¿Qué hay que cambiar en OKC?

Lo de Dame ha sido una verdadera bomba sobre el proyecto de Oklahoma City.

El estado de shock es obligatorio. Obligatorio y absoluto. Y, sinceramente, no creo que se me pase en todo el día. Lo que ha hecho hoy Damian Lillard es historia de los playoffs. Uno de los tiros más salvajes de la historia de las eliminatorias. Desde 11,3 metros, sobre la bocina, para redondear una noche de 50 puntos y para eliminar/destrozar a Oklahoma City Thunder. El que lo haya visto sabrá que no exagero. Historia con mayúsculas la bomba de Dame.

Y claro, una vez te sacudes de encima (un poco…) lo que acaba de pasar, las siguientes preguntas son evidentes: ¿qué pasa ahora con el proyecto de los Thunder?, ¿qué opciones tienen?, ¿qué cambios pueden/deben hacer?

El gran problema es que las preguntas salen mucho más fácil que las respuestas. Aunque sí podemos, creo, dar una cosa por sentada: la primera cornada se la va a llevar Billy Donovan. Porque toca (los Thunder volvieron a cerrar el partido fatal, permitiendo un parcial tremendo antes del triple final en el que eligieron mal varias veces y estuvieron hasta tres minutos -siete posesiones- sin anotar), pero sobre todo porque es la parte más ‘fácil’ de solucionar.

El primero de la fila

Donovan llegó a los Thunder en el verano de 2015 tras 19 años en la Universidad de Florida, puso al equipo 3-1 arriba en las Finales de Conferencia contra los Warriors y desde entonces tiene un récord de 4-15 en playoffs. El técnico acumula tres eliminaciones consecutivas en primera ronda, dos de ellas con el megaproyecto Westbrook-Paul George y, además, no ha conseguido cambiar ni una pizca el estilo de juego plano y basado únicamente en las lecturas de sus estrellas con el que siempre ha dado la sensación de que no les daba para más. Al menos no sin Durant.

Ayer, con su equipo en crisis (mediado el tercer cuarto) y a minutos de la eliminación, hace una prueba sorprendente con un quinteto pequeño que por un momento parece funcionar. Un intento, un grito a la desesperada. Pero al final es la toma de decisiones sobre la cancha la que, como tantas otras veces, decide el partido. Y ahí, como de costumbre, están perdidos.

Salvo sorpresa, Donovan será el primero en marchar. Pero el problema es que no se puede rascar mucho más allá. No sin romper el proyecto de manera radical. No sin que salgan (parece imposible…) Russell Westbrook, Steven Adams o Paul George.

La historia de los 146 millones

Los Thunder tienen la friolera de 146 millones de dólares comprometidos para la próxima temporada, más que ninguna otra franquicia de la NBA. Dos años más de Russell Westbrook (38 y 40 millones), tres años más de Paul George (player option en el último), dos más de Steven Adams (25 y 27 millones) y otros dos de Dennis Schroder (15 y 15). La apuesta por el proyecto por parte de la franquicia ha sido tan salvaje que aún tendrán que gastar bastantes millones más para cerrar la plantilla de la próxima temporada, porque con esos 146 millones solo volverán nueve jugadores. En fin, que la cosa está muy complicada. No tienen margen para operar.

Sus contratos traspasables (el más claro es Schroder) tienen poco valor, y los que no deberían ser traspasables (Grant, Adams o el propio Paul George) son los que sí llamarán la atención. Y más después de una eliminación tan dolorosa que podría llevar a la franquicia a tomar decisiones drásticas sobre su futuro a corto/medio plazo.

Ni idea de lo que va a pasar a continuación (no soy capaz de imaginar un mundo en el que los Thunder traspasen a Russ). Pero lo que está claro es que el tiro de Lillard, además de colocar a los Blazers en la siguiente ronda y de pasar directo a los libros de historia de los playoffs, puede haber convertido a los Thunder en una de las grandes historias del verano NBA.

Yo digo que sale Donovan (bien, pero también como excusa), algo intentarán por Schroder y algún retoque más. Pero los peces gordos se quedan. Y creo que, seguramente, tendrían que ir más allá. No sé si el proyecto tiene el margen de mejora necesario como para aguantar. No con las mismas piezas. Y menos con esa pasta (pastaza) todavía por pagar.

¿Y vosotros? ¿Qué creéis que tendrían que cambiar los Thunder?

(Photo by Thearon W. Henderson/Getty Images)


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