En una temporada 2021-22 especialmente prolífera en temas extradeportivos, hay una persona que a estas alturas seguramente no esperaba verse inmerso en la discusión que rodea a la NBA. Desde el estreno de Winning Time, la serie de HBO, Jerry West ha sido la comidilla del entorno de la liga por su representación en la pequeña pantalla. El consenso, con el que estoy mayormente de acuerdo, juzga que la interpretación de la leyenda laker es desacertada, sobredramática y superficial.
Durante el primer capítulo el serial que produce, entre otros, Adam McKay muestra a un West gritón y atormentado justo al término de su tercera y última temporada en el banquillo angelino. Actitudes que él jamás mostró en tal grado y que por suerte se van diluyendo con el transcurrir de los capítulos. Sin embargo, quizás sea el tratamiento de West lo más bajo de una serie que elude la verdad sin vergüenza con la excusa de mantener su tono dramático.