Dos fuertes sacudidas tambalearon los cimientos de la NBA en 1998. La competición se había asomado al borde del precipicio deportivo y financiero para caer irremediablemente en él. La euforia tras el sexto campeonato de los Bulls se había evaporado rápidamente con la retirada de Michael Jordan y el desmantelamiento de una dinastía que había gobernado con mano dura la competición. Si bien esto permitía repartir de nuevo el pastel, el foco de atención se centró rápidamente en las negociaciones entre la Liga y la Asociación de Jugadores para establecer un nuevo convenio colectivo. Para cuando se llegó a un acuerdo, el año 1998 se había extinguido y la competición mostraba una cara completamente diferente.
En San Antonio no perdieron el tiempo y lograron pescar en aguas revueltas. La columna vertebral del equipo formada por Duncan, Robinson, Elliot y Johnson era inamovible, así que Popovich centró sus esfuerzos en apuntalar las fisuras existentes en la segunda unidad. Tan solo Mario Elie, bicampeón en Houston junto a Olajuwon, aterrizó en Texas para completar el quinteto inicial tras la salida de Vinny del Negro rumbo a Milwaukee. A su vez, aprovecharon la ‘espantada general’ en Chicago para enviar a Chuck Person y la primera ronda del 2000 a cambio de Steve Kerr. También llegarían Jerome Kersey y Antonio Daniels, quienes aportarían un valor añadido desde el banquillo. “Popovich fue muy inteligente firmando a jugadores como Elie o Kerr. No había ganado ningún campeonato todavía, mientras que Mario y Steve tenían varios. Cuando Mario o Steve comentaban algo sobre el partido, Gregg les escuchaba. Gracias a detalles como ese, Popovich se fue convirtiendo en lo que es hoy en día”, relataría años después el propio Daniels.