Reconstruir, acumular talento, desarrollar jóvenes… La fórmula habitual para ir formando un equipo que compita por la gloria del anillo es de sobra conocida, pero no perfecta; al menos no si a los mandos no hay alguien que haga que funcione.
Porque la teoría de hincar codos siempre es una opción, pero enfrentarse a la práctica requiere de otras habilidades. En Phoenix están entrando justo en esa zona empírica en la que cada paso suma o resta. Cual ecuación que te lleva a esa pureza de cristal azul, un resbalón a mitad de camino puede dar al traste con años de trabajo previo.
A decir verdad en Arizona ya han hecho importantes avances. El Draft, ese terreno tan fértil como indescifrable a veces, ha deparado para los Suns el contar con una base sobre la que seguir creciendo. En 2014 llegaba T.J. Warren, un número 14 que ha dado un nuevo salto en este curso para irse hasta los 19,7 puntos y 5,3 rebotes. Y en 2015 lo hacía Devin Booker, un escolta al que solo la falta de victorias aleja del All-Star con 24,7 puntos, 4,5 rebotes y 4,8 asistencias.
Ellos son es estos momentos quienes brillan en el desierto, pero por detrás aparecen nombres que ilusionan. Marquese Chriss es un joven de 20 años que está por explotar, y Josh Jackson, número 4 del actual Draft al que le ha costado arrancar, pero que ya empieza a dar muestras de su clase con un mes de enero en el que se va hasta los 13,3 puntos y 4,1 rebotes.
Con ese grupo casi colegial, en Phoenix sonríen cuando miran al horizonte. Saben que han ido subiendo peldaños hasta asomarse a lo que quieren ser, y ahora llega el momento de demostrar que pueden hacer del intento una realidad.
Así lo ve Ryan McDonough, general manager de los Suns. «Hay piezas centrales del proyecto que están empezando a hacerse sólidas. Creo que seríamos tontos o ingenuos si fuésemos demasiado pacientes. Creo que hemos sido disciplinados con los contratos que hemos firmado en cuanto a duración y cuantía, por lo que tenemos proyectado ser uno de los cinco o seis equipos con más margen salarial para intentar mejorar el equipo. Aceleraremos este verano con nuestras selecciones y el margen que tenemos», explica.
La agencia libre
El traspaso de Eric Bledsoe fue muy beneficioso para los de Arizona en términos salariales, ya que liberaron hasta 15 millones de dólares de cara al verano de 2018. Contando con ese montante, y a falta de algún nuevo movimiento antes del 8 de febrero, tendrían unos 25 millones de dólares para firmar lo que estimasen oportuno. El plan, a falta de saber si persiguen alguna estrella, es centrarse en jugadores relativamente jóvenes, algo que ha certificado McDonough: «No iremos por jugadores que estén en la treintena o cerca del final de sus carreras, sino por aquellos que estén empezando o a mitad de camino».
¿Hasta tres primeras rondas?
Phoenix quiere mejorar ya, pero no por ello ha olvidado que seguir adquiriendo jóvenes piezas nunca está de más. Con un gran trabajo en las últimas campañas podrían tener hasta tres picks de primera ronda en 2018. Mantienen el suyo y están a la espera de sumar el de Milwaukee, que irá para ellos si cae entre el número 11 y el 16, y el de Miami, el cual está protegido para los siete primeros puestos y que en estos momentos sería número 22.
Ocho años son demasiados
Desde que iniciasen su andadura en el baloncesto profesional allá por 1968, los Suns no habían conocido nunca una sequía como la actual sin playoffs. Solo en sus primeros años, exactamente entre 1970 y 1975, acumularon cinco cursos consecutivos sin disputar las eliminatorias por el título —actualmente son ocho…—. Y es que no están acostumbrados a ser un equipo perdedor, muestra de ello es que entre 1988 y 2010 solo vivieron tres sin disfrutar de la postemporada. Toca recuperar ese gen ganador. Toca recuperar esa sonrisa —con heridas incluidas— que Steve Nash nos dibujó.