Previa NBA 2025-26: Orlando Magic | La hora de la verdad

Muy atrás quedan ya los años dorados de Dwight Howard, cuyo adiós dio paso a una eterna reconstrucción en busca de un nuevo aspirantazgo... que ya acaricia su fin.

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Por Enrique Bajo

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Previa de la temporada NBA 2025-26 sobre el ilusionante año de los Orlando Magic. Datos, resultados de la temporada anterior, un vistazo a su plantilla, los objetivos del curso, el jugador a seguir y un pronóstico sobre la franquicia.

Orlando Magic 2025-26

Así encaran la temporada

22, 34, 47, 41… Lo que parecía que iba a ser una curva en sentido puramente ascendente en el número de victorias, se ha convertido en una ruta de Wikiloc. Y una vez más, la excusa de las lesiones al rescate.

Es un recurso tan cansino como rotundamente veraz. Y que nadie caiga en el autoengaño de que, por tramos, los de Jamahl Mosley pareciesen rendir mejor (y ganar más) durante el tiempo que perdieron a sus estrellas, empeorando a su regreso. Lo que se evidenció, más bien, fue que estos Orlando Magic nunca van a tener problemas de abastecimiento en cuanto a porfía, sudor y barro, y que están adiestrados para superar casi cualquier contingencia durante los seis meses de calendario regular.

Eso y que reajustar sistemas y roles una y otra vez, afecta a cualquiera; y más cuando las bajas se ceban con —por sus virtudes específicas– dos de tus tres jugadores más importantes.

Aquí debajo tenemos la tabla de cuánto jugó cada miembro de la plantilla de los Magic la pasada regular season, yendo de más a menos en cuanto a número de partidos totales.

Coloreados en amarillo, los presuntos titulares con el vestuario al completo.

KCP, adiós (y gracias)

Entre Suggs y Banchero (81) no suman siquiera una temporada entera, mientras que los hermanos Wagner (Moritz cada vez aportaba más aire a la segunda unidad) también sufrieron sus reveses.

Las lesiones de Mo y Carter Jr. sirvieron para dejarnos disfrutar de la mejor versión de Goga Bitadze, y el único titular que se mantuvo sano realmente, sólo sirvió para confirmar que su fichaje fue un fiasco, y su salida inmediata, la mejor opción.

Una lástima porque, en teoría, el encaje de KCP en estos Magic era tan intuitivo como se espera que lo sea el de Desmond Bane, de quien hablaremos a continuación. Pero si bien en defensa estuvo a la altura e incluso superó las expectativas (con su mejor defensive winshare de carrera), en ataque vivió un atasco constante, muy lejos del artillero en catch and shoot que venía de brillar en Denver y Washington.

Como consecuencia, y con su único ‘metedor nato’ negado en su especialidad, los datos fueron terribles e inevitables: último conjunto de la NBA en triples anotados (11,2), peor conjunto de la NBA en acierto de tres (31,8%).

La pregunta en este punto ya no es cómo fue que los Magic cayeron de los 47 a los 41 triunfos, sino más bien cómo se las ingeniaron para superar las cuarenta victorias con semejante fardo de lesiones y limitaciones que los hundió hasta el cuarto peor offensive rating de la NBA (108,9).

La respuesta es evidente: con una defensa de campeonato. Su café de cada día y su vaso de leche antes de dormir. Mentalidad y razón de ser durante los dos últimos cursos. Una consigna que en la campaña 2023-24 los convirtió en el tercer muro más duro de romper (110,8), siendo segundos en la 24-25 (109,1) solo tras la defensa de OKC, vigentes defensores del título.

Dos fichajes: ¡pero qué dos!

Y toda esta realidad, con sus claroscuros, desemboca en las dos únicas operaciones estivales en forma de fichajes, uno de ellos de tinte sideral.

