Taylor Jenkins y los entresijos de un despido a destiempo

Hay algo raro en la decisión que han tomado los Grizzlies y todos los movimientos que le han precedido.

Foto del autor

Por David Sánchez

Publicado el

Las formas lo dicen todo. Aunque el despido de Taylor Jenkins arroje más preguntas que respuestas. No queda otra cuando dicho cese sucede con los Memphis Grizzlies a dos semanas de afrontar los playoffs y estando quintos del Oeste. Zach Kleiman, GM de la franquicia de Tennessee, preparó una comparecencia improvisada para dejar claro que la decisión había sido suya y solo suya, guiada por el sentimiento de urgencia que cree que la franquicia debe tener en sus aspiraciones.

La temporada de los Grizzlies se ha ido enrareciendo y en las últimas semanas ya era un clamor entre aficionados y prensa que Jenkins debía salir. El técnico ha pasado seis años en la organización y es el artífice de la reconstrucción del equipo tras el fin de la era Grit ‘n’ grind que sellaron las salidas de Marc Gasol y Mike Conley. Aun así, existía la sensación en el entorno de que Jenkins no era el indicado para llevar a Memphis al siguiente nivel. Lo explica perfectamente Molly Morrison, una de las periodistas más vocales en la cobertura del equipo.

Todo lo que ha pasado en ese vestuario, los rumores sobre la decepción de Ja Morant con gerencia y cuerpo técnico, los momentos de tensión materializados en el empujón de Desmond Bane a Santi Aldama, el declive de juego y resultados de los últimos meses… Todo es una incógnita. Lo que es una realidad, y se ha hablado poco de ello, es de cómo Tuomas Iisalo ha llegado a ser el entrenador jefe de un equipo NBA solo diez meses después de llegar a la liga como asistente.

Daños colaterales del cese de Taylor Jenkins

Y es que en el ascenso de este técnico finlandés desconocido para el gran público hay mucho donde rascar. Sobre todo porque su nombramiento como técnico interino ha ido acompañado del cese de Noah LaRoche y Patrick St. Andrews. El primero fue, junto al propio Iisalo, el gran fichaje de la pasada offseason para reforzar el cuerpo de asistentes. Un movimiento que llevó en total a seis ayudantes nuevos al staff por obra y gracia de Kleiman. Otro símbolo de que la confianza que un día se depositó en Jenkins ya no era la misma.

Durante toda la temporada, a LaRoche se le han otorgado méritos máximos en la evolución ofensiva de los Grizzlies. Aunque el preparador nunca había operado con colectivos de élite, sino que se había destacado por su papel en el desarrollo de jugadores como Russell Westbrook, Georges Niang, Harrison Barnes o Duncan Robinson entre otros.

Los Grizzlies empezaron la temporada como un tiro, teniendo el quinto mejor ataque de la competición desde el inicio del curso hasta finales de diciembre. De hecho, siguen siendo la sexta ofensiva más eficiente de la liga. Este desarrollo llegó a costa de un nuevo sistema que ponía un énfasis sin precedentes en los ataques rápidos y en un anacrónico rechazo del pick-and-roll como piedra angular de la generación de ventajas. Memphis solo acude al bloqueo directo en un 9,3% de sus acciones, la cifra más baja desde que se comenzó a contabilizar hace más de una década.

En paralelo, la Euroliga vivía la irrupción de Paris Basketball a manos de Tiago Splitter. Con un juego muy similar basado en la transición y la libertad de toma de decisiones que otorga a todos sus jugadores en ataque. El conjunto francés lideraba la segunda mejor competición de baloncesto del mundo a través de generar desequilibrios en el uno contra uno y que las lecturas sin balón del resto hiciese el resto. ¿Y qué tienen en común París y Memphis? Efectivamente, a Tuomas Iisalo.

Fue el trabajo del finlandés en la capital francesa, con los que logró la EuroCup. Al calor del despido de Jenkins, Alejandro Gaitán revelaba un episodio esclarecedor. El periodista freelance decía que, en la visita de Memphis a Toronto, aprovechó para preguntar a miembros de la organización por el peso de Iisalo y LaRocha en el nuevo sistema. Y que todos decían ante micrófonos que el mérito era compartido para después desvelar que el cerebro era el finlandés.

Esto abre aun más el abanico de cuestiones que surgen del mal momento del equipo, el runrún que circunda al vestuario y el despido de Jenkins en un momento tan extraño como este. La sensación es que poner buena parte de la identidad del equipo en manos de Iisalo fue cosa de Kleiman pensando en un futuro relevo y que, ante la incomodidad de Morant en un sistema que no prioriza su desequilibrio individual (más bien lo empequeñece), ese plan se ha tambaleado.

Quizás sea injusto arrojar al finlandés a un reto de esta magnitud con menos de diez partidos de temporada regular por delante y unos playoffs que pintan a escabechina. Pero las cosas se han dado así y lo que veamos del finlandés en este tramo que ha comenzado con derrota ante los Lakers puede marcar su futuro inmediato en la mejor liga del mundo. De las ramificaciones que tengan todos estos movimientos a nivel de plantilla ya tocará hablar en verano.

(Fotografía de portada de Petre Thomas-Imagn Images)

TE PUEDE INTERESAR