¿Quién iba a decir que Luka Doncic iba a ser la clave de las Finales de Conferencia Oeste? Obviamente un jugador de la ascendencia del esloveno siempre será trascendental en cualquier partido, serie o carrera de canicas en la que esté presente. Para bien o para mal. Y si es imposible explicar que los Mavs hayan llegado hasta aquí y forzado dos partidos igualados ante unos Warriors netamente superiores en términos generales sin las exhibiciones de Luka, tampoco se puede obviar que el dominio de Golden State nace de planificar sus partidos con la estrella de Dallas como epicentro.
Lo primero es explicar cómo Jason Kidd ha integrado a Luka en el sistema defensivo no solo para tapar sus carencias sino para sacar ventaja de su tamaño y manos rápidas. Al menos hasta la llegada de los playoffs. Usualmente Doncic queda emparejado con el tirador de la esquina de lado débil. Es decir, el jugador que menos atención y trabajo requiere y el que más facilita cambios de asignación sobre la marcha lejos del balón.