Playoffs 2011: Lecciones de la segunda ronda

Tras lo aprendido en la primera ronda, repasamos las lecciones que nos deja la segunda ronda de Playoffs 2011:

10 > Los Hawks han perdido la serie… pero han encontrado un base: Son muchos los jugadores de la NBA que han construido sus carreras en los Playoffs. Cuando los Hawks perdieron a Kirk Hinrich al final de su serie de primera ronda contra Orlando, la responsabilidad de frenar al MVP Derrick Rose cayó en el base, hasta entonces infrautilizado, Jeff Teague. Teague triplicó sus números de regular season (13,8 minutos y 5,2 puntos por partido) hasta llegar a los 38,2 minutos y 14,8 puntos contra los Bulls. Se mostró casi tan rápido y tan incisivo como cualquiera de los mejores bases de la Liga, y jugó con una confianza que, de mantenerla, puede acabar con el antiguo lastre de la falta de un base de calidad en Atlanta, cara a la próxima temporada, así como llevar a los Hawks a dar un paso más en la próxima post-temporada.

9 > Sabíamos que los Celtics estaban viejos. Pero no tanto: Si una jugada resume lo que fue la serie entre Boston y Miami sería aquella del Game 2 en la que Kevin Garnett intenta un mate y LeBron James le tapona saltando 20 centímetros más arriba. La juventud y fuerza de los Heat fueron simplemente demasiado para estos Celtics. Puede que la edad solo sea un número, pero los finales de los Game 4 y Game 5 demostraron que en Boston faltaban fuerzas para poder aguantar el arreón final de los Heat. Los Celtics deben encontrar la manera de añadir piernas menos cansadas en su plantilla este próximo verano. Si no, perder ante los Heat en Mayo va a convertirse en una mala costumbre para la franquicia verde en los años que están por venir.

8 > El Big Three de Miami tendrá que hacerlo solo: Y no será porque en Miami no hayan intentado tener una segunda unidad de cierta calidad. Pero los números demuestran que aquella idea preconcebida el pasado mes de Julio que ya hablaba de que, de conseguir el título, sería únicamente por la aportación de Wade, Bron y Bosh, está ahora certificada. Afortunadamente, ante los Celtics, no necesitaron de nadie más. El Big Three promedió ante Boston 71,0 puntos por partido, mientras el resto del roster tan solo 18,4. Estos registros puede que no valgan ante unos Bulls con un quinteto inicial más potente que el de los C’s pero con, sobretodo, un banquillo que llega hasta el jugador número nueve o número diez con mucha solidez. Se ha demostrado ya en el Game 1 de las Finales del Este de esta pasada madrugada: si los Bulls pueden ralentizar al Big Three de Miami, serán finalistas.

7 > Los Bulls son mortíferos si Derrick Rose confía en sus compañeros: Existen dos versiones de Derrick Rose, el anotador y el generador de juego. Cuando Rose se pone a su equipo a sus espaldas, el resultado puede ser demasiado costoso. Lo hemos visto en los primeros cinco partidos de su serie contra Atlanta, en los que D-Rose promedió 27,4 puntos por partido, pero los Bulls cosecharon dos derrotas. En el Game 6, en cambio, Rose solo tiró 14 veces a canasta, dedicándose mucho más a involucrar a sus compañeros en el desarrollo del juego. ¿Resultado? Victoria de Chicago por 20 puntos de diferencia, y cinco de los miembros de la plantilla de los Bulls por encima de los 10 puntos. Chicago necesitará de una enorme serie de Rose para superar a los Heat, pero con la a menudo sofocante defensa de Miami, Rose deberá confiar en sus compañeros de equipo para, juntos, cargar con el peso de la eliminatoria.

6 > Memphis no será octavo en el Western la temporada que viene: Para ser honestos, tampoco deberían haberlo sido este mismo año. Si hicieron o no lo posible para quedar octavos en esta regular season cara a un más favorable a sus intereses emparejamiento en primera ronda, es algo que habría que preguntar a Lionel Hollins. Pero con un roster tan joven, tan talentoso y, como se ha demostrado hasta el Game 7 contra los Thunder de esta pasada madrugada, tan luchador como el que tiene Memphis, los Grizzlies no irán a ninguna parte sino hacia arriba el año que viene. Superaron netamente al mejor equipo de la temporada regular (y uno de los mejores de la última década) en primera ronda; y han llevado a Oklahoma City, un equipo ya situado en la élite de la NBA, hasta el límite de un win or die en la segunda. Y no nos olvidemos: todo ello con su jugador-franquicia vestido de calle. Si no pierden a ninguna pieza clave este verano y, al mismo tiempo, consiguen acoplar al mejor Rudy Gay a los sistemas que ya funcionan, estaremos ante uno de los favoritos al anillo ya en la próxima temporada.

