Imaginario: los posibles destinos de LeBron James en 2018

Estamos en los primeros compases del año 2018. Van a ocurrir muchas cosas en el mundo del baloncesto, pero una de las que están marcadas en rojo en el calendario es en la que LeBron James decida su futuro para los próximos años.

‘El Rey’ volverá a ser agente libre este verano. Pero recorre la mente del aficionados, periodistas y compañeros que no será una de esas ocasiones en las que James se sale del contrato vigente mediante una cláusula y se vuelve a meter en otro para ganar unos millones extra, no. El ambiente es más el de ‘The decision’, aquel programa de televisión que hizo en 2010 para anunciar que se marchaba de los Cavaliers. Si bien lo del toque de pantalla se espera que no se repita, sí lo puede hacer el giro que dé la opción que tome.

De lo que haga James dependerá el curso de la próxima temporada, no hay otra. El rumbo de la competición, o al menos una gran parte, en la palma de las manos del de Akron una vez más. Eso también es dominio. A continuación repasaremos algunas de las opciones más plausibles como destino de LeBron James el próximo verano y los pros y contra de cada uno de ellos.

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Cleveland Cavaliers

Es el equipo de sus amores. Lo demostró en 2014 cuando volvió, una vez se había quitado la losa de ganar el campeonato, para intentar hacer campeón a Cleveland por primera vez en su historia, algo que logró en 2016. No les debe nada, ni en términos morales ni deportivos. Las críticas que se empiezan a leer ante una posible nueva salida, las que van tildándole en medios muy importantes de Estados Unidos de «mercenario» si se marcha de nuevo de los Cavs, no hacen justicia.

Así como en su primera etapa tenía un equipo a la medida pero con una calidad grupal muy discutible, en esta segunda ha quedado probado que el nivel está muy alto y se ha ido haciendo un muy buen trabajo desde los despachos para que James esté a gusto. Considerando que si se marcha lo haría como agente libre, dejaría Cleveland como un solar. Es un equipo construido especialmente para rodear a James, por lo que jugadores como Wade tendrían también que barajar su futuro en una nota aparte.

Con LeBron está todo el elemento. Es el sostén de la idea, el que mantiene unidos a los demás por lo que representa. La evolución de Love, la reconversión de Thompson o el rol puntual de Calderón y Frye no se entendería sin LeBron al costado. En caso de que el ’23’ se marchase de los Cavaliers, las incógnitas serían miles. Isaiah Thomas, en caso de renovar, ganaría enteros para absorber más juego y eso afectaría a jugadores de tiros necesarios como Korver, no habría tanto control para jugadores de ritmo inestable como Rose o Smith y el acordeón defensivo en las posiciones exteriores quedaría en manos de Jae Crowder.

Lo peor terminaría siendo la reconversión a medio-largo plazo, se iría notando el bajón (progresivamente si no se deshace la estructura rápidamente). Uno no es pitonisa, no sabe lo que vendrá tras ‘El Rey’, pero Cleveland es un mercado pequeño donde LeBron James ha sido el mejor espejismo con el que se hayan podido topar.

Los Angeles Lakers

Está creciendo la especulación con esto. Quizás venga aderezado por la prensa de Los Ángeles, que es más que especial, y no tanto con decisiones de baloncesto. Pero todo, irremediablemente, acaba yendo de la mano en una decisión de este calibre.

Pongamos en situación: LeBron James se ha comprado una nueva mansión en ese área metropolitana de California; Los Ángeles es the place to be en cuanto a folclore audiovisual, algo que le vendría bien a la productora que James creó hace unos años; David Fizdale, que coincidió con James en Miami como entrenador asistente de Spoelstra, es el nombre que más suena para sustituir a Luke Walton en caso de que dejen de confiar en éste para el cargo. Todo esto parece un contenido de tabloide, pero hay fondo.

