Un adelanto del nuevo LeBron James, versión 2019-20

Quien pudiera ver anoche (o en diferido) la declaración de guerra santa en Los Angeles —el glamour de toda la vida contra la revolución de los Clippers— también tuvo que ser capaz de detectar que podemos estar ante la precuela de un nuevo LeBron James.

Son casi 35 años, los hará en diciembre, y aunque su carcasa es de otro mundo, también un Rey ha de ir adaptando su corona a las diferentes etapas de su carrera. Las evidencias que vamos a comentar vienen de solo un partido, una muestra insignificante, por lo que no hay que extraer conclusiones demasiado firmes; sin embargo sí existen sospechas de una nueva adaptación en el juego de James.

La compañía de Anthony Davis, qué duda cabe, le libera de responsabilidad en ataque. El LeBron James que vimos ante los Clippers fue más un líder, un facilitador, canalizador y supervisor de buenas acciones para sus compañeros; no tanto una fábrica de puntos. Nada que resulte nuevo en su catálogo. Lo que sí se notó novedoso fue la sensación de un descenso de participación en ataque, sobre todo en sus clásicas penetraciones hacia el aro, peregrinajes atropellando contra todo y todos…

Veamos si esa sensación con la que algunos quedamos tras el partido es verdadera o algo engañosa. Y hagámoslo con datos, que pocas veces suelen fallar.

Las estadísticas de LeBron ante los Clippers dicen que intentó 14 lanzamientos de dos puntos y 5 triples. 19 intentos totales, ligeramente por debajo de los 19,9 que promediaba la pasada temporada. Nada, la diferencia es nimia.

Se animó James bastante con los triples aunque sin éxito (solo un acierto), volumen por debajo también de los 5,9 que intentó el pasado curso en toda la temporada. Otra comparación demasiado tibia. No encontramos entonces un caudal demasiado inferior en sus repeticiones. Donde sí existió anomalía fue, pues, en su tino.

Sus 18 puntos llegaron por medio de un 36,8 por ciento de acierto en tiros de campo y 20 por ciento en triples. Ambos valores por debajo de su media anterior (51,0 y 33,9) en el curso 2018-19.

También, 10 de sus 18 puntos fueron convertidos en la pintura; dato por debajo de los 13,5 que promedió el pasado curso en ese rango de distancia. Luego, de sus peregrinaciones para lanzar el balón a menos de cinco pies (metro y medio) de la canasta, la pasada temporada existió un flujo de 9 ocasiones por partido (con 69,0 de acierto). Anoche quedó en 8 (50,0 de acierto).

El acierto

Insistimos de nuevo en la idea de que la muestra no podría ser más canija y no se puede canonizar todavía conclusión alguna. Ante los Clippers no hubo un descenso demasiado notorio de su insistencia con la red, aunque esa fuera la sensación al final del partido; pero sí hubo un bajón de acierto. Tiró casi las mismas veces que la temporada pasada, aunque con menor precisión.

Las pruebas todavía no son traducibles a nada y no se pueden sacar demasiados juicios de ellas. Hablamos solo de un partido nada más. Eso no quita tampoco para que los indicios (Vogel se ha cansado de decir que el ’23’ jugará como base) apunten a que veremos a un LeBron James no tan incisivo en sus peregrinaciones hasta el hierro este curso.

Delegará, por contexto, compañía, resuello y necesidad, más puntos, pero su importancia seguirá siendo crucial. Hay indicios para pensar que en la nueva temporada podremos ver otra adaptación el el juego del Rey, sin embargo es muy, muy pronto para poder convertir esa idea en afirmación.

Todo se andará. Y mientras LeBron tiene que afinar bastante la puntería. Además, el hecho de que solo disputase 55 partidos la pasada temporada sitúa su físico en el punto más descansado casi de su carrera. Cuidado también a ese dato, que puede ser oro a final de la temporada.

(Fotografía de portada: Harry How/Getty Images)


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