Mencionar a Kevin Durant es hacerlo de posiblemente el mejor anotador de todos los tiempos en la NBA. Como mínimo, de la era moderna. “Es, como ya he dicho antes, el jugador de baloncesto más talentoso de la historia en términos de tamaño y habilidad para anotar de todas las formas que él quiera. Lo demostró en el primer cuarto”.
Steve Kerr tenía razón en esta última observación sobre su ex pupilo. Los Nets se impusieron a Golden State en el primer cuarto (34-31) con doce puntos del dos veces MVP de las Finales. Mientras, sus números globales de la temporada también presentan un aroma a MVP: 28,9 puntos, 8,1 rebotes y 5,0 asistencias con un porcentaje de acierto en tiros de campo del 56,7%.
Entonces, el guión del encuentro cambió hasta convertirse en un relato al que no está acostumbrado. Durant erró sus ocho intentos a canasta en el tercer cuarto, mientras los Warriors superaban a Brooklyn por 17 puntos. Si bien fue Stephen Curry el principal ejecutor de este parcial de 35-18, sobre Draymond Green recayó el peso de neutralizar el ímpetu anotador del alero. “Estuvo con él allá donde [Durant] fuera. No es posible que puedas hacer un mejor trabajo que el que hizo Draymond”, aseguró, satisfecho, Kerr.