«72-10 no significa nada sin el anillo”. El lema que Ron Harper y Scottie Pippen pensaron para las camisetas de entrenamiento de Chicago Bulls durante los Playoffs de 1996 vuelve a estar presente 20 años después.
Golden State Warriors, tras una temporada regular histórica y supersónica de 73 victorias, no ha conseguido cerrar con un broche de oro el curso. La derrota en el séptimo partido de las Finales de la NBA ante Cleveland Cavaliers ha destruido de un plumazo el oficioso título que aguardaba a los Warriors: Best Team Ever.
Nadie puede plantearse ahora calificar a los Warriors 2015-16 como el mejor equipo de siempre. De hecho da reparo pensar en ellos como uno de los mejores de la historia por el hecho de que no lograr el título les elimina de cualquier debate de este tipo. Argumentar que un equipo ha sido el mejor cuando no ha sido capaz de ganar el campeonato suena incluso pueril.
Pippen y Dennis Rodman se han apresurado a recordar que los Bulls de la campaña 1995-96 siguen siendo el mejor equipo jamás juntado. Y no les falta razón atendiendo a los números. El porcentaje de victorias de los Warriors combinando temporada regular y Playoffs ha sido del 83% (88-18), lejos del astronómico 87% (87-13) de aquellos Bulls.
Pero volviendo al primer párrafo, ¿no ganar el anillo significa que no valen de nada los 73 triunfos? Draymond Green ha sido el primero que se ha sincerado, diciendo que lo conseguido por los Warriors este año ha sido especial y que no haber culminado el objetivo del título no implica de forma automática que la temporada sea un fracaso. El 73-9 siempre quedará ahí, probablemente imbatido para los restos y mencionado de forma permanente cuando se hable de los Bulls de Michael Jordan, pero lamentablemente para Golden State y sus aficionados no da para el olimpo del baloncesto.