Historias WNBA: Minnesota Lynx, la construcción de un proyecto ganador

10 de octubre de 2013. En el Gwinett Arena de Duluth, 40 kilómetros al noreste de Atlanta, se juega el tercer y, a la postre, definitivo partido de las finales de la WNBA, disputadas al mejor de 5. El equipo local, Atlanta Dream se ve obligado a alojar tan decisivo encuentro en un pabellón a las afueras de la ciudad debido a que en el Philips Arena, su cancha habitual, hay programado un musical de Disney. Prioridades.

El encuentro se desarrolla con muy poca historia. Superioridad aplastadora de Minnesota, que mantiene durante todo el partido a su rival a una distancia de aproximadamente 10 puntos, y termina cerrándolo sin problemas. Minnesota practica un juego rápido, defiende intensamente, con ayudas y 2 contra 1 sobre las jugadoras rivales más peligrosas, y dispone de recursos ofensivos para aburrir.

Las Lynx se hicieron con el partido y, por consiguiente, con el anillo. Con esa, firmaron la tercera aparición consecutiva en las finales, y el segundo título de la franquicia, el primero fue en 2011. Y antes de eso? Nada. El desierto más absoluto. Tan sólo contabilizaron dos apariciones en playoffs, en 2003 y 2004, pero cayeron mánsamente en primera ronda. Qué pasó, pues, para dar ese gran salto de calidad en la segunda década del siglo XXI? Como siempre, hay varios factores, y nombres que asoman con fuerza. Vamos, pero, a repasar la historia entera.

1999 – 2005: Primeros años navegando por el desierto

En abril de 1998, la WNBA anunció que la liga, que apenas contaba con un año de historia, iba a sumar dos nuevos equipos a la competición para la temporada 1999, y que éstos serían gestionados por Minnesota Timberwolves y Orlando Magic respectivamente. Curiosamente, estos dos equipos llegaron también el mismo año a la liga masculina, en 1989. Una década después, veían nacer a la vez a sus franquicias hermanas. Las Minnesota Lynx contaron con 12.000 aficionados presentes en el Target Center para ver el primer partido de temporada regular de 1999 ante Detroit Shock.

En 2003, las Lynx terminaron por primera vez con un récord por encima del 50% (18-16) y alcanzaron los Playoffs. Fueron cuartas en la clasificación del oeste (empatadas con las quintas) y se enfrentaron a las vigentes campeonas, Los Angeles Sparks de Lisa Leslie. Minnesota ganó su primer partido de la serie con una espectacular remontada de 21 puntos, pero las Sparks ganaron los dos partidos en Los Angeles, haciéndose con la serie. En 2004 volvieron a colarse en playoffs pero perdieron a las primeras de cambio contra Seattle Storm, quienes terminaron ganando el anillo ese año. Antes de los anillos, estas fueron las únicas experiencias en post-temporada de la franquicia de Minneapolis.

Justamente fue el equipo de Minnesota quien fomentó esa gran temporada de Seattle. El gran objetivo de las Lynx en el draft de 2004 era adquirir a la gran estrella local, Lindsay Whalen, de la Universidad de Minnesota. Las Lynx iban a elegir en séptima posición y Seattle en la sexta, en un draft en el que también estaban Diana Taurasi y Alana Beard, entre otras, cosa que favorecía que Whalen cayera algunos puestos a pesar de su talento. En el afán de escalar posiciones, Minnesota hizo un movimiento que a la postre resultaría devastador para ellas: enviaron a Sheri Sam y Janell Burse a las Seattle Storm a cambio de Amanda Lassiter y la sexta elección del draft. Pero a pesar de sus intentos, Connecticut Sun eligió a Whalen en cuarta posición, y Seattle disponía de dos piezas más para el equipo que se proclamaría campeón.

Durante los primeros años de la franquicia destacó la figura de Katie Smith, cuarta máxima anotadora de la historia de la WNBA.

2006 – 2010: Construyendo una base sólida

Durante este lustro, los resultados deportivos de las Lynx no fueron mucho mejores que en los años precedentes. Las temporadas 2006 y 2007, sin ir más lejos, fueron las peores en toda la historia de la franquicia, con un récord de 10 victorias y 24 derrotas. Fueron especialmente malas, si además consideramos el hecho de que las Lynx habían podido elegir en el primer lugar del draft esos años. A pesar de todo lo negativo, su elección en 2006 fue la primera pieza de este gran mecanismo perfecto que son a día de hoy: Seimone Augustus. La escolta sureña, formada en la universidad de Louisiana State, fue el principal pilar de Minnesota durante la segunda mitad de la década.