5 > Estuviera más o menos tocado, parece que el fin de la era de Kobe ha llegado: Hemos visto claramente dos versiones de Kobe Bryant en estos Playoffs. El viejo Kobe, aquel que lucía el dorsal número 8 años atrás, ganando la linea de fondo y metiéndolas para abajo ante New Orleans. Y otro jugador completamente distinto, bien marcado en el perímetro y tan solo capaz de anotar mediante jumpers más que forzados ante Dallas. Es cierto que Bryant se torció el tobillo en el Game 4 contra los Hornets, pero él mismo será siempre el último en admitir que eso afectó a su juego. Los 22,8 puntos por partido en estos Playoffs son su peor marca desde la post- temporada 1999-00. Ok, quizá la era de Kobe Bryant todavía no esté oficialmente cerrada, pero ya tendrá 33 años en la próxima temporada y el final quizá esté más cerca de lo que nadie se atreva a prever.

4 > Si los Thunder quieren ganar, el ataque debe depender de Kevin Durant: O lo que es lo mismo, no de Russell Westbrook. Kevin Durant ha liderado la tabla de anotación las dos últimas campañas. Y cuando él ha sido el foco ofensivo de los Thunder, Oklahoma City se convierte en casi imparable. En cambio, cuando es Russell Westbrook la primera opción en ataque, el equipo pasa de imparable a batible. Valga el Game 6 contra Memphis como ejemplo: Westbrook 27 puntos en 22 tiros, Durant 11 en 14, y derrota de 12 puntos que forzaba el Game 7 de esta pasada madrugada. No es demasiado difícil, cuando tienes a una superestrella en el equipo, el balón debe pasar por él, en Playoffs más que nunca. Si es que además Westbrook és un mejor jugador cuando se aprovecha de los desajustes que Durant puede crear. Si los dos jugadores se aplican a la lección, los Thunder pueden llegar (todavía más) lejos.

3 > Los Mavs no serán nuca más acusados de equipo blando: Desde 2007, cuando unos Warriors liderados entre otros por Matt Barnes eliminaron en primera ronda a Dallas, los Mavs han sido acusados de ser demasiado blandos. Hasta Tyson Chandler les apodó de esta forma cuando, un año después, sus entonces Hornets eliminaron a Dallas, su actual equipo. Pero tres años y un renovado roster después, los Mavs pueden ser cualquier cosa menos blandos. De hecho, su actuación ante los bicampeones Lakers permite acuñar un nuevo término cuando uno se refiere a Dallas Mavericks: favoritos. Desde su colapso en el Game 4 de su serie de primera ronda ante Portland, Dallas ha ganado seis partidos consecutivos que le llevan a ser, al menos, el único de los cuatro supervivientes que quedan en la Liga que llega con el descanso necesario como para aspirar a todo.

2 > Miami Heat ya ha aprendido a cerrar los partidos: Uno de los motivos más utilizados para reírse de los Heat era la falta de habilidad de LeBron James de decidir partidos que estaban apretados. ¿De qué se ríen ahora? En el Game 4 ante Boston, James anotó los últimos siete puntos de su equipo en el último cuarto y Miami superó 12-4 a los Celtics en la prórroga. En el Game 5, con el partido empatado a 87, James anotó dos triples, una bandeja y un mate en lo que fue un 10-0 de rush final que acababa con Boston. Los Heat siguen con problemas de fondo de armario, pero tienen en James y Wade a dos jugadores capaces de decidir individualmente cualquier partido. Y si ellos dos aprenden a manejarse en situaciones de final apretado, que Miami vuelva a ganar un anillo es solo cuestión de tiempo.

1 > Los Lakers necesitan una buena sacudida: Si para algo sirvió el 4-0 de los Mavs a los Lakers fue para demostrar a todo el mundo que la plantilla de éstos últimos es, como poco, imperfecta. Los cambios son necesarios, y empezarán desde lo más arriba posible, con la marcha de Phil Jackson como entrenador angelino. Su marcha, junto con las de sus influencias zen, no es buena para un roster que, según palabras del propio Andrew Bynum, tiene “problemas reales”. ¿Deben los Lakers seguir confiando en Bynum o mejor tratar de incorporar a alguien como Dwight Howard?. ¿Pueden Bryant y Pau Gasol seguir compartiendo vestuario después de los últimos rumores que tanto les distancian?. ¿Renovará su abono de temporada el rapero Snoop Dogg si Gasol vuelve a Los Angeles en el mes de Octubre?… Y todavía no hemos nombrado a Ron Artest o el decepcionante papel que ha tenido el banquillo laker este año. De querer volver los Lakers arriba del todo, se necesitará de creatividad en los despachos para insuflar nueva energía a la franquicia.


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