¿Cómo estaba controlando Popovich a los Nuggets?

Más allá de la explosión milagrosa.

Jamal Murray ha salvado esta noche la temporada de los Denver Nuggets. Y lo ha conseguido con la inestimable ayuda de Gary Harris y Malik Beasley, los dos jugadores que menos se habían arrugado (junto con Paul Millsap) hasta la explosión del canadiense. Todo el que haya visto el partido sabrá que no exagero lo más mínimo: hasta que los de Colorado se han quitado la careta mediado el tercer cuarto, a base de triples, carreras y ya sin nada que perder (el peor momento de la eliminatoria: 1-0 y 19 abajo), Popovich tenía completamente controlada la serie.

La pregunta es evidente: ¿cómo narices había conseguido Popovich maniatar de semejante manera a unos Denver Nuggets que se han pasado toda la temporada entre los mejores equipos de la NBA saltando un obstáculo tras otro? La respuesta fácil sería quedarnos en que es Gregg Popovich y en que hace estas cosas sin despeinarse. Pero vamos a intentar ir un poco más allá, porque solo con el nombre no se gana en la NBA.

Cerrojazo

La defensa de los Spurs no ha sido uno de sus fuertes esta temporada. Es más, el rating defensivo del equipo ha sido el peor de la franquicia desde la temporada 96/97, el curso en el que Popovich se hace cargo del equipo (mediada la temporada) y la campaña anterior a la llegada de Tim Duncan. Entonces, ¿cuál ha sido la respuesta de Popovich en esta eliminatoria? El cerrojazo: defensa a morir en los tres/cuatro metros que rodean la canasta, evitando que ciertos jugadores (LaMarcus, Poeltl, Gay…) hagan esfuerzos de movilidad que después no pueden recuperar y amontonando cuerpos en menos espacio para aumentar las ayudas, evitar que te superen en uno contra uno jugadores de gran talento ofensivo (Jokic, Barton, Murray…) y, en definitiva, forzar a los Nuggets a ganar desde fuera.

La batalla del rebote + pintura

Ese cerrojazo no solo ha ayudado a los Spurs en defensa. La estrategia tiene varias consecuencias que también han sido súper positivas para los Spurs. La primera, el rebote: los Nuggets, que han sido un equipo Top-10 bajo los tableros durante todo el año, han perdido el rebote en los dos primeros partidos (el primero de uno, pero ayer los estaban machacando) contra un equipo que no ha sido ni Top-20 durante el curso. La segunda consecuencia ha sido la pintura, en la que los Nuggets normalmente anotan unos 10 puntos más por partido que los Spurs: en esta serie, los locales ganaron el primer duelo, pero ayer, con el cerrojazo perfeccionado y el rebote controlado, los Spurs también ganaron esa batalla. Hay una tercera consecuencia directa del cerrojazo, pero la veremos al final.

Controlar los detalles

Los Spurs, que esta temporada van contra el mundo, son uno de los peores equipos de la liga en varios detalles que suelen decantar los duelos entre mortales: puntos a la contra, puntos tras pérdida y puntos en segundas oportunidades. Pues bien, siguen siendo uno de los peores equipos en estos playoffs. Es más, en dos de las tres categorías son el peor, y en la tercera el segundo peor. Pero lo importante aquí es que están controlando a su rival, que sí necesita ese tipo de puntos fáciles (sobre todo para soltarse): los Spurs dejaron a los Nuggets en cero puntos a la contra en el primer partido (fue una de las grandes claves de ese Game 1) y mantienen a los de Malone bastante por debajo de sus medias de la temporada en las tres categorías.

‘Timely baskets’

La experiencia de LaMarcus y DeRozan impide al equipo entrar en colapsos ofensivos graves. Van a su ritmo, pero dos tiros libres aquí, una canasta allí y van haciendo camino. No son un gran equipo ofensivo, no les sobran puntos, pero tampoco van a parar. No de golpe, nunca en seco.

Popovich cuenta con que la experiencia de su equipo le va a dar suficientes puntos en los momentos decisivos como para ganar partidos. Y aquí se suma, además, el que estaba siendo en mi opinión el factor decisivo de esta eliminatoria hasta la explosión de Murray: Derrick White. El base, gran defensor y mejor jugador de equipo, está siendo también clave en el ataque de los Spurs. Cada vez que los Nuggets intentaban acercarse en el marcador en cualquiera de los siete primeros cuartos de la eliminatoria, llegaba una canasta de White para calmar las aguas. Fantástico lo que está haciendo el jugador de segundo año y tremendo lo que ha encontrado Popovich (otra vez) en un número 29 del draft que va a cumplir ya los 25 años.

Nervios/confianza

Y por último, y quizás lo más importante, la tercera consecuencia directa del cerrojazo: mido mi experiencia contra tus nervios (primeros playoffs del núcleo duro de los Nuggets), te regalo los tiros que me interesan (casi todo lo que no sea pintura para Jokic, Murray Millsap y Barton) y te reto a que me ganes con ellos. Esto es de lo que se hablaba incluso antes de que arrancara la eliminatoria y es probablemente la gran clave de la misma. Es más, como he dicho al principio, creo que el momento clave del partido de ayer llega cuando los jugadores de los Nuggets piensan que no tienen nada que perder (1-0 y 19 abajo en el segundo). En ese momento ya no hay nervios, solo rabia y ganas de seguir. Llegan los aciertos, se vienen arriba y encuentran la explosión de Jamal Murray. Pero solo entonces.

Y la realidad es que, como sabéis todos, a Popovich no le vas a ganar dos partidos tras perder por 19 puntos. Eso no va a pasar… Ayer lo consiguieron porque lo que hizo Murray en el último cuarto no fue normal (milagro). Pero, desde luego, no es una situación de la que vayas a poder salir de manera habitual.

Ya se pueden poner las pilas para los dos próximos en San Anotonio. Fuera nervios y hola confianza, solo así van a poder pelear. Solo así van a poder competir de tú a tú contra el maestro.


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