Michael Porter Jr, cuando por fin empieza a oler a futura estrella

Cuando pensamos en el draft del 2018, de manera inconsciente nos teletransportamos hasta Luka Doncic y Trae Young. Dos jugadores que ya se sitúan en el top 5 de puntos y asistencias en la temporada 2019-20 y que apuntan a gobernar a su antojo la próxima década en la NBA. Ellos fueron los primeros en reventar el cascarón, y a otros hijos de aquella generación les costó un poco más salir del nido y tirar la puerta abajo. Un ejemplo de eso es Shai Gilgeous-Alexander, con una campaña de novato correcta, prometedora, y ya un segundo acto atestado de genialidades. Será una estrella, metamorfosis que también empieza a apreciarse cada vez más en la figura de Michael Porter Jr.

Pocos se acordarán ya pero el alero de los Denver Nuggets, antes de ser elegido en el puesto 14 de aquel draft del 2018, era el sujeto más prometedor, junto a DeAndre Ayton, de la generación. Muchos analistas coincidían al comienzo de la temporada 2017-18 en señalar a Porter Jr. como el proyecto más interesante de la siguiente camada. Alto, muy físico, con ricas dotes técnicas y automatismos, podía asumir una cantidad ingente de labores; por ello portales como ESPN o Rivals.com le tasaron como un jugador de cinco estrellas en el prólogo de su único año en la Universidad de Missouri.

Porter Jr. era uno de los grandes favoritos a ser número 1 del draft dentro de unos meses; de hecho, fue coronado como mejor jugador del clásico McDonalds All American y fue también Mr Basketball USA, dos de los mayores galardones que puede recibir un jugador en edad de instituto en Estados Unidos. Durante esa etapa adolescente de su carrera, Porter Jr. pudo tener como entrenador a Brandon Roy, antiguo jugador de los Portland Trail Blazers retirado prematuramente por problemas en la rodilla. «Ni siquiera considerábamos Nathan Hale al principio. Pero luego escuchamos que iba a entrenar Brandon Roy y pensamos que sería una experiencia única», decía por aquel entonces Michael.

Inauguró el coach Roy su currículum de técnico (era su debut) con Porter Jr. en Nathan Hale High School, en la ciudad de Seattle. Ese año uno promedió 37 puntos y 14 rebotes por partido, otro terminó la temporada con el Naismith Trophy a mejor entrenador del año en high school y el balance del equipo fue de 29-0. Intratables, tanto como la proyección de un Porter Jr. que ya apuntaba a la NBA de manera muy potente. Olía a futura estrella en decenas de kilómetros a la redonda.

Lesión en la espalda

El nombre de Michael Porter Jr. estaba en todas las quinielas para el año siguiente en el draft. Sería seguro una elección de lotería (primeras 14) y se hablaba de él como top 5 y probable número 1. Sin embargo, una lesión en la espalda lo arruinó todo en unos meses.

En su primer partido oficial en la Universidad de Missouri, Porter Jr. tuvo que retirarse con una lesión en la espalda, a los dos minutos de haber estrenado militancia en la NCAA. El fuerte latigazo le llevó directo al quirófano, fue operado en noviembre y después de aquel episodio ya solo disputaría tres encuentros al final de su temporada college.

Lo más lógico en ese contexto hubiera sido permanecer un año más en la universidad, pero Porter Jr. desestimó dicha opción y se presentó al draft del año 2018. Su prestigio de cara al certamen se había desplomado y si antes se daba casi por hecho que sería mínimo número 2, ahora pocas franquicias parecían dispuestas a jugársela con su maltrecha espalda, que todavía tenía bastante regular. El ritmo frenético de partidos, viajes y entrenamientos suponía demasiado riesgo para un joven que llegaba a la NBA con una porción tan importante de su cuerpo empadronada en el taller.

Para más ruina individual, Porter Jr. hasta tuvo que cancelar un entrenamiento previo al draft con varias franquicias NBA debido a que seguía sintiendo fuertes dolores en su espalda. De hecho, aquel día las molestias eran tan fuertes que no pudo salir de la cama. No podía huir de la posición horizontal teniendo 19 años. La cosa pintaba fea.

No es que sufriera una lesión gravísima, pero los discos intervertebrales de su espalda no dejaban de darle la brasa. Podía ser una cuestión genética y el caso era que no paraba de sentir dolor. Parecía que sus discos estaban como rasgados en su parte más externa y eso liberaba una sustancia en su cuerpo que le hacía sentir fuertes molestias.