En el último año de este ciclo, 2010, el equipo experimentó grandes cambios y desarrollos con la contratación de la nueva entrenadora, Cheryl Reeve (quien había sido asistente en varias franquicias antes de llegar a Minnesota, en lo que sería su debut como entrenadora jefe), y la incorporación de algunas piezas fundamentales. El equipo fue capaz de adquirir a Lindsay Whalen, finalmente, seis años después de su primer intento. Además incorporaron a Hamchetou Maiga, Monica Wrigh y, sobretodo, a Rebekkah Brunson en el draft de dispersión de las Sacramento Monarchs. Brunson fue elegida por las californianas en el mencionado draft de 2004 después de que Minnesota la dejara pasar.

Pese a este gran cambio, la temporada no fue bien para ellas. Después de una dura derrota ante Indiana en junio, justo cuando la temporada empieza, Cheryl Reeve explotó: “Somos un mal equipo de baloncesto”, dijo. “Todo empieza en lo más básico. No he sido capaz de hacerles entender lo que hay que hacer defensivamente y, claramente, nuestro ataque es uno de los peores de la liga.” Además, las lesiones de Candice Wiggins y de Seimone Augustus mellaron la capacidad competitiva de las Lynx, haciéndolas caer fuera de los playoff por enésima vez. Este mal resultado les permitió tener una elección alta en el draft de 2011. El sorteo dictaminó que esa elección fuera la número 1. Y entonces tuvo lugar la segunda revolución en Minnesota.

2011 – 2014: Llegan los éxitos

En el draft de 2011 solamente había un premio gordo. Las demás elecciones eran buenas piezas, pero lejos del nivel de la primera. Ese premio gordo se lo llevó Minnesota y tiene nombres y apellido: Maya April Moore.

Ya de entrada la dinámica esa temporada fue muy diferente a las anteriores. Minnesota empezó ganando, llegando sin problemas no sólo a tener un récord positivo, sino a conseguir el mejor de su historia con lo que quedaron campeonas de la fase regular. En playoffs se deshicieron de San Antonio y de Phoenix antes de hacer lo propio en la final ante Atlanta Dream. En toda la post-temporada las Lynx perdieron un sólo encuentro y mostraron una superioridad insultante.

El balance final fue impresionante. Augustus recibió tres condecoraciones a la jugadora de la semana en el Oeste, y Brunson dos; los tres premios a la jugadora del mes fueron para tres jugadoras diferentes de Minnesota, junio para Rebekkah Brunson, julio para Seimone Augustus y agosto para Lindsay Whalen; Maya Moore se hizo con dos de los tres premios a novata del mes. En los premios de final de temporada, Moore se coronó como rookie del año y Cheryl Reeve fue la mejor entrenadora. Además incluyeron a varias de sus jugadoras en los mejores quintetos de la temporada.

En 2012 esa buena dinámica continuó. Terminaron la liga regular con un balance de 27 victorias y 7 derrotas, el mismo que la temporada anterior, aunque con una carga de partidos superior debido a la interrupción de la temporada debida a los Juegos Olímpicos de Londres. Las Lynx enviaron a su Big-Three (Moore, Whalen y Augustus) con el equipo nacional estadounidense. Pese a todo, Minnesota alcanzó las finales sin problemas, habiendo perdido un solo partido en primera ronda. En la ronda final se enfrentaban a Indiana Fever, un conjunto que ya había estado en las finales dos años antes (perdiendo contra Seattle) y tenían un bloque compacto y experimentado liderado por Tamika Catchings, y con piezas importantes como Katie Douglas, Briann January y Karima Christmas.

El siguiente año, Minnesota Lynx adquirió la última pieza que les faltaba. La veterana pívot Taj McWilliams-Franklin se retiró y la sustituyó Janel McCarville, exjugadora de la Universidad de Minnesota y compañera de Lindsay Whalen en su etapa colegial. El equipo funcionó como un mecanismo perfecto, llegando a los playoffs con un balance de 26-8 en temporada regular y terminando imbatidas en la post-temporada: 2-0 ante Seattle en primera ronda, 2-0 ante Phoenix en finales de conferencia y 3-0 ante Atlanta en las finales. Fue la temporada de consagración para Maya Moore, que se hizo con el MVP de la final.

A día de hoy Minnesota es la franquicia mejor preparada y mejor dirigida de toda la WNBA. Su principal reto será afrontar el momento de declive de 3 de sus mejores jugadoras, ya que Augustus (30 años), Brunson (32) y Whalen (32) pueden quedarles pocas temporadas en el baloncesto de élite. Aún así, su futuro, con Maya Moore de estandarte, tiene forma de dinastía.


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