El menos mediático pero lejos de ser marginal, es el de Tyus Jones. El base, firmado por un año y 7 millones de dólares (una ganga), viene a cubrir dos carencias y paliar una tercera: la falta de un relevo exterior –fruto de la salida de Cole Anthony– y la de un manejador con dotes de distribución, algo que lleva años escaseando en Orlando –lacra que agravó la ruptura con Markelle Fultz–, ya que ninguno de los combo guards principales de la plantilla (Suggs, Black) brilla en este apartado.

El pequeño base viene de un año discreto en la convulsa Arizona, pero en una franquicia asentada y estable como estos Magic debería caer de pie, asumiendo minutos de calidad y estando su protagonismo marcado por el perfil del rival y la situación de partido, alternándose con un Black de quien también se espera un paso al frente (buen defensor, irregular y timorato en ataque).

Porque lo otro que aporta Jones, además de fiabilidad como playmaker de rotación, es tiro. Tiro de tres (37,8% en una década en la Liga). Música celestial en los oídos de Mosley.

Lo que nos invita a saltar al otro fichaje estival con quien terminamos de poner –nosotros con la previa y los Magic con sus aspiraciones– toda la carne en el asador.

La guinda del pastel: Desmond Bane

Desmond Bane es ese jugador que uno jamás pensó que saldría de Memphis y mucho menos que terminaría en Orlando.

El coste fue alto (KCP, Anthony, cuatro primeras rondas y dos derechos de intercambio) pero perfectamente asumible en una plantilla joven y cuyo jugador de mayor edad no tiene ni treinta años (Tyus Jones, con 29) y en un proyecto que buscaba su giro de tuerca final. Su pieza definitiva con la que reventar el Este y ser tomados en serio en los playoffs tras dos años cayendo en primera ronda.

Para bien o para mal, el all-in será con Desmond Bane.

En Florida tienen sus finanzas al límite (besando el primer apron) y el ejército con el que irán a la guerra estará encabezado por un Big Three que no puede alejarse más del prototipo friedmaniano del mismo: Paolo Banchero, Franz Wagner y Desmond Bane, obligados a brillar, no desde la individualidad, sino desde la retroalimentación continua.

Con Bane en el puesto de ‘2’ aumenta la gravedad global del equipo, con hasta cuatro jugadores que, con balón, reclamarán la atención de las defensas; hablamos de un triplista de un 41% en su lustro NBA que flirtea con el 50% en tiros de campo, forzando a permanentes closeouts y ramificando en nuevas opciones de pase, lo que indudablemente invita a ver unos Magic con mejor circulación y mayor ritmo esta temporada, fluyendo más en ataque no tanto desde la amenaza singular en el tiro como de las consecuencias de puntearlo.

Los rookies del Draft 2025

Además, los Magic han sumado dos novatos, un alero con trayectoria internacional (Noah Penda, pick 32, con quien ya hablamos aquí en NBAManiacs) y un Jase Richardson (pick 25 e hijo del excelso dunker Jason Richardson) que tendrá bastantes opciones de entrar en la rotación si es más pólvora exterior lo que termina persiguiendo Mosley (41% en triples como freshman de Michigan).

Adjuntamos una tabla comparativa del estupendo proyecto de Draftcasual, donde se comparan los vértices de impacto de Richardson con otro de los mejores combo guard de la promoción, Dylan Harper.

La frontera del optimismo

Como Atlanta, Charlotte, Miami y tantos otros, los Magic también dependen de sus propios ‘what ifs’ para que su fórmula del éxito funcione. En su favor podemos decir que es una franquicia que ha demostrado saber estar en las duras, y que solo pide un año de fruta madura.

Si ocurre y no hay lesiones de calado ni sus principales piezas se ausentan más de lo ideal, los Magic tienen un discurso legítimo para ser temidos de verdad. Bane supone un salto de calidad tremendo no por su valor aislado, sino como pieza definitiva de un engranaje que sólo pedía una entrada más de oxígeno.

