Recital de Año Nuevo de Nikola Jokic y los Nuggets

El pívot promedia 27,4 puntos, 12,6 rebotes, 8 asistencias desde enero y es el tercer jugador más joven en llegar a 20 triples-dobles

Qué manera de saludar al nuevo año la de Nikola Jokic.

Anoche, ante Miami, empezó a sacar matrícula también en lanzamientos escupidos sobre la bocina con un game winner a la remanguillé para cerrar el partido ante los Heat. Su lanzamiento ganador y enorme partido (triple-doble con 29 puntos, 11 rebotes y 10 asistencias) fueron la continuidad de una tendencia que adquiere ya pigmentación de postulante real entre los mejores jugadores de la temporada.

Ya lo era y ahora solo lo está confirmando.

Los promedios de Jokic en el 2019 contextualizan lo más reciente de su tremenda campaña. Desde el 1 de enero, el pívot serbio acumula 27,4 puntos, 12,6 rebotes, 8,2 asistencias, 1,2 tapones, 1,6 robos, 53,8 en tiros de campo y 40,9 en triples. Un listón depositado en volúmenes de auténtico vértigo, de concierto de Año Nuevo, tenor y candidato a todo.

Pero no se trata solo de los números (que también); el desempeño de Nikola Jokic practica el control desmesurado del juego y los partidos a través de ese cuerpo de conocido (de oídas) de un centro de actividades deportivas.

De manera aplastante, la mayoría de jugadas pasan por su sistema nervioso para encontrar un camino a la canasta. Y casi todas nacen de sus manos o terminan en canasta o asistencia (tras corte de jugador exterior) suya. Es todo un recital misterioso por fuera y delicioso en su contenido. La estadística está de su parte pero más todavía las sensaciones, el dominio que ejerce en los encuentros.

«Su estética no entra demasiado por los ojos. La estructura de su cuerpo, de su apariencia. Pero no es algo exclusivo de Nikola. Tenemos varios chicos en nuestro equipo que no encajan en el molde de ser más productivos (y lo son) de lo que pueden parecer», destacó de manera reciente Tim Connelly, general manager de los Nuggets, y pudo rescatar el portal Yahoo! Sports.

Sin monopolizar el balón

El propio Jokic se declaró hace no mucho como «un base encerrado en el cuerpo de un pívot». Él mismo es la fase definitiva de jugador grande que puede asumir capacidades directivas en la cancha. Jokic no solo es capaz de asumirlas, sino que es el principal lubricante y director de juego de su equipo, en cada jugada.

Por muchas cosas (apariencia, juego, actitud, edad) Jokic no es una estrella al uso. Tampoco en sus hábitos de juego.

The Joker reparte las cartas en Denver sin un monopolio sangrante de la pelota.

«Si mi compañero está abierto, voy a pasar la pelota al cien por cien, puede incluso que hasta lo haga si yo estoy en mejor posición. Creo que eso es lo principal». De tal forma razona su cabeza y por ello nos topamos cada noche con la amalgama de pases (más o menos lustrosos) que deja el pívot y líder de los Nuggets.

Esa doctrina de priorizar al compañero y la circulación de balón resume perfectamente el credo que practican los Nuggets esta temporada y que les ha conducido al mejor arranque de su historia (balance de 26-12). Lo que sobresalen no son los números o las estrellas (más en singular), es el resultado del equipo.

Otro ejemplo de su singularidad es que Jokic, pese a la influencia que posee en el juego, es de los líderes de equipo que menor porcentaje de uso de pelota arrastra (26,1). Harden llega a un 37,9 o, por mirar al barrio de otro jugador grande, Embiid a 31,4.

La mayoría de estrellas le dan cien vueltas en esta estadística (tiene por delante a 36 jugadores en este apartado en toda la liga), que no es ni buena ni mala, pero sí significa que Jokic produce tantísimo sin tener que acaparar más posesión de la que debe.

