Udoka vs Giannis (o cómo intentar frenar a una fuerza imparable)

La capacidad (o ausencia de ella) de los Celtics para frenar a Antetokounmpo ha sido un factor de peso en cada uno de los cuatro ...

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Por Aitor Darias

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La capacidad (o ausencia de ella) de los Celtics para frenar a Antetokounmpo ha sido un factor de peso en cada uno de los cuatro primeros partidos de la serie entre Boston y Milwaukee. El griego, más obligado que nunca a ser el epicentro de los suyos ante la baja de Middleton y la intermitencia de Holiday, se encuentra prácticamente disputado una partida de ajedrez contra la defensa de los de Massachusetts, que con un ajuste tras otro han intentado reducir su impacto en el juego.

A lo largo de lo que llevamos de eliminatoria, Giannis ha mezclado tramos de absoluto dominio y de verdadero bloqueo, algunos en los que brillaba por sus habilidades como generador y otros en los que se convertía en un anotador nato. ¿Qué ha propiciado dichos cambios? ¿Qué ha hecho Udoka para impedirle sacar a relucir sus virtudes y cómo ha respondido el heleno? Repasémoslo partido a partido.

El de Giannis en modo playmaker

El plan inicial del técnico parecía claro: frenar a Antetokounmpo a toda costa. Los Celtics arrancaron la serie con una defensa plenamente centrada en él que tenía el claro objetivo de ponerle todos los obstáculos posibles en su camino al aro. Cerrarse sobre él y generarle errores en sus intentos de finalizar en la pintura. Y funcionó. Pero solo a medias.

Giannis ya no es el jugador que era en 2019 o 2020, y en el Game 1 quedó evidenciado. Una defensa que se le podría haber atragantado años atrás no pudo impedirle esta vez ser el amo y señor del encuentro y dar el primer triunfo a los Bucks. Rodeado de manos, el alero cometió varias pérdidas al inicio y tuvo muchos problemas para anotar en la pintura, pero dio absolutamente igual. Al fin y al cabo, las verdaderas estrellas de la liga son las que pueden dominar partidos anotando 50 puntos pero también en las noches que se quedan en un 9/25 en el tiro. Y Antetokounmpo es esa clase de jugador.

El griego sacó a relucir unas habilidades como playmaker que no ha parado de perfeccionar con el paso de los años y que le hicieron castigar las excesivas ayudas de los Celtics regalando buenas opciones a sus compañeros. Esa noche repartió 12 asistencias, su segunda mejor marca en playoffs, con un total de 17 asistencias potenciales, pues aprovechó la sobremarca planteada por Ime para generar espacios a sus compañeros, que no los desaprovecharon. De esta forma, 29 puntos de los Bucks llegaron tras pase del heleno, que no ha vuelto a tirar tan mal (36%) ni a anotar tan poco (24) en toda la serie pero que sin embargo solo en Game 3 ha generado más puntos totales que en este primer choque (53).

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El de la ‘Grant Muralla’

Udoka comprendió entonces que Giannis no solo era una amenaza en sí mismo, sino también lo era en tanto que su juego hacía crecer a sus compañeros, de modo que planteó un Game 2 radicalmente opuesto. La defensa de Boston se volvió mucho más individual, con marcas más férreas a todos los hombres y ayudas mucho menos largas sobre Antetokounmpo, a quien decidió conceder más espacio a costa de negárselo a los demás.

Esto ponía en una posición complicada a sus defensores, Al Horford y Grant Williams, que sin embargo respondieron de forma notable, sobresaliente incluso en el caso del segundo. El de los Bucks vivió una pesadilla en la primera parte del segundo partido, en la que tuvo muchísimos problemas para superar a un Grant que estuvo soberbio a la hora de anticiparse a sus intentos de penetración y frenarlos con su gran defensa y con su potente tren inferior. Fue una de las peores primeras partes que se recuerda recientemente a Giannis, pero lo fue no solo porque no pudiese sobrepasar a la defensa, sino porque no fue capaz tampoco de generar para otros.

Udoka vs Giannis (o cómo intentar frenar a una fuerza imparable)
La primera parte de Giannis en el Game 2

Ni siquiera en la segunda parte, en la que, con más paciencia y leyendo mejor la situación, logró superar la marca de Williams y anotar con más eficiencia, Anteto fue capaz de repartir pases a sus compañeros en buenas situaciones de tiro. Milwaukee terminó dicho encuentro con solo 18 triples intentados (y 3 anotados), la marca más baja en la era Budenholzer, y no fue tanto por falta de ganas como por falta de opciones. Udoka comprendió en el Game 1 que una defensa de 5vs1 no era el camino, y que negar espacios a los tiradores que le rodean debía ser parte fundamental del plan para frenar al MVP de las pasadas Finales. Y así llegó el 1-1.

