Más allá de que la sensación de todo aficionado de Oklahoma City Thunder huela a expectación contenida por el récord del equipo (4-5), el conjunto que dirige Billy Donovan está encontrando las piedras lógicas para un equipo casi recién formado. Al menos en dos de sus tres partes más importantes. Todo es ajustable y se puede optimizar con tiempo y partidos; pero un detalle extraño está sorprendiendo en el inicio de temporada: Russell Westbrook está tirando peor que nunca desde la línea de tiros libres.
El 2 de 7 que el vigente MVP de la NBA expuso en la última derrota del equipo (ante Portland) hizo sonar la pre-alarma. Westbrook ha tirado 51 lanzamientos en este inicio de curso y solo ha acariciado la red en 30 de ellos (58,8 por ciento). Cifras que descarrilan respecto a sus baremos anteriores desde la línea de compensación: solo una temporada por debajo del 80 por ciento (78,0).
Westbrook va casi la mitad de veces a la línea por partido respecto al año pasado (10,4 por 5,7). Su papel en el juego sigue siendo protagonista pero no su nivel de ejecución del pasado año. Lógicos menos puntos y asistencias tras la llegada de Paul George y Carmelo Anthony. Pero el descenso de intentos también ha arrastrado una pérdida (de momento pasajera) de tino desde el tiro libre.
¿Está cansado?
De manera casual o no, el acierto de Westbrook esta temporada desde el tiro libre desciende conforme menos tiempo pasa entre partido y partido. El 9,3 por ciento de sus puntos son de un punto en noches de back to back; el 15,5 con un día de descanso y 16,9 con dos días de asueto. Su producción disminuye cuanto menos descanso existe entre partidos; dato por otra parte lógico en cualquier jugador NBA, aunque no tanto en un valor más estable como los tiros libres.
Así, Russell, tenemos un problema. De momento, nada que una bestia de 20,0 puntos, 11,4 asistencias y 9,0 rebotes esta temporada no pueda subsanar. Como su propio equipo, el tiempo tiene que acabar dando la razón.