Su liderazgo es, pues, de carácter altruista y mirando siempre el beneficio mutuo y colectivo antes de un pensamiento más hedonista.

Por no hablar de cuando le da por agitar la varita y enseñar todo lo que esconde en la chistera. Eso da para otro artículo extenso que seguro algún día abordaremos.

Grandes números

Su mentalidad de conjunto no es impedimento para que Jokic esté firmando un rendimiento de escándalo en toda la temporada: promedios de 19,2 tantos, 10,1 rebotes, 7,5 asistencias o un 50,3 por ciento en tiros de campo (59,0 true shooting percentage).

Formidable envoltorio que no desluce el verdadero mérito de su kilometraje: el estar dominando partidos y competición, por primera vez, a su antojo. No son tanto números, es la nueva evolución en su juego y la sensación de dominarlo absolutamente todo hasta que cae una victoria tras otra.

Los jóvenes Nuggets

Pese a que han tenido de baja esta temporada a tres titulares como Gary Harris, Will Barton, Paul Millsap en diferentes momentos (más dos jugadores de nivel como Isaiah Thomas y Michael Porter Jr), los Denver Nuggets (27-12) aguantan las embestidas de la Conferencia Oeste y siguen como líderes de su mitad del mapa.

Lo hacen además como la plantilla de menor edad promedio de toda la liga (24,7 años). El propio Jokic cuenta 23 y ya pone todo su talento al servicio de la causa mayor que es ganar partidos y mejorar su alrededor.

Respecto a la temporada pasada, los Nuggets han crecido sobremanera detrás. Fueron el octavo peor conjunto cerrando el hierro propio (109,9 puntos concedidos por 100 posesiones) en la 2017-18 y este curso son de las nueve mejores defensas (106,9). Ahí reside otra de las principales claves del salto del equipo de Mike Malone.

«Hemos dado a nuestros chicos mucha libertad en los ataques. Así que pensamos que por qué no darles eso mismo en defensa también», pudo asegurar Wes Unseld Jr., técnico asistente de los Nuggets.

Su defensa, pues, se nutre de esa perspicacia joven que en ataque lidera Nikola Jokic y que detrás tiene una continuidad gracias a las buenas lecturas y IQ desarrollado de sus jóvenes piezas. No solo cuentan con una estrella y un gran equipo, además tienen jugadores inteligentes.

Icono en la sociedad

No haría falta ni mencionarlo, pues Nikola Jokic es la estrella de una franquicia emergente, es joven y ese tipo de perfil de jugador siempre suele tener un encaje muy sonoro entre el gran público.

Baste solo una anécdota para confirmar lo que Jokic significa ya para Colorado.

Él y el resto de la plantilla de los Nuggets habían visitado un hospital hacía unos días, y no pudieron recibir mejores noticias acto seguido. «Nos escribieron un mensaje, era una de las enfermeras y decía que un niño llevaba con depresión como dos meses. No quería estar con nadie y de repente nos vio a nosotros allí y sonrió. La enfermera empezó a llorar. Eso es algo que muestra lo importante que podemos ser para otra gente. No se trata solo de baloncesto», relataba el propio Jokic.

Triples-dobles

Nikola Jokic, quizá una de las estrellas más atípicas en los últimos tiempos en la NBA. No solo porque ciertos planos le saquen los colores en forma de barriga incipiente (pero controlada) o que pueda ser uno de los mejores pívots pasadores de la historia… Ya es uno de los dominadores de la liga actual, siempre anteponiendo el lucimiento grupal al propio. Con esa proclama casi de ONG, los Nuggets siguen siendo el mejor equipo del Oeste (y tercero en total), al ritmo que marca el crecimiento (aún no se detiene) del atípico pero magistral Jokic, tercer jugador más joven en alcanzar los 20 triples-dobles en su carrera (tras Magic Johnson y Oscar Robertson).

(Fotografía de portada: Matthew Stockman/Getty Images)


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