Lakers y su rechazo a las derrotas programadas

En toda temporada NBA pueden encontrarse un sinfín de derrotas singulares que no llegan por sorpresa para el equipo que las recibe. Son un mal menor, analizado, calculado y previsto, con el que todo el mundo contaba dentro del vestuario. Ya contemplaban caer en esos días y todo forma parte de un plan mayor. Esta situación, además, se da en una tipología muy amplia de equipos —desde candidatos al anillo hasta los que buscan la pole para el draft siguiente— y son también explicadas debido a la dureza y erosión que produce el calendario NBA.

Véase cuando un equipo tiene que afrontar una cantidad generosa de encuentros en un período corto de tiempo, en algunos de ellos puede dejarse llevar. Los back to back (partidos disputados en días consecutivos) son pan nuestro de cada día en esta clase de cálculos y teoremas donde también tienen cabida los encuentros que se afrontan con demasiadas bajas.

En suma, un equipo NBA, hasta los que luchan por el título, cuenta con que en determinadas fechas de la temporada regular será más difícil competir y por ello no se emplean al cien por cien. Simplemente entregan la cuchara como parte de un plan superior que puede contemplar reservar fuerzas para lo importante o simplemente permitir un desarrollo acelerado a jugadores jóvenes.

Los Clippers son un buen ejemplo de esta teoría que comentamos. Nadie duda que lucharán por el título en los playoffs, pero durante la temporada regular están dejando escapar no pocos encuentros (31-14 de récord) debido a que no cuentan con todos sus jugadores o debido al load management de Kawhi Leonard. Saben que pelearán por todos los honores en la postemporada y, sin perder ese prisma, existen días en los que el caudal de energías se palpa inferior. No les importa perder en esas citas regulares, así ahorran esfuerzos para cuando llegue lo importante.

Bien, pues con en esta retorcida (pero real) aplicación de la NBA no están congeniando los Lakers. El equipo angelino es paradigma de competitividad en cada encuentro, dando igual las bajas, contexto, calendario o tráfico de partidos. Salen siempre a ganar, de manera innegociable.

En los ‘back to back’

Fruto de esta nueva cultura que se está implantando en los Lakers, el equipo de Frank Vogel presenta un récord de 12-0 esta temporada en sus seis back to back disputados. Han ganado todos los encuentros consecutivos, evidencia de que no están dando un solo partido por regalado.

Los Lakers son el segundo equipo con una edad promedio más elevada pero, aun con eso y la irresistible oferta de ahorrar fuerzas para los playoffs, en Los Angeles no están escatimando combustible.

También, los Lakers pueden presumir de un balance de 24-1 actuando contra rivales por debajo del 50 por ciento de victorias. O sea, que muy rara vez (solo una) les ha sorprendido un equipo por no salir a la cancha con la concentración legítima.

Cultura de ganar

Cuando para muchos equipos la temporada regular no es sino la antesala de la verdadera salsa del curso, para los Lakers importa y mucho. Es así porque desean imprimir cuanto antes una cultura ganadora que se aplique en cada partido. Y a su vez, que esa cultura les inserte dentro de una cadencia de poder derrotar a cualquier rival en cualquier circunstancia; sobre todo para prepararse de la mejor manera de cara a los playoffs, que son el verdadero objetivo. No hay partidos que valgan más que otros, los Lakers están saliendo a ganar y con idéntica intensidad todas las noches; ya falte Anthony Davis (que se ha ausentado en siete ocasiones) o quien sea. Quieren adquirir la velocidad suficiente que les haga volar en su camino a las Finales.

Tradicionalmente, los equipos de LeBron James, sobre todo en Cleveland, tomaban la temporada regular como un campo base de pruebas para calibrar fuerzas. No barrían a sus rivales, sino que ahorraban gasolina para emplear todo el depósito durante el tramo importante de curso. Los Lakers del pasado ejercicio, tras la llegada de LeBron en el verano de 2018, también imaginaban un plan similar pero la lesión de James arruinó las aspiraciones de entrar de manera mínimamente digna en la pelea por el título.

En esta temporada todo ha cambiado. Con dos estrellas en un momento inmejorable y veteranos que replican la sobriedad de toda la plantilla, los Lakers poseen una oportunidad de oro después de no pisar postemporada desde el año 2013 (sin ganar partidos de playoffs llevan desde 2012). Salen a por la victoria cada noche y no dan ninguna derrota por supuesta. Ese es el camino al verdadero objetivo, el campeonato. Y ese es el nuevo estilo, cultura en los Lakers, rechazar los tropiezos programados.

(Fotografía de portada: Mike Stobe/Getty Images)


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