Trey Burke, el camino largo para el regreso a la NBA

“Confío en mí”. Es 12 de octubre de 2017 y Trey Burke paladea la resaca de su fichaje por los Knicks. Un movimiento extraño, producido el día anterior, dentro de un calendario que agota sus días de pretemporada.

Sábado 14 de octubre. Fin de semana. New York despide a Burke, que ni ha tenido la oportunidad de pelear por ese puesto abierto en la plantilla, ese puesto extra que parecía podría dirimir con Jarret Jack a la espera de que de Joakim Noah volviera de su suspensión. Una decena larga de partidos y al regreso del galo, se presumía que Jack, o Burke si le hubieran dejado, saldría de la franquicia por excedentes en la plantilla.

Al final, el que salió para cuadrar el número de jugadores en el roster fue Mindaugas Kuzminskas, pero para cuando eso se produjo, Burke ya estaba a unos cuantos kilómetros de New York. Exactamente a 40, en White Plains, donde ese domingo 12 de noviembre, por la mañana había jugado ante los Raptors 905. Días antes, el número 9 del Draft de la NBA en 2013 había encontrado rápidamente su hueco en la historia de la G League y de los Westchester Knicks, a los que se había decidido unir, tras el rápido despido en la Gran Manzana, para afrontar el camino largo de regreso a la gran liga. Apenas debutó con el afiliado de New York en la Liga de Desarrollo, Burke firmó 43 puntos, récord de la franquicia. Eso es caer de pie en una competición.

Los expertos- periodistas, ojeadores, profesionales que trabajan en la G League- aseguran que la única forma de llamar la atención de la NBA, que para eso sirve principalmente esta competición, es saliéndose del mapa en la G League. Eso sí, aunque los puntos lucen, no lo son todo. Pero ayudan. Casos como el de David Nwaba, sin un tiro excelso pero otras cualidades menos vistosas, explican que haya llamadas de las franquicias a jugadores menos arrasadores ofensivamente, pero ciertamente aguerridos. Lo dijo el técnico de los Raptors 905, Jerry Stackohuse, que algo sabe desde su puesto de campeón de la G League 2017: “La defensa es la clave”.

Pero como todo suma, Burke se ha lanzado a dominar una competición de la que puede ser uno de los dueños y, por qué no, el MVP. Aunque él seguramente no desee ese hecho si lo que se lo impide es la realidad de subir un escalón superior, ser requerido por la NBA, volver al sitio que ha tardado demasiado poco en abandonar.

2016: Sólo dieron por él una segunda ronda de Draft

A sus 25 años, un Top-10 del Draft no ha querido perder tiempo. Burke estuvo tres temporadas en Utah, a los que luego no dudó en criticar, diciendo que nadie quería jugar allí. Fue en el verano de 2017, acababa su experiencia en los Jazz y consumidos sus últimos partidos hasta la fecha en la NBA. Lo hizo en la 2016-17, en los Wizards, 3 duelos de playoffs incluidos, los únicos que viste el de Ohio, quien no consiguió anotar en ninguno de ellos.

Tras un mercado estival con moderado interés de los Wolves, que formalmente lo habían elegido en ese Draft de 2013, o de los Thunder, con los que estuvo cerca de firmar, sus huesos fueron a parar a New York, relativamente cerca de Washington, su penúltima casa, a la que llegó en el verano de 2016 con un cartel algo devaluado. Porque en ese mercado explosivo de hace dos julios, Burke sólo valía una segunda ronda del Draft de 2021. Él, que fue subcampeón de la NCAA en 2013 con Michigan, que metió 24 puntos en esa final ante Louisville en el recientemente derruido Georgia Dome, de Atlanta; él, que fue el Jugador del Año en la NCAA 2013 y que, ya como profesional, formó parte del Quinteto Ideal de Novatos 2014 y se convirtió por tres meses en Novato del Mes durante la 2013-14. Burke, que hizo todo eso, únicamente valía una segunda ronda de un Draft demasiado lejano.

Pero, como bien es sabido, todo es tendente a empeorar. Así que Burke pasó de valer poco en 2016 a no valer nada apenas 12 meses después. Agente libre sin restricciones, las pocas puertas que se abrieron para él terminaron por cerrarse. La única, con la pretemporada expirando, fue la de los Knicks. Y de aquella manera.

“Puede ser un claro candidato a recibir una call-up”, nos apunta desde New York el periodista de Knicks Journal Chris Priczak, quien cubre diariamente la información de los Westchester Knicks. “Cuando se abra el periodo de contratos de 10 días puede llegar su oportunidad. Está demostrando que puede anotar y liderar un equipo joven como son estos Westchester Knicks. Tiene el récord de la franquicia con 43 puntos. Es pronto todavía, claro, pero si mantiene este nivel, puede volver a la NBA”.

Burke ha firmado en los 8 partidos que lleva en la G League 23,1 puntos de promedio (13er mejor anotador) en 37,3 minutos (12º en la lista de minutos disputados en la 2017-18). Además, ha promediado 5,6 asistencias (16º mejor asistente) y 1,9 robos (22º).

“Es un gran manejador de la bola. Y encaja perfectamente en Westchester”, apunta Chris Priczak. Queda por saber si, llegado ese momento de enero con los contratos temporales dispuestos para ser firmados, Burke tiene su ocasión en la Gran Manzana o en otra franquicia. Para ello, debe demostrar a los que le siguen que tiene las cualidades intactas y que los 10,6 puntos, 2,1 rebotes y 3,6 asistencias en 267 duelos de la NBA no fueron casualidad. Eso y que a veces un paso atrás, un retroceso, supone un empujón hacia el futuro. Burke tiene tiempo para intentarlo.


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