El de los 42 puntos

Dicho plan, no obstante, no funcionó dos veces seguidas. Si ya en la segunda mitad del segundo partido Giannis pareció tomarle algo más la medida a Grant Williams, en el tercer duelo se deshizo de la defensa individual que tantos problemas le había dado y sacó su versión más arrolladora para irse hasta los 42 puntos. Si Boston quería darle espacios, él no iba a desaprovecharlos.

Con sus compañeros bien colocados para mejorar el spacing y facilitándole vías con bloqueos directos, Antetokounmpo castigó este nuevo plan de Udoka de forma constante con su agresividad y habilidad para atacar el aro. Los recursos tanto físicos como técnicos del griego en esta faceta son infinitos, lo que le hizo firmar su actuación más eficiente en términos de acierto y llevar a los Bucks hacia su segunda victoria. Fue especialmente sangrante para Boston el daño que recibieron en la pintura, pues, tras dejarle en un 41% de acierto en la zona en los dos primeros choques, el heleno se fue hasta el 65% en este.

Comenzó pues a evidenciarse que, si bien esta estrategia había dado frutos a los Celtics puntualmente, difícilmente sería el camino para ganar la serie. Pese a que estuvieron cerca de llevarse el choque, se había visto a la versión más imponente del griego, que además volvió a aprovechar su capacidad de romper a su defensor principal para atraer ayudas y sacar el balón a sus compañeros. La escasa eficiencia de estos (26,5% de acierto en triples para Milwaukee) hizo que sus 17 asistencias potenciales se quedasen en solo 8, pero la necesidad de nuevos ajustes se había hecho evidente.

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El de los defensores pequeños

Parecía no obstante que la cosa iba camino de repetirse en el cuarto encuentro. Con 28 puntos anotados al final del tercer cuarto, Giannis estaba llevando en volandas a Milwaukee y estaba volviendo a castigar con su potencia y sus interminables zancadas los intentos de defensa exterior de Al Horford, que estaba siendo esta vez el encargado de intentar frenarle. El dominicano, que firmó por otro lado un encuentro sensacional, no estaba siendo capaz de contener los ataques del griego hacia el aro, lo que le estaba permitiendo poner contra la espada y la pared a unos Celtics que miraban con miedo el posible 3-1.

Fue entonces cuando Udoka se decidió por apostar de verdad por una idea con la que ya había coqueteado en tramos anteriores: pasar a un quinteto pequeño y defenderle con jugadores más bajitos. Marcus Smart se convirtió en el defensor principal de Antetokounmpo en el último cuarto del Game 4, periodo en el que otros hombres como Jayson Tatum (notablemente más alto que Smart pero aun así 8 centímetros menor que el griego) e incluso Derrick White también quedaron emparejados con él en alguna ocasión, planteándole un nuevo reto.

Atacar desde fuera a defensores de menor tamaño es una situación complicada para alguien de 2,11 metros, especialmente a alguien tan correoso como Smart. Su velocidad de reacción y desplazamiento son una amenaza para Giannis de cara a cometer posibles faltas en ataque si carga hacia el aro, y su agresividad con las manos suponen un riesgo de pérdida cada vez que busque llevar el balón al parqué, pues la mayor cercanía de Marcus al suelo le facilita atacar el bote. En el último cuarto, Antetokounmpo solo pudo finalizar dos veces bajo el aro (una de ellas en transición), lo que frenó el ritmo ofensivo de los suyos y permitió a Boston remontar el partido.

La opción de llevar a dichos defensores pequeños al poste podría parecer una respuesta lógica, pero tampoco fue la solución en este encuentro. En penetración sus recursos son infinitos e imprevisibles, puesto que, ya sea a base de euro steps, reversos, o pivotes, consigue que muchas veces la defensa no sepa por dónde va a salir y las ayudas no puedan ser efectivas. No obstante, el juego en el poste tiende a ser más estático, de modo que no puede disponer de tantas alternativas ni ser tan explosivo. Esto permite a las ayudas de Boston ser tan agresivas como intentaron ser sin éxito en el Game 1 y como no habían vuelto a ser a lo largo de la eliminatoria.

Ahora le toca pues mover ficha a Giannis, ya que es de esperar que este tipo de recursos defensivos vuelvan a ser probados por Udoka en el quinto partido, quizás no de salida pero sí en algunos momentos . La partida está igualada, pero cada vez van quedando menos fichas sobre el tablero. Habrá que ver quién da el jaque primero.

(Fotografía de portada: Adam Glanzman/Getty Images)

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