Previa NBA 2025-26: Oklahoma City Thunder | A romper la historia reciente

Los Oklahoma City Thunder afrontan la primera temporada de asalto a la historia. En su mano, ser una dinastía en la era de la paridad.

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Por David Sánchez

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Esta noche comienza la NBA y la última previa va dirigida, aunque a veces no coincide, al mejor equipo de la pasada temporada regular y campeón: Oklahoma City Thunder. Datos, resultados de la temporada anterior, un vistazo a su plantilla y los objetivos del curso, el jugador a seguir y un pronóstico sobre la franquicia.

Oklahoma City Thunder 2025-26

Así encaran la temporada

Sin más cambios que la elección de Thomas Sorber en el Draft y la recuperación de Nikola Topic. Si algo funciona, para qué cambiarlo. Los Oklahoma City Thunder llevan todo el verano escuchando que son el equipo mejor posicionado desde los Golden State Warriors para conformar una dinastía. Pero en la actual era, que abrieron los Toronto Raptors en 2019 para dejarnos siete campeones en siete temporadas por primera vez en la historia, repetir gloria es una empresa complicada.

El año pasado su dominio en fase regular fue histórico. Superando el mejor dato de diferencia de puntos que tenían los Lakers de 1972 y metiéndose entre una de las mejores defensas del siglo con respecto a al media de la liga (7 puntos mejores que el defensive rating medio) y a las pérdidas provocadas al rival.

Jalen Williams se perderá el partido de apertura esta misma noche y podría ausentarse unos cuantos encuentros por su operación de muñeca. Nada excesivamente preocupante para un conjunto que, cabe recordar, ya enfrentó el curso pasado las lesiones de Isaiah Hartenstein y Chet Holmgren con cierta holgura.

Conceptos como mantener el hambre o el estancamiento no deberían aplicar a unos campeones tan jóvenes como estos Thunder. Sus retos serán otros.

Los peligros de un estilo radical

Nada permanece en los deportes y en la vida. Lo que hasta ayer era dogma, hoy se recicla. Y la NBA vive un impasse en sus tendencias de juego. La presión a toda cancha está de moda, algunos equipos empiezan a mirar con recelo al pick-and-roll y la defensa vuelve a molar. OKC es paradigma en una temporada de descenso en la eficiencia ofensiva. La primera desde 2021 y una rara avis desde la explosión ofensiva acontecida en 2015.

Lo curioso está en cómo lo han logrado. Ya que, ante la revolución perimetral, muchas de las grandes defensas del último nuestro se han basado en especular, dando por hecho que abortar las ventajas generadas lejos del aro era imposible y tratando de controlar lo que sucedía en las inmediaciones del mismo. Hasta que los de Mark Daigneault demostraron que era viable construir diques.

Los Thunder construyeron una defensa histórica arropada por dos enormes defensores interiores como Holmgren y Hartenstein. Pero que hallaba su poder en la sumar varios superdotados en la defensa lejana a la pintura. Alex Caruso, Luguentz Dort, Jalen Williams, Cason Wallace y Shai Gilgeous-Alexander disparan el estrés de cualquier manejador y provocan temor en cada pase que se decide dar, pues inmediatamente se convierte en una oportunidad de robo y contraataque.

Lo normal es pensar que ese impacto defensivo se atenuará. Porque los ataques estarán mejor preparados para afrontar tan mayúsculo reto y porque el nivel de contactos que imponen tiene una parte de bula arbitral que quizás la NBA quiera regular. Por otra parte, también podrían marcar tendencia e iniciar una nueva corriente de juego que devuelva a la competición a una era más marcada por el contacto y la defensa. Aunque con los matices de la era del triple.

En cualquiera de los escenarios, OKC va a seguir siendo élite de la liga en lo general y lo defensivo. Los asuntos anteriores solo marcarán cómo de dominantes sean durante la temporada regular y en los días grandes.