Y luego –por pedir que no quede– pueden darse extras como que Tristan da Silva tenga una breakout season, dando continuidad a lo visto en el Eurobasket, incrementando el valor de la segunda unidad.

O que Jonathan Isaac –viene de una campaña sana y repetir como uno de los defensores más feroces y plurales del panorama– enceste los suficientes tiros liberados como para que Mosley le dé más amor que los quince minutos por noche de la 24-25, elevando así a los Magic de Banchero, Wagner, Bane y Suggs (veinte puntos en las manos de cualquiera de ellos) en un enjambre insoportable de atacar y agotador de superar.

Los Magic que conocemos, los de la defensa superlativa, por fin exonerados de vivir aferrados a ella para arañar un triunfo tras otro. Porque los puntos (meterlos) deben pasar de ser un quebradero mutuo a una pesadilla exclusiva del rival.

El jugador a seguir: Paolo Banchero

Franz Wagner, tal como se intuía, ha sido una de las mayores sensaciones del Eurobasket. Y en los Magic ha demostrado ser un magnífico lugarteniente y solvente líder subsidiario. Pero no tiene sentido discutir quién es la verdadera estrella de este equipo y quién debe marcar las diferencias cuando las cosas se tuerzan y el aro se achique.

Un desgarro en el oblicuo derecho impidió que Paolo Banchero (decimoséptimo jugador del momento, según el ranking de ESPN) encadenase su segundo All-Star consecutivo, pero a su regreso rayó al mismo nivel que le hizo desvirgarse en el fin de semana de las estrellas.

Ahora, en el que será su cuarto año en la Liga y último en la escala salarial de rookie antes de entrar en vigor su (súper) renovación, toca dar un salto en su juego. ¿Mayor contundencia interior? Sí. ¿Un liderazgo más vocal? Sí. ¿Cierto crecimiento en defensa? Sí. ¿Un tiro de tres que apuntale el 35 por ciento? Decididamente sí.

Porque un jugador franquicia debe ser todo eso. (Mínimo) cumplir atrás y descollar adelante. Y si los Magic no sólo quieren ser un gran conjunto en fase regular sino aspirar a dar guerra en postemporada, un Paolo luchando por los All-NBA es trago obligatorio.

“Creo que este año puedo llevar mi juego a otro nivel. Estoy más motivado que nunca. Aún estoy entendiendo lo disciplinado que hay que ser para ser grande. Cuanta más rutina tengas, día a día, entrenando a la misma hora… Es fundamental estar ahí cada día, concentrado y con la mentalidad adecuada».

– Paolo Banchero (verano ’25)

El pronóstico de nbamaniacs

Las 50 victorias en RS deberían pagarse a 1,05. Si no las alcanzan, habrá sido todo un fiasco en la campaña anunciada como la más prometedora y ambiciosa que se recuerda en territorio Disney desde los tiempos de Superman Howard.

Mantenerse sanos hasta abril es una obligación. Llegar sanos a playoffs, un suplico. Hacerlo con la química trabajada al cien por cien, el requisito para que las siguientes palabras de Banchero, se cumplan.

«Creo que deberíamos ser un equipo que llegue lejos en los playoffs. Ojalá eso signifique llegar a las Finales. Pero si es algo más corto, entonces a las Finales de la Conferencia Este. Quiero llegar lejos en los playoffs. Creo que tenemos una plantilla muy completa. Es fácil decirlo ahora mismo, pero tenemos que salir a jugar la temporada y ganar esos partidos cuando lleguen. Eso es lo que me emociona. Pero, sinceramente, viendo a nuestro equipo, viendo a los chicos hasta ahora, es pronto, pero creo que tenemos el tipo de equipo que puede llegar a las Finales».

Limitándonos a los 82 partidos, en mi pronóstico los sitúo inmediatamente por encima de Atlanta: 56-57 victorias.

Anterior equipo: Atlanta Hawks. Próximo equipo: Detroit Pistons.

(Fotografía de portada de Jeremy Reper-Imagn Images)

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