¿Por qué no hablamos de los Nuggets?

Con un cuarto de temporada ya en los libros (más o menos), los dos equipos de Los Ángeles duermen en las dos primeras posiciones de la Conferencia Oeste. Y se lo han ganado a pulso.

No es una gran sorpresa, pero tampoco diría que se están cumpliendo los pronósticos iniciales, porque muchos pensábamos que necesitarían algo de tiempo para adaptarse a la nueva realidad y que habría otros equipos con mejor ritmo inicial en el oeste. Nos equivocábamos.

Ayer, en Colorado, los Lakers pasaron por encima de uno de esos equipos: los Denver Nuggets. Y lo hicieron con el tipo de victoria que se siente incluso a miles de kilómetros de distancia como un verdadero golpe encima de la mesa: no arrasaron en el marcador, pero fueron duros atrás y casi más duros en ataque. Mates, tapones, dominio absoluto de las dos pinturas, las ideas claras y las sensaciones (que se perdieron en el segundo tiempo del domingo ante Dallas) recuperadas.

Tres razones

No me sorprendió el partido, y tampoco los Nuggets. La primera de las tres razones que encuentro para que no estemos hablando prácticamente nada en este inicio de temporada de uno de los grandes equipos de la Conferencia Oeste.

Los de Mike Malone están, pese a la derrota de ayer, terceros en el Oeste. Solo por detrás de Lakers y Clippers, y por delante de Mavericks o Rockets. Y además ya han ganado en lo que va de temporada partidos contra (ojo) los Heat, los Celtics, los Sixers y los Rockets… Pero no sorprenden, porque esperábamos un inicio parecido o incluso mejor.

La segunda razón que encuentro es el tipo de juego desplegado en este primer tramo de la temporada. Los Nuggets son el equipo más lento de la NBA (aunque ahora estén segundos: los Kings subirán bastante cuando vuelva Fox), una de las mejores defensas de la liga y también (ojo a esto) uno de los peores ataques: el rating ofensivo está 13 puestos por debajo de lo que era la temporada pasada y están entre los ocho peores equipos de la NBA tanto en los tiros de campo como en los triples. Not pretty.

Y pensaréis, porque también lo pienso yo, que Nikola Jokic es un jugador divertidísimo y que, aunque su equipo no sea particularmente atractivo, su presencia lo cambia todo. Y sí pero no.

El nivel de Jokic

Jokic es un mago, un jugador único por talento, cabeza y condiciones físicas que, en su mejor versión, te mantiene pegado a la pantalla con superglue. Pero Jokic no está bien, y esta es la tercera y, en mi opinión, definitiva razón para que no estemos hablando de los Nuggets.

El crack serbio, que arrancaba la temporada en todas las quinielas para el MVP, lleva cinco partidos seguidos sin meter un triple, no ha llegado a los 10 puntos en tres de los últimos cuatro y promedia menos puntos y menos asistencias que en las últimas (ojo) dos temporadas. No es que no haya mejorado respecto a la temporada pasada, es que ha empeorado bastante en todo.

Tiene los peores porcentajes de tiro y de triple de toda su carrera y no acudía tan poco a la línea de tiros libres desde su año de rookie. No está acertado y por eso los Nuggets no juegan tanto a través de él. O los Nuggets no juegan tanto a través de él y por eso también está menos acertado.

Jokic siempre ha tenido tramos, de partidos y de temporadas, en los que parece que casi hay que obligarle a que tome más tiros, más responsabilidades, más decisiones. Siempre ha tenido tramos en los que parece que no va con él lo de ser una estrella. Pero, en cualquier caso, y aunque sea una estrella tan especial que aun sin querer serlo lo sea, está lejísimos de su mejor nivel. Y con él, evidentemente, el ataque de los Denver Nuggets.


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