La unanimidad y dimensión con Sergio Scariolo

No queríamos dejar pasar la ocasión dorada para levantar un texto acerca el entrenador de la selección española, Sergio Scariolo. El preparador, que se confiesa fanático del Inter de Milan —»El Inter es lo único que me hace perder la cabeza», ha llegado a relatar—, ha elevado su figura, por fin, a la de máximo héroe nacional tras la conquista del Mundial 2019.

Siete medallas en ocho torneos con España (!!). De locos. Seis en siete hasta la llegada del pasado Mundial. Y, aun con eso, en España no existía concordia sobre el incontable servicio que el técnico venía prestando en la selección. Ahora sí ya se entiende su dimensión. Ya no es incontable sino legendaria, de hecho. Ha sido después de tres oros (2009, 2011, 2015) y un bronce (2017) en Europeos y una plata (2012) y bronce (2016) en Juegos Olímpicos. Eso además de la nueva corona de laurel conquistada este pasado domingo.

Scariolo, que había ya tenido la única experiencia de Mundial en 2010 (sexto puesto, sin Pau Gasol), resultó el grácil estratega que elevó las condiciones de una selección española inferior, sobre el papel, a otros torneos y equipos en este 2019. No se trataba del mejor plantel del certamen, pero el entrenador natural de Brescia alineó todas las piezas para sacar lo mejor de un Ricky que ya llegaba en cuarto creciente de su temporada con Utah; lo mejor de un Claver siempre señalado por el dedo popular y que completó sus mejores días profesionales; lo mejor de un Marc Gasol que llegaba de disputar 103 partidos y más de 3.000 minutos en la NBA (con anillo incluido), lo mejor que hemos visto en defensa en mucho tiempo… Lo mejor de todos y cada uno de sus tutelados y lo mejor del equipo…

La tormenta al comienzo del Mundial era especialmente sonora con el técnico y eso emborronaba todo lo conseguido hasta aquel momento; hasta el anillo con los Raptors. Sin embargo, con un clínic de cómo preparar encuentros para minimizar el daño recibido por parte de estrellas rivales (Gallinari, Jokic, Scola…), una exhibición defensiva detrás de otra y con pleno de aciertos en cada una de sus maniobras, Scariolo ha puesto de acuerdo al planeta baloncesto de cuál es, y ha sido, su dimensión real en la selección.

«Estos jugadores no se han rendido nunca cuando las cosas estaban jodidas. Son un ejemplo de trabajo y de compromiso», podía decir el técnico ante una plaza de Colón (Madrid) abarrotada. El grupo que el técnico llegado a España en los 90 (1998, en Vitoria) consiguió solidificar se ha retroalimentado, y viceversa, de sus acertadas señales desde el banquillo.

Detrás de la gomina marcial también se camufla un orador sobresaliente que ha dejado pistas de lo mucho y bueno que entra por los oídos de sus jugadores antes y después de los partidos. «Habéis demostrado seriedad, habéis demostrado capacidad de sufrir, compañerismo, capacidad de prepararos… Y habéis demostrado sobre todo que sois un equipo. Y este juego es generoso con quien lo respeta, lo habéis respetado en ambos lados de la cancha y al final mirad qué regalo nos ha hecho el baloncesto», decía, ya en el vestuario y a punto de ser empapado, tras la conquista del Mundial.

Ahora sí, por fin, hay unanimidad sobre la dimensión de Sergio Scariolo, seguramente el mejor técnico de la historia de la selección española.

(Fotografía de portada: Lintao Zhang/Getty Images)


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