Dentro de las Finales: «El triple de Ray Allen que (casi) vale un título»

El triple decisivo de Ray Allen que (casi) vale el título de Miami Heat en las Finales de 2013

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Por Jorge Roche

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Ray Allen decidió abandonar la nave de los Celtics en el verano de 2012. La franquicia de Massachusetts le ofrecía un contrato por 2 años y alrededor de los 12 millones de dólares, y según fuentes cercanas a la situación, el tirador pedía uno por 3 temporadas y 24 millones.

Finalmente las negociaciones entre ambas partes no llegaron a buen puerto, Rajon Rondo mediante, y Ray Allen decidió comprometerse con el «enemigo», es decir, con el flamante Big Three de Miami Heat.

Allen llegaba al conjunto de Florida como un veterano curtido en mil batallas que solo quería volver a saborear la gloria. Había salido por la puerta de atrás en Boston, y tampoco es que les sentara demasiado bien aquello a Pierce, Garnett y el citado Rondo.

Pero qué importaba aquello. El buen clima de Miami, sus playas, un Big Three con LeBron, Wade y Chris Bosh… Argumentos más que suficientes que le decían a Ray que había tomado la decisión correcta.

Y posiblemente podemos afirmar que su fichaje ha sido uno de los más determinantes de la historia reciente de Miami Heat. Y decimos determinante porque gracias a su fina muñeca, la franquicia de Florida pudo revalidar su título de campeón NBA en 2013.

Un triple imposible

Los Spurs mandaban por 95-92 en el quinto partido de las Finales, y con poco más de 20 minutos por disputarse, LeBron James iniciaba una jugada a la desesperada.

The King se precipitó lanzando un triple prácticamente solo (y que fallaría). Pero por suerte para todos los presentes, allí estuvo Chris Bosh para recoger el rebote ofensivo.

El pívot anduvo muy rápido de reflejos que, viendo a su compañero Ray Allen totalmente disponible desde la esquina, decidió asistirle.

Allen, con su ya habitual frialdad, posiblemente protagonizó la jugada más importante de su carrera NBA conectando un triple a falta de 5,2 segundos para el final que permitía mandar el encuentro a la prórroga.

«En este momento estaba muy enfadado porque los Spurs asumieron que iban a ganar», dijo Ray Allen en unas declaraciones posteriores a The Athletic.

«Me recordó a 2001, cuando perdimos contra Philadelphia y celebraron aquel título del Este antes de tiempo. Pero no nos dimos por vencidos y seguimos luchando. Le demostramos a nuestra afición que no nos rendíamos», destacó.

Allen se levantó veloz desde la esquina, cargó su elegante brazo y conectó aquel triple devastador ante los Spurs.

Ray Allen estaba furioso. Y no era para menos. Ya que como él mismo reconocía, los tejanos prácticamente tenían el trofeo en los pasillos del pabellón.

«¡Quitad de aquí esas putas cintas amarillas!», replicó sobre la cara de Tony Parker.

Aquellas famosas cintas amarillas estaban allí para delimitar la zona donde los Spurs supuestamente iban a levantar su quinto título de campeón de la NBA.

Pero ahí estuvo Ray Allen. Y también Chris Bosh. Con su sangre fría y demostrando por qué era considerado el mejor triplista de todos los tiempos.

Aquel sexto encuentro se lo terminaron llevando los Heat al imponerse en la prórroga por 100-103.

En aquella noche Allen lo dio todo. 41 minutos en pista con 9 puntos para él y un único triple acertado. ¿Adivináis cual fue?

(Fotografía de portada: Imagn Images)

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