¿Hay futuro en New Orleans para Zion Williamson?

Los aficionados de New Orleans Pelicans llevan meses esperando por un gesto de Zion Williamson que les haga creer que sigue siendo un jugador en activo. Están deseosos de poder celebrar su canastas y vibrar con sus mates, pero pierden la esperanza semana tras semana. Su caso es especialmente doloroso porque Zion es ese jugador con el talento suficiente como para cambiar la suerte de una franquicia. Lo ha demostrado cuando ha podido jugar, pero no comparte la fiabilidad de las grandes estrellas.

El que fuera número 1 del draft lleva ya tres años en New Orleans y este va camino de convertirse en el más decepcionante. Después de una primera temporada marcada por su inestable estado físico, resurgió para regalarnos un curso merecedor de All-Star en su segundo año. Promedió 27 puntos y 7 rebotes por partido y fue el jugador que todos los aficionados esperaban. Sin embargo, su tercera temporada en la élite está siendo un desastre. A nivel deportivo todavía no ha podido disputar ni un minuto y a nivel social parece que está más distanciado que nunca de su equipo. La crisis ha llegado hasta un punto en el que son muchos los que ya se preguntan si es posible que haya jugado su último partido con los Pelicans.

No sería una barbaridad pensar que el futuro de Williamson no pasa por la franquicia de New Orleans. Los rumores se dispararon cuando los Pelicans enviaron un correo electrónico a sus socios para renovar su abono de cara a la próxima temporada. En ese tipo de mensajes los equipos suelen incluir a sus mejores jugadores junto con los más populares. Los que venden las entradas ¿Adivináis quién no aparecía en el de Pelicans? Exacto. El jugador sobre el que presuntamente debería girar el proyecto: Zion Williamson.

Esos detalles son los que muestran una separación exagerada entre ambas partes. Desde el punto de vista del jugador también se han rumoreado algunos desencuentros. Especialmente notoria es la falta de conexión con la gerencia y con el vicepresidente de operaciones del equipo, David Griffin.

Para ser honestos no se puede fingir que esto nos coge por sorpresa. Lo cierto es que nunca hemos visto a un Zion Williamson demasiado comprometido con la cultura de los Pelicans. No es lo que se etiquetaría como jugador que antepone el éxito de la franquicia al individual. Sé que para los aficionados de los Pelicans resulta difícil leer algo como esto, pero han elegido en el número 1 del draft a un jugador que nunca estará tan involucrado con el proyecto como ellos desearían.

Salvando las distancias, la situación de Zion está empezando a parecerse a la que tuvo Ben Simmons con los 76ers. Un prospecto con un talento indiscutible y un buen cartel dentro de la liga que solo dedica su esfuerzo absoluto en un entorno en el que se sienta cómodo. Y, para desgracia de los seguidores de Pelicans, lo más probable es que, al igual que sucedió con Ben, también se salga con la suya.

¿Un nuevo escenario?

Zion siempre ha sido un jugador que ha apuntado sus miras hacia grandes mercados. Desde su etapa universitaria ha dado la impresión de que un equipo como los Pelicans no era exactamente lo que buscaba. Su personalidad y estilo de juego se adecúan más a las grandes ciudades como Los Angeles o Nueva York. Escenarios en los que valoran de forma especial espectáculo que ofrecería. Otro punto de vista importante y a tener en cuenta es que es posible el propio jugador sabe que su salud le puede fallar más temprano que tarde y quiera obtener el mejor contrato posible antes de que suceda.

Esta mezcla de ingredientes crea la fórmula perfecta para pensar posibles nuevos escenarios para la joven estrella. Sin apuntar mucho más lejos de lo anteriormente mencionado, uno de los equipos con los que más se le relaciona son los New York Knicks. La admiración de Zion por la franquicia nunca ha sido un secreto. Durante la temporada pasada, después de jugar en el Madison Square Garden, fue preguntado por si se imaginaba jugando en ese pabellón como local. Su respuesta no dejó a nadie indiferente:

«Me alegro de que me hagas esa pregunta. Nueva York es la meca del Baloncesto. Me encanta jugar aquí. Ya jugué con la universidad de Duke pero este fue mi primer partido como profesional. Esta atmósfera, da igual que te animen o que te abucheen, es algo asombroso. Sin contar Nueva Orleans, obviamente, este es mi sitio favorito para jugar. No puedo mentirte», confesaba Williamson.

Lo cierto es que la situación que atraviesan los Knicks también se presta a que este movimiento pueda suceder. Tras una primera temporada esperanzadora de Tom Thibodeau, los neoyorkinos han mostrado su peor versión este año, repitiendo errores que parecían olvidados. No es descabellado pensar que estarían dispuestos a hacer un movimiento arriesgado en el que hipotecasen parte de su futuro a cambio de conseguir a un jugador capaz de cambiar el rumbo del equipo como Zion.

En clave Pelicans, con un traspaso ahora quizás podrían anticipar un problema recibiendo piezas valiosas a cambio de un jugador que no parece estar contento. A día de hoy a Zion no parece importarle demasiado el punto de vista deportivo. No se ha llegado a poner en la forma adecuada para su salud y esto ha sido un problema desde el primer día para ser profesional. Al principio podías entenderlo por su juventud, pero pasan los años y en algún momento tiene que decidir si realmente quiere ser una estrella en la NBA.

(Fotografía por Sean Gardner/Getty Images)


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