras temporadas se ha convertido en su gran virtud. En su primer año, el propio Jaylen Brown confesó que sus compañeros le apodaron como ‘Ben Simmons’. ¿El motivo? Grant falló sus primeros 25 triples intentados como jugador de la NBA. Esto solo hace más increíble el hecho de que haya conseguido transformar su 25% de acierto en la primera temporada al 44% actual en tan solo dos años.
De hecho, ese 44% de acierto en triples le sitúa como el cuarto jugador con mayor acierto esta temporada. De los Celtics, es el que tiene más puntería desde la larga distancia. Su éxito reside en lo bien que mide sus intentos. No es que lance una gran cantidad, algo más de tres intentos por partido, pero anota casi la mitad de estos tiros. Los triples de Grant Williams desde la esquina, desde donde su nivel de acierto se multiplica y roza el 50% de acierto, son ya una seña de identidad de los nuevos Celtics de Udoka.
¿El nuevo P.J. Tucker?
En los últimos años la figura de P.J. Tucker se ha cotizado mucho entre los equipos aspirantes al título. Salvando las distancias, Williams es la nueva versión de Tucker que se han encontrado los Celtics. Al igual que P.J., Grant es un jugador que funciona como una roca para su equipo. Dondequiera que ambos vayan añaden una nueva dimensión a las plantillas, ya sea como defensores intercambiables o anotadores fiables desde las esquinas. Un perfil de jugador muy deseado en el baloncesto actual.
Tucker y Williams parten de la gran desventaja que supone su altura, pero tiran de la dureza de su juego para acabar por los suelos a pesar de empezar en el banquillo. Se acoplan a su rol sin protestas. Muchos aficionados se preguntan por qué los equipos punteros codician a jugadores que no son considerados estrellas en la NBA. Estos aficionados solo se fijan en la cantidad de puntos que anotan y, a veces, se olvidan de la importancia del lado defensivo. Defensores como ellos son líderes. Un ejemplo para el vestuario que harían lo que fuese necesario para animar al grupo en público y en privado.
Al igual que Tucker hizo en su momento, Williams ha convencido a la gran mayoría de sus haters. Los aficionados de Boston están valorando más que nunca su aportación. Su cultura del esfuerzo se puede ver en algo tan simple como los tiros libres. Ha pasado de promediar un 58,8% en la 2020/2021 a convertir un 92,1% en esta temporada regular. Estamos hablando de un jugador que encaja a la perfección con los valores de la franquicia. Atrás han quedado los tiempos en los que se hablaba de él como un parche. Grant encarna todo el espíritu de Boston y partido a partido se está ganando hasta el último dólar de una posible renovación.
(Fotografía por Maddie Malhotra/Getty Images)