La primera pieza de la temporada baja de los Utah Jazz ha caído bajo la contratación de Will Hardy como nuevo head coach del equipo. Una incorporación que supone una vuelta de tuerca más a los significativos cambios que se han acumulado en la organización por primera vez en cuatro décadas.
En apenas 18 meses, los aficionados de Salt Lake City presenciaron cómo la compra de la franquicia por parte de Ryan Smith ponía punto y final a 35 años de propiedad de la familia Miller. Una adquisición que trajo consigo a Dwyane Wade como propietario minoritario y claro guiño a Donovan Mitchell, su joven homónimo y principal estrella del equipo.
Este movimiento se ha traducido en otros que han ido transformando poco a poco los distintos niveles que conforman la organización: Danny Ainge aterrizó como presidente de operaciones y Justin Zanik se asentó como gerente general, quedando desplazado Dennis Lindsey como asesor. Posteriormente, las decepciones sufridas por los Jazz en los últimos dos años propiciaron el adiós de Quin Snyder, quien decidió echarse a un lado para facilitar así la llegada de nuevas ideas. Estas llegarán ahora con la contratación de Hardy, pero desde la gerencia han aplicado las suyas de forma paralela mediante una renovación casi completa de equipaciones y diseño de la cancha de cara ya al próximo curso.
Por supuesto, el rumbo deportivo del proyecto y la ejecución del plan de juego recaerá en manos del nuevo entrenador. No obstante, todavía queda mucha tela por cortar, pues de las decisiones que se tomen desde la front-office en lo que respecta a contrataciones, renovaciones y traspasos dependerán las piezas de las que disponga Hardy. Solo entonces comenzará verdaderamente su trabajo. Con o sin Donovan Mitchell y Rudy Gobert.
Mientras todos estos cabos terminan de atarse, hay varios detalles que sí conocemos acerca del técnico y su acuerdo con los Jazz. Su nombre fue elegido entre una extensa lista superior a los quince candidatos y el contrato firmado comprende cinco temporadas, lo que confirma el compromiso y las expectativas a largo plazo que la gerencia de Utah ha depositado sobre él. Pero profundicemos un poco más.