Elección por Denver

De ese modo, la celebración del draft 2018 fue aciaga para él. El analista Jonathan Givony (ESPN) había ya adelantado que las organizaciones mejor colocadas no querían arriesgar con la dudosa espalda de Porter. Dando en el clavo la anterior información, el alero acabó siendo elegido en el número 14. Hasta 13 elecciones pasaron de él por no confiar en su fiabilidad física. Y a Denver le cayó el regalo del cielo. Ya eran un equipo hecho, maduro y que peleaba por grandes cosas, y de repente se presentaban con la posibilidad de hacerse con un proyecto de gran jugador. Había riesgo en la elección porque no se sabía cómo volvería Porter Jr. de sus problemas, pero este era menor eligiendo en el puesto 14. La apuesta no era la misma que si una franquicia elegía en el número 2 porque, si hubiera salido mal, habría supuesto desperdiciar una gran ronda.

No era el caso de los Nuggets, que invirtieron en Porter Jr. sin nada que perder y han empezado a recoger ahora, año y medio después de aquello, los primeros brotes maduros.

Año en blanco

No pudo ser antes debido a que Michael Porter Jr. volvió a pasar por el quirófano poco después de ser elegido en el draft. Nuevamente en la espalda, esta vez en la zona lumbar. Después de aquello, su concurso en la NBA parecía más quimérico que nunca. Cómo iba a ser la estrella que todo el mundo esperaba hacía poco si ni siquiera podía entrenarse al mismo ritmo que un jugador profesional.

Pasó todo el año en blanco y finalmente ya en el nuevo ejercicio 2019-20 pudo debutar con los Denver Nuggets. Como se esperaba, su estreno y primeros bailes no fueron de salón precisamente, con la lógica y difícil adaptación para un novato que lleva más de un año sin competir. En su primer mes promedió 2,4 puntos en 7,7 minutos. Muy escasa importancia en la tan vertebrada rotación de Mike Malone.

Sin embargo, en los últimos tiempos Porter Jr. ha derrumbado la puerta con varios golpes muy certeros. Los que le han llevado a promediar 11,8 puntos, 5,7 rebotes, 60,5 por ciento en tiros de campo o 46,2 en triples en 20,1 minutos durante el mes de enero. También ha podido dejar dos actuaciones por encima de 20 tantos y grabar su récord profesional momentáneo en 25 puntos y 14 rebotes. Anoche, ante Minnesota, dejó un 20-14 que cuaja la idea de que hay un gran proyecto dentro de él.

Michael Porter Jr. pide paso en los Nuggets. Lo hace demostrando que su año en blanco y el infierno discal no supusieron un lavado de cerebro para sus condiciones.

«Es un talento increíble. Cuando ves cómo sus tiros van hacia el aro, es impresionante. Siempre la mete. Es un tipo grande, un gran reboteador. Puede hacer muchas cosas en la cancha», podía decir de él Nikola Jokic, tras el partido del lunes ante los Timberwolves.

El serbio es ahora el jefe de filas de Porter en la plantilla pero dentro de no demasiado podría hacer hueco al novato en un rango superior. Charles Barkley apostó en TNT que Porter será el segundo mejor jugador de los Nuggets al final de esta temporada.

«Si le respeta el físico»

Técnicos y compañeros también son conscientes de que si le respeta el físico (esta es la gran clave de su carrera) tienen ante sí un auténtico diamante. «El cielo es el límite con él», podía decir hace no demasiado Mike Malone, técnico de Denver. «Todo el mundo sabe que su talento no es de este mundo. Midiendo 6-11, con su habilidad es muy difícil defenderle. Y luego es implacable en los tableros. Qué puedo decir…», comentaba por su parte Will Barton.

Otro que ya sabía qué camuflaban aquellos reiterados problemas de espalda era Isaiah Thomas. El ahora base de los Wizards había conocido a Porter Jr. durante el año senior de este en el instituto (2017) y el pasado curso pudo cuajar amistad con él en Denver, mientras ambos se recuperaban de sendas lesiones. Por eso habló con conocimiento de causa. «Está en proceso de ser un Kevin Durant», dijo de él hace tiempo. Ya en los Nuggets, agregaba a su discurso «es uno de los talentos más especiales que he visto nunca. Si puede mantenerse sano, será una superestrella de esta Liga».

Esa es la gran clave en el caso de Michael Porter Jr, el «si puede mantenerse sano». De conseguirlo, hablamos de un proyecto de futura estrella con capacidades ilimitadas para anotar, rebotear y abarcar casi cualquier posición y cometido dentro de la cancha. Un jugador total dentro de un físico de lo más exuberante (mide 2,08 metros).

Ha despertado, por fin, el número 1 del draft olvidado. Ha llegado el momento de Michael Porter Jr. en los Nuggets. Y puede empezar a oler a nueva estrella muy pronto.

(Fotografía de portada: Jamie Schwaberow/Getty Images)


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