Ser MVP se ha convertido cada vez más en un arma de doble filo. En un reconocimiento pero a su vez en una excusa para poner tu cara en el centro de críticas (normalmente) injustificadas. Harden no suelta el balón ni a punta de pistola, Giannis solo sabe correr y hacer mates, Jokic te da menos en defensa que un espantapájaros clavado en medio de la zona, y si a Embiid le quitas los tiros libres se te queda Anthony Bennett. Y ahora le toca el turno a Shai Gilgeous-Alexander.
Shai, como ocurría con Embiid e incluso con Harden, es acusado de fingir faltas y exagerar contactos para forzar tiros libres. Tanto es así que ayer terminó con 40 puntos y 10 asistencias, unos números que solo se habían logrado seis veces en unas Finales de Conferencia, y sin embargo si os dais un paseo por Twitter es probable que la jugada que más veces os encontréis sea esta.
SGA shameless flop 💀 pic.twitter.com/koIwIkmmk1
— BricksCenter (@BricksCenter) May 27, 2025
De su exhibición desde la media distancia, de su paciencia para atacar un defensa que le había puesto freno en el Game 3, de su habilidad para crear espacios a sus compañeros, y del sinfín de cosas que hizo bien, por otra parte, no hay tanto. Y, como ya ha ocurrido con algunos de los mencionados anteriormente, quizás un par de árboles mal podados no están dejando a muchos ver el bosque.
Cámara de eco
No es el objetivo de este texto negar que Shai vende contactos para ir al 4,60, pero sí relativizarlo. Porque su situación no es nada que no hayamos visto antes en la NBA, pero se enfrenta a un mal como son las redes sociales que altera notablemente la percepción que se puede tener de muchos jugadores.
Hasta hace no mucho, cualquiera era libre de jugar al foul bait y ganarse un par de viajes generosos a la línea de personal de forma bastante impune. Nadie que no estuviera viendo el partido en directo volvería a ver jamás la jugada en cuestión, y aquellos que estuvieran atentos tampoco tendrían otro motivo para dedicarle otro pensamiento.
Ahora, sin embargo, estos clips son un filón de interacciones en redes, convirtiéndolos en muchos casos en el pan de cada día. Y aunque sea de forma inconsciente, ver repetidas las mismas acciones una y otra vez acaba generando la sensación de que eso es todo lo que un jugador hace, construyendo una narrativa a su alrededor. Narrativa que, sea justa o no, queda establecida.
Ya incluso en las propias retransmisiones de ESPN hemos podido escuchar a Doris Burke sacar a colación esta historia y justificar el apodo de foul merchant (algo así como «buscador de faltas»). Y la propia grada del Target Center estalla en desesperación cada vez que se señala una falta sobre él por clamorosa que sea. Lo cual, si nos ceñimos a la realidad y a los hechos, no tiene tanta justificación como se intenta vender.
Y es que los números están ahí. Los datos de Shai en cuanto a faltas son altos, pero ni mucho menos anómalamente altos. En términos de tiros libres por cada 100 posesiones, su temporada es la número 44 a nivel histórico si tenemos en cuanto solo a bases y escoltas, quedando bastante por detrás de los hombres que lideran la lista.
Jugador | Temporada | Tiros libres/100 posesiones | |
1 | James Harden | 2019-20 | 14,9 |
2 | Michael Jordan | 1986-87 | 14,9 |
3 | Dwyane Wade | 2006-07 | 14,8 |
… | … | … | … |
44 | Shai Gilgeous-Alexander | 2024-25 | 12,4 |
Oportunidad perdida
Lo más curioso es cómo toda esta narrativa está creando una cierta crispación respecto a un jugador y a un equipo que, sobre el papel, deberían ser muy queridos. Un proyecto joven, creado desde el draft en un mercado pequeño, con un ataque coral y una excelente defensa. A priori, la receta para ser uno de los más apoyados por los fans neutrales en estas últimas rondas.
Caso similar con Shai, que es una superestrella emergente, en absoluto subida de tono, con un juego ofensivo muy variado y que no depende del triple, y que trabaja como el que más en defensa. Y sobre todo, que a veces se nos olvida, increíblemente talentosa jugando a baloncesto. Que al final, narrativas y otros atributos a un lado, es de lo que va esto.
No obstante, cuando estamos solo en su segunda temporada en la zona alta y en la primera en que lucen realmente como aspirantes al anillo, muchos están ya de vuelta con este equipo. La actual sobreexposición de las redes quema mucho más rápido cualquier figura pública, pero en su caso parecen haber pasado a Enemigo Público nº 1 antes incluso de tocar techo. Y es difícil no pensar en la narrativa de los tiros libres como elemento catalizador de este proceso.
Vuelvo por tanto al consejo del titular: no os perdáis a Shai. Ha firmado una de las temporadas regulares más aplastantes que hayamos visto y, aun con algún altibajo, está emergiendo como una figura dominante en unos playoffs que están sirviendo como la confirmación de su madurez. Si eres amante del baloncesto, hay mucho que disfrutar y no tanto que criticar en su juego. Y si no lo crees, vuelve a ver el Game 4.
(Fotografía de portada: Jesse Johnson-Imagn Images)