Continuidad entrecomillada

A pesar de la falta de movimientos en la plantilla, el crecimiento del proyecto se da por hecho en base a la idea de evolución interna. Chet Holmgren y Jalen Williams han extendido sus contratos y lo normal es esperar un salto notable en su juego. Pese a que el roster esté preparado para sobrevivir si siguen siendo exactamente los mismos jugadores.

La evolución de Jalen Williams vendrá simplemente de desahogar cada día más a Shai en la generación de ventajas hasta incluso convertirse en el base de facto durante ciertos tramos de partido y curso. El escolta/alero ya cuenta con un basto abanico de recursos ofensivos y es un defensor ducho en cualquier contexto, llegando a jugar como cinco puro el año pasado ante la ausencia de interiores. Williams, que en los playoffs de 2024 pecó de amilanarse, demostró un liderazgo y puntualidad desconocidos en el camino al anillo. Una vez roto el cascarón, el límite es el cielo.

Donde es más sencillo prever un crecimiento notable es en Chet Holmgren, aún demasiado inconsistente en lo ofensivo. El joven interior ha tenido valles importantes de confianza con su tiro y su juego en ataque en general. Sobre el papel, es el arma definitiva que permita jugar a los Oklahoma City Thunder con cinco hombres abiertos.

Pero su crecimiento tiene que ir dirigido a poder sobrevivir como interior único bajo tableros y haciéndose valer en la pintura, porque el contrato de Hartenstein es difícil de mantener a futuro. Una evolución en la regularidad del tiro sería suficiente para disparar la versatilidad ofensiva de OKC. Aunque es mucho más que un cinco abierto y el sueño algún día es verle como distribuidor de poste alto a tiempo completo.

En otro plano, figuras como Cason Wallace o Aaron Wiggins pueden registrar cierto crecimiento. Así como sumar a Nikola Topic a la ecuación una vez regrese de sus problemas físicos.

El jugador a seguir: Shai Gilgeous-Alexander

Después de ser MVP, líder en anotación, campeón y MVP de las finales, la actitud con la que Shai se plante esta temporada será un marcador de qué serán los Thunder. Como pronuncia Jaylen Brown en la nueva temporada de ‘Starting 5’, «el juego es muy fácil para él ahora mismo). Si algo define la excelencia de Shai es lo rutinaria que la hace parecer. Todas las noches se va a plantar, va a acudir a sus zonas de confort una y otra vez, va a sacar 10 visitas a la personal y se va a ir con 30 puntos en la buchaca.

Ese potencial está ahí y el año pasado no pareció encontrar antídoto. Ahora bien, si el objetivo es evolucionar como equipo, quizás toque verle dar un paso a un lado sin regalarse al turnismo con Jalen Williams. SGA no es Trae Young, y ya se ha mostrado útil en situaciones en las que parte sin balón. Crecer ahí lo suficiente para colectivizar un ataque que fue el punto más flojo (o inconsistente más bien) de los campeones podría ser la vía más obvia de crecimiento para Williams, Holmgren y compañía.

Más allá de eso, y como sucede con cualquier jugador que entra en el reducido círculo de elegidos en el que SGA habita desde hace dos años, el base abre ya un debate con su legado que vivirá hasta el último día de su carrera. Y tan interesante como ver el ascenso a la cima es ver cómo los más grandes se mantienen ahí matizando lo que ya es un talento inconmensurable. Por delante el reto de dejar de habitar en la era Jokic y dar paso a la era Shai.

El pronóstico de nbamaniacs

Solo los Denver Nuggets parecen poder discutirle el dominio del Oeste a estos Oklahoma City Thunder. Pero su configuración de plantilla les hace estar más preparados para lesiones troncales, por lo que parten con cierta ventaja en temporada regular.

Aquí debemos hablar directamente de la posibilidad de conformar una dinastía, por eso la previa se dedica a señalar las posibles vías de escape y crecimiento de un conjunto que parece el más preparado del planeta para aspirar al campeonato todos los aós del próximo lustro. Llegar a 58 victorias y finales de conferencia debería ser su suelo. Su techo todos lo podéis anticipar.

(Fotografía de portada de Alonzo Adams-Imagn Images)

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