Joel Embiid, ¿ya el mejor pívot de la NBA?

Hace unos días contábamos que pocos, muy pocos, jugadores transforman a su equipo como Steven Adams lo hace en Oklahoma. Pues una de esas excepciones puede ser Joel Embiid, que en su tercera temporada completa en la NBA (quinta desde que fuera drafteado en el 2014) está emitiendo el salto definitivo a superestrella de la liga. Con la muestra inicial de este curso cada vez más consolidada, se puede aseverar que Joel Embiid es uno de los candidatos a MVP esta temporada; quizá el mejor interior de todos ellos. Desde luego está siendo de los mejores en términos globales.

Si atendemos a sus estadísticas simples, Embiid ya anticipa algo grande. Techo de su carrera en puntos (28,1 por los 22,9 del pasado año), rebotes (13,3), minutos (34,8 y toquemos madera), asistencias (3,5) o porcentaje en tiros libres (80,9). El pívot de los 76ers es el cuarto máximo anotador por partido de la competición y también el cuarto reboteador. Está resultando diferencial es muchísimas métricas y en casi todas pelea con los mejores.

Embiid es además el cuarto pívot que más asiste en la NBA ahora mismo (le superan Nikola Jokic, Marc Gasol y Nikola Vucevic) por lo que también mejora en cuanto a ser un líder y facilitador para el resto de sus compañeros.

Si seguimos centrados en lo que hacen los centers en este arranque de temporada, Embiid es el cuarto que más balones tapona (2,0) por partido. Asi que a tenor de las cifras simples, estamos ante (nada que no supiéramos) un jugador total extremadamente diferencial en los dos vértices de la pista. Lo que no conocíamos tanto es que sin él, Philadelphia prácticamente se desmorona. Es absolutamente crucial para su equipo como demuestran los siguientes datos.

Philadelphia se hunde sin él

Con él en la cancha, los Philaelphia 76ers anotan 107,2 puntos cada 100 posesiones. Un volumen de acierto tampoco para tirar cohetes pero que hace a los Sixers no estar entre los peores ataques de la competición (honor que recae en Chicago, 101,0 tantos de offensive rating). Lo que ocurre es que sin él la fórmula decae hasta 100,8 tantos, cifras (ahora sí) del peor ataque por 100 posesiones para toda la liga.

Como no era ningún secreto, Joel Embiid es el catalizador del ataque de Philadelphia junto a Jimmy Butler, tras su llegada hace apenas unos días, y Ben Simmons. Pero la importancia e influencia de Embiid es mucho mayor que la de sus dos compañeros de mesa presidencial.

Con Butler en cancha, Philadelphia anota 113,4 tantos por 100 posesiones, cifra superior a la de Embiid pero que se humaniza cuando el escolta está en el banquillo (entones los Sixers llegan a 112,4). La diferencia es mínima y su influencia menor que la del pívot. Igual que ocurre con Simmons (108,0 con él y 105,8 sin él para el ataque).

Se podría decir, pues, que Embiid es el miembro más importante del ataque de su equipo, el que más diferencia produce en función de si está o no en la cancha.

En defensa

En defensa ocurre tres cuartos de lo mismo, con Embiid mejorando hasta en 7 puntos de diferencia las actuaciones de los suyos (de 103,0 a 110,0 cada 100 posesiones encajados cuando está o no en cancha). Mediante ese 103,0 por cierto (con Embiid en pista), Philadelphia sería la segunda mejor defensa de toda la NBA, solo por detrás de los Thunder —precisamente del citado antes Steven Adams—.

Los valores que Butler, como gran especialista defensivo, presenta en términos de defensive rating pueden sorprender. Según las cifras de NBA Stats, con el escolta en pista los 76ers encajan 115,0 tantos cada 100 posesiones (cifra de peor equipo en ese apartado) y sin él 106. Ergo, encajan menos sin él. Butler es un gran defensor y se ajustará con el paso de las semanas mejor al sistema de Philadelphia, pero de momento la muralla del equipo no es mejor con él en pista. Tampoco hay que exigir demasiado, pues en apenas dos semanas con sus nuevos colores, Butler ya ha ganado dos partidos sobre la bocina a Philadelphia. Bastante ha hecho.

Tampoco Simmons es crucial en defensa; de hecho su equipo defiende mejor sin él (108,5 tantos cada 100 posesiones con él y 104,3 sin). El único que mejora en ataque y defensa de los tres puntales de los 76ers es, entonces, Joel Embiid.