Lo realmente importante es que los Lakers podrían tener hueco este año para firmar dos contratos máximos de agentes libres de gran calado. Paul George es el que más cerca parece por, al igual que LeBron en otros puntos de su carrera, apego a la tierra natal. El otro que suena confuerza es el propio LeBron. Se abrirían entonces dos escenarios en caso de que James aterrizara en LAX: uno con PG, otro sin PG.

Parece muy claro que la base de los nuevos Lakers la vertebran Lonzo Ball y Brandon Ingram. Con James cambiaría mucho lo que estamos viendo esta temporada en el Staples, no hay duda, pero también el formato en el que esas dos promesas compitan como jugadores, deberían cambiar en una gran medida. Ball asumiría una posición con mucho menos balón, su principal virtud, y se vería forzado de verdad a mejorar su tiro tras bote y tras recepción. Ingram, de llegar también George, estaría desplazado entre el ‘2’ y el ‘3’, según a quien se enfrente, lo que también puede venirle bien al nivel de progresión de jugador total al que le estamos viendo este año.

Y pendientes de poder conseguir a un interior como Bamba o Ayton en el Draft. Eso sería la guinda. Con algún otro movimiento satisfactorio para cuadrar las cuentas, los Lakers pasarían de la parte baja de su conferencia a ser un candidato a todo.

Philadelphia 76ers

El caso de los equipos jóvenes incorporando a LeBron James va de punta a punta. Desde California a Pensilvania. Es el denominador común. Los Sixers son ya una alternativa de futuro en la Conferencia Este, y con el puntal definitivo… qué decir, irían a por el asalto a los cielos.

Los Sixers son uno de los equipos que tendrá —presumiblemente— el espacio salarial necesario para hacer sitio a James. Los otros equipos son los Lakers, como ya hemos explicado, los Bulls, Hawks, Nets, Suns y Mavericks. Lo plausible es poner a Philly como la mejor o casi única opción para que esto pase. Sería una nueva revolución.

Allí se encontraría con su delfín, el que él mismo ha catalogado como sucesor: Ben Simmons. Y visto lo bien que le está saliendo la jugada a Brown al poner al australiano en una teórica posición de base o escolta, podrían hasta jugar juntos. Maestro y alumno, a un tiempo en una franquicia histórica. Es para relamerse.

Tener a un líder como LeBron James supondría el espaldarazo definitivo para El Proceso. En cuanto a la logística podríamos encontrar a un Embiid más centrado (con menos espectáculo y mejor selección de sus tiros) y a ir a una segunda unidad en la que el entrenador tendría opciones a tutiplén (más física con Covington, más de lanzamiento con Redick).

Si los Sixers están a las puertas de los playoffs sin saber aún lo que supondrá el maltrecho Markelle Fultz, dónde estarían con el de Akron.

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Otras opciones menos probables, pero con sentido

Rockets. James ha declarado en más de una ocasión que no le gustaría terminar su carrera sin compartir equipo con sus tres mejores amigos a la vez: Wade, Anthony y Paul. El único equipo que se antoja un lugar para ello es Houston. Carmelo Anthony estuvo realmente cerca de ir traspasado a los Rockets antes de que los Thunder llamaran a la puerta, Chris Paul ya está allí y tanto Wade como él tendrían fácil llegar como agentes libres. Si de verdad quiere, puede hacerlo si se baja el sueldo.

Heat. Miami siempre es buen lugar, uno de los cinco grandes mercados de Estados Unidos a nivel comercial y un sitio por el que él ya ha pasado y donde es grande. Poco o nada queda ya de su etapa, Spoelstra y nada más. ¿Otro retorno?

Warriors. Después de todo lo que ha ocurrido entre los Cavs y ellos, de lo que se criticó a Durant por priorizar las victorias frente a la nostalgia, de cruzarse en su dinastía con el triunfo de 2016… Es casi imposible, y no sólo porque se bajaría la persiana del espectáculo a nivel competitivo, pero soñar es gratis.


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