La victoria de Toronto en el primer partido de las Finales de la NBA tuvo como protagonista inequívoco a Pascal Siakam. El ala-pívot fue el máximo anotador de los Raptors con 32 puntos, cifra a la que llegó con un sensacional 14/17 en el tiro y que redondeó con 8 rebotes, 5 asistencias, 2 tapones y un robo. Son números que hablan a las claras del dominio que exhibió el camerunés en el que, en su tercera temporada en la élite, fue su primer partido en unas Finales.
Pese a que su temporada podría resumirse como la consecución de un hito tras otro, difícilmente podía esperarse semejante nivel de Siakam en el arranque de la serie. La historia dice que en este tipo de partidos la experiencia suele ser un grado a tener en cuenta, pero el de los Raptors destrozó esta premisa jugando el mejor partido de su carrera en playoffs. Superarse a sí mismo se había convertido ya en una costumbre, pero hacerlo en estas circunstancias es ya algo propio de grandísimos jugadores.
Agresividad de líder
Los de Nurse se encontraron con una defensa decidida a parar a Kawhi Leonard por todos los medios. Las constantes ayudas obligaron al alero a soltar el balón y buscar menos tiros de los que acostumbra, pero también abrieron unos espacios al resto que obligaban a que alguien diera un paso adelante. Y ese fue Siakam.
Pascal se encontró con numerosas situaciones de uno contra uno ante Draymond Green, y ni la experiencia ni el nombre de su rival le achantaron lo más mínimo. El camerunés atacó con insistencia, y una y otra vez castigó la osadía de los Warriors de regalarle tanto hueco para desplegar su juego y castigar a un defensor notablemente más bajo y con menos envergadura. Además, fue capaz de aprovechar dos de los tres triples abiertos de los que dispuso, convirtiéndose así en un arma total.
Donde también hizo muchísimo daño fue en las transiciones. Su combinación de tamaño y capacidad atlética le convierten en un jugador letal a pista abierta, y, consciente de ello, trató de servir de referencia de los suyos en cada contraataque saliendo como una bala tras cada rebote defensivo. Los canadienses se llevaron la guerra de los puntos al contraataque por 24-17, aspecto en el que Pascal fue sin duda decisivo.
A la altura de los más grandes
Pero la actuación de Siakam va más allá de un buen partido, pues hay varios aspectos en los que su encuentro pasa a formar parte de un selecto grupo en la historia de la NBA. Sin ir más lejos, según datos de Basketball Reference se convirtió en el cuarto jugador que, con tres temporadas en la Liga o menos a sus espaldas, debuta en unas Finales anotando 30 o más puntos desde 1970. Los tres anteriores: Kareem Abdul-Jabbar (31 puntos en 1971), Hakeem Olajuwon (33 puntos en 1986) y Tim Duncan (33 puntos en 1999). Casi nadie. De ellos, solo Olajuwon no se llevó el anillo ese año.
Pero esto no es todo. La enorme efectividad con la que lanzó es también histórica, pues su 88,2% de Effective Field-Goals es la tercera cifra más alta lograda en unas Finales por un jugador que anotase al menos 30 puntos. Este dato, aportado por Justin Kubatko, refleja la magnitud de lo logrado por Siakam, que no solo firmó unas cifras históricas sino que lo hizo con unos datos de acierto muy pocas veces vistos.
Ahora mismo parece utópico suponer que este vaya a ser el nivel del camerunés en las Finales, pero esta será sin duda una seria advertencia para Golden State. Kerr priorizó frenar a Kawhi sobre cualquier otra circunstancia, y el resultado parece indicar que no es la estrategia correcta. Habrá que ver si en el Game 2 deciden cerrar más espacios a Pascal o si, por el contrario, confían en que la inexperiencia aparezca tarde o temprano mientras siguen centrados en Leonard.
(Fotografía de portada: Gregory Shamus/Getty Images)