Mr. Extra: P.J. Washington

P.J. Washington no es un rookie al uso. No es solo una representación de lo que ha hecho, sino también de lo que puede llegar a hacer. Durante su etapa universitaria en Kentucky destacó en ciertas facetas del juego a las que ha dado continuidad en la NBA. Pero también ha sorprendido a muchos con otras que gran parte del público desconocía. Actualmente, es el cuarto máximo reboteador entre los novatos (5,4), noveno en asistencias (2,1) y duodécimo en anotación (11,8).

En sus dos temporadas con los Wildcats apenas destacó como un lanzador a larga distancia. En 40 minutos su promedio de triples intentados fue menor a los dos por partido. Poco después, se convirtió en el jugador con más triples anotados en su debut en la NBA, con 7. Su anotación en aquel partido, 27, fue la más alta para un debutante desde Gordan Giricek, quien sumó 29 tantos en 2002. Actualmente, ha anotado un total de 69 lanzamientos de tres puntos con un acierto del 38,3%, demostrando un arsenal de recursos mucho mayor al que había exhibido a las órdenes de John Calipari.

Su rango de tiro y efectividad se ha convertido en una de las sorpresas positivas de la temporada en Charlotte, confirmándose que el impacto que un jugador puede alcanzar en la NBA no solo debe ser proyectado en función de lo visto en la NCAA. A menudo, el baloncesto universitario está muy ligado a un entrenador y su sistema. Y los jugadores deben adaptarse a lo que hay.

Otro punto a destacar es el uso efectivo del pick&roll. Antes de ser elegido en el draft, los informes de muchos scouts definían a Washington como “un jugador carente de explosividad, lo que significa que no será una gran amenaza para finalizar en el pick&roll.” Es cierto que en su segundo año en Kentucky apenas finalizaba una posesión por partido en situaciones de bloqueo y continuación. Su compañero Malik Monk, que también jugó para los Wildcats, ha explicado que esto se debe al juego más directo de Calipari. En Charlotte las cosas son muy distintas.

«Washington era un jugador de poste bajo. Pero nosotros somos un equipo de pick&roll, así que él es un jugador de pick&roll”, explicó James Borrego, entrenador de los Hornets. Y así lo confirman las estadísticas. Tan solo Indiana y Toronto finalizan más jugadas de bloqueo y continuación que Charlotte.

“Su habilidad para lanzar la pelota realmente abre la cancha y estira las defensas. Tienen que descubrir cómo defender estas jugadas. Puede tirar, atacar el aro o crear jugadas para otros.” Nuevamente, Borrego nos da las claves del éxito.

Una jugada que ha explotado al lado de Devonte Graham. El dos contra dos entre Washington y el base es uno de los principales rasgos que definen el juego de los Hornets. Y no es solo Washington el que aprovecha las asistencias (70 en total este curso) de su compañero, sino que el propio Graham presenta un 41,8% de acierto en triples cuando recibe un pase de P.J. Los Hornets al completo también se benefician de ello: presentan un dato ofensivo de 107,4 puntos por cada 100 posesiones cuando ambos jugadores comparten pista.

Así, Washington ha servido para borrar cualquier tipo de creencia previa que sugiera que el valor real de un jugador en la NBA dependerá de lo que haya demostrado hasta el momento. Es un indicador, por supuesto, pero no una evaluación definitiva. O sino que le pregunten a jugadores como Draymond Green.

(Este texto fue publicado originalmente el 28 de febrero de 2020 en el antiguo Extra nbamaniacs. Lo recuperamos ahora en el nuevo sistema).

(Fotografía de Streeter Lecka/Getty Images)


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