Lonnie Walker IV captó la atención del pasado Draft 2018 no solo por su carismático peinado que apenas le permitió ponerse la habitual gorra de este tipo de ceremonias; también lo hizo porque la gerencia de San Antonio Spurs, experta en descubrir talento donde parece no haberlo, decidió apostar por él en la posición número 18.
En medio de la marabunta que supuso el traspaso de Kawhi Leonard, el rookie formado en la Universidad de Miami atendió a la revista SLAM tras una sesión de entrenamiento de unos 40 minutos en las recientemente renovadas instalaciones tejanas.
«Un jaguar negro…», comentó Walker IV desde la línea del tiro libre. «O un tigre albino», añadió.
Muchos habrían pensado que se trata de un automóvil que querría comprarse (véase la marca británica). Pero no, el novato es un fanático de los canales Animal Planet y Discovery Channel. Siempre con muchas inquietudes en su cabeza, trata de preguntarse el cómo y el por qué de numerosos asuntos, y pone especialmente su interés en diversas materias, tales como política internacional, religiones o nuevas sociedades.
«No creo que alguna vez se haya aburrido antes», señaló el amigo que le acompañaba en la sesión.
Pero sus intereses van mucho más allá. Escucha a diario a Frank Sinatra, al pianista Danny Wright y a raperos como Pusha T o G Herbo. Asimismo, cuando le preguntaron con qué tres personas le gustaría cenar, señaló al científico Albert Einsten, al actor Will Smith y a Jeff Bezos, fundador de la gigante Amazon.
Además de sus peculiares gustos, también dicen que será un gran jugador de baloncesto. Un tipo muy versátil y buen defensor. En las pasadas Ligas de Verano dejó algunas muestras de su enorme talento, aunque también mostró algunas lagunas. Sus promedios fueron de 11,5 puntos y 5 rebotes por noche. Además, con la reciente salida de Kyle Anderson y Danny Green tendrá un papel bastante importante en la rotación de Gregg Popovich pese a ser un recién llegado a la liga.
El baloncesto, un flechazo
Como muchos otros jóvenes norteamericanos practicaba multitud de deportes en su época de instituto (fútbol americano, béisbol y baloncesto). No obstante, tal como señala el propio jugador, su relación con el mundo de la canasta fue bastante especial. Ningún otro deporte le causaba las mismas sensaciones. «Si nueve de cada diez veces no tenía una pelota en mi mano, me ponía a llorar», señaló Walker IV. «Desde pequeño siempre me atrajo. Fue como una reacción química. Es algo que yo necesitaba», añadió.
Su padre, Lonnie Walker III, también fue jugador y destacó en la Universidad de Alvernia donde cosechó 1000 puntos y 1000 rebotes. También era muy conocido en su localidad natal de Reading, como también lo ha sido su primogénito. Desde temprana edad destacó en baloncesto y lideró a su instituto a su primer campeonato estatal, siendo también el máximo anotador histórico y todo un ídolo entre el alumnado.
Independiente de su calidad, innata o no, ¿quién es realmente Lonnie Walker IV?, se preguntarán. «Lonnie es un tonto», señaló su amigo entre risas. «Le encanta divertirse. Es una de esas personas a las cuales no les gusta la energía negativa a su alrededor. Es muy positivo y tiene un alma muy genuina», destacó.
«Soy muy tranquilo. Nunca me molesto. Siempre estoy en mis cosas. No me preocupo por los asuntos de otras personas», dijo Walker IV.
Y cuando se trata de sus asuntos es un perfeccionista. Está trabajando a destajo para llegar en el mejor estado de forma posible a la pretemporada 2018 que está a punto de arrancar. Asimismo, el citado medio cuenta que, tras su entrenamiento, no dudó en cambiarse de pantalones, ya que los anteriores estaban manchados. Quería presentarse impoluto a la cita.
Dichos pantalones eran de la firma Adidas, la cual aceptaba representarle pese a ni haber alcanzado el profesionalismo. Su acuerdo con la firma germana le proporcionó una mayor motivación, ya que ni él mismo esperaba que se interesen por él. «Todavía no he llegado a la NBA y ya he sido la décimo octava elección del Draft. Ser patrocinado por Adidas, es algo que no debía ocurrir. Yo, estar en la NBA, probablemente es algo que tampoco lo creía. Y en este momento ya he alcanzado algo impensable para mí, por tanto te das cuenta y te tomas todo esto muchísimo más en serio», explicó.
«El hecho de que estén hablando de mí y de lo que puedo llegar a ser… Todo eso me motiva mucho más. Estoy hambriento. Quiero convertirme en alguien», destacó.
Lonnie tiene grandes planes para su futuro, incluido el no baloncestístico. Hace unas semanas destacaba por su bondad, ya que había aceptado donar 300 pares de zapatillas valoradas en 30.000 dólares a los chavales de la Blacktop League de Reading. Su localidad, plagada de pobreza y delincuencia es algo que le preocupa muchísimo y que quiere cambiar. Y ahora desde su posición de jugador NBA todavía más.