La magia del ‘net rating’

Y vamos más allá, con la estadística llamada net rating (diferencial de puntos si un jugador está o no en pista). La brecha entre jugar con o sin Embiid es kilométrica para Philadelphia. Los Sixers son más de 13 puntos mejores (cada 100 posesiones) con el pívot en liza; y cuando no está, deambulan 9,2 puntos por debajo de sus rivales en el marcador. Una honda diferencia que habla del desastre cuando Embiid no está en cancha para los 76ers. Sin él, no hay Butler o Simmons que valgan, su equipo es poco más que una medianía.

Antes de comenzar la temporada, quedaba en Philadelphia cierta sensación de que tanto Simmons como Embiid están ciertamente parejos en cuanto a importancia en el juego del equipo. Pero el nuevo ejercicio ha asolado tal sentimiento, dejando a Embiid por encima de cualquier otra fuerza en el equipo de Brett Brown.

Paradójicamente, el net rating tanto de Butler (-1,6) como de Simmons (-0,5) es negativo, lo que significa que en los minutos que están en juego su equipo vive por debajo en el marcador respecto a sus rivales. Eso no ocurre con Embiid (ni de lejos), como hemos comprobado antes.

Contra otros pívots

Ya vamos clarificando que Joel Embiid no hay más que uno.

Además pocos pívots llegan a tener la influencia que sí posee Embiid en su equipo. Quizá Steven Adams (diferencia de 20,3 puntos de net rating con o sin él en cancha) Marc Gasol (19), Vucevic (casi 16) o Anthony Davis (17,4) poseen un diferencial (en net rating) más importante que Embiid en Philly. Hacen mejores a sus equipos de lo que lo hace Joel, no obstante esto también es debido a que pueden están peor rodeados en sus equipos (excepto Adams), dado que la influencia en las estadísticas simples de Embiid es superior a la de todos ellos.

Otros interiores como Rudy Gobert (12), Andre Drummond (6), Karl-Anthony Towns (0,6), Nikola Jokic (-1,9, curioso, su equipo es peor con él en cancha) o DeAndre Jordan (de locos, Dallas es casi 7 puntos peor jugando con él) no llegan ni de lejos a la influencia para su equipo que sí posee Embiid.

Reina, pues, el pívot de Philadelphia en su propio equipo y también entre sus semejantes (los mejores) de la NBA. Y por último, también lo hace en el cuerpo a cuerpo contra pívots de la más alta consideración.

Cuando tocó jugar ante Anthony Davis, por ejemplo, dejó al center (interior, mejor dicho) de New Orleans en una producción raquítica: 12 puntos (4 de 13) en 41 minutos. Embiid juega mucho con su vocabulario respingón durante los partidos y con ello consigue minar la confianza de algunos de sus rivales. Es todo un artesano de tales técnicas. Que le pregunten si no a Drummond, que cada vez que se mide con Embiid el center de Philladelphia ha coqueteado con los 40 puntos (39 y 33) y él se queda en una promedio de 11.

Defensa cara a cara

Embiid tiene la capacidad de dejar a rivales de altura en producciones pobres. En las posesiones en las que defiende a las más ‘feas’ de la liga, el camerunés suele salir ganando. Así, la estadística Player Poings difference trata de hacer una comparación de los puntos (por 100 posesiones) que un jugador anota normalmente y los que anotaría si solo fuera defendido por X jugador. Y en la lista de víctimas de Embiid, muchos grandes pívots bajan su media anotadora cuando están delante de Joel, como el caso de Marc Gasol (-17,3), Vucevic (-8,7), Brook Lopez (-10,2), Jarret Allen (-8,9), Al Horford (-5,1) o DeAndre Ayton (-22,5).

Todos ellos producen menor cantidad de puntos en ataques defendidos por Joel Embiid de lo que manejan habitualmente.

De esa manera, se explica que la importancia del pívot africano en la NBA ha escalado sobremanera en este arranque de temporada. ¿Tanto como para ser considerado el mejor interior de la liga en este momento? Pudiera ser. Es más, es bastante probable que sí lo sea en este momento. Aunque Davis y Vucevic están ligeramente por encima suyo en Player Efficiency Rating, el récord de Philadelphia (14-8), lo determinante que Embiid resulta tanto en ataque como en defensa (de manera general y local) y sus estadísticas simples hablan a su favor.

Es la lengua más descarada en kilómetros a la redonda pero que eso no debe empañar (a veces podría) su ingente labor en la cancha. En su tercera temporada en juego (24 años), está gestando su conversión en una gran superestrella. Ya sabíamos que era importante, pero lo es mucho más de lo que parece.

(Photo by Michael Reaves/Getty Images)

Datos recogidos de NBA Stats y ESPN Stats


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