Un sexto partido cargado de incógnitas

El giro inesperado que los Cavaliers dieron a la serie en el quinto partido dejó a muchos descuadrados; y hoy tienen la oportunidad de consolidar esa remontada igualando las Finales en su casa, ante su público y con una inyección de moral de esas que te dejan volando por encima cualquier posibilidad.

Hay que ver cómo reacciona uno y otro equipo, pero a priori parece que haber recuperado el factor cancha es un argumento de peso para pensar que los pupilos de Tyronn Lue tienen delante una oportunidad que les llevaría a poner la situación de nuevo al 50%. A vivir un séptimo partido donde cualquier pronóstico dejará de tener fundamento.

Eso sí, igual que los Cavaliers tienen esta ocasión, no olvidemos que los Warriors están a un solo paso (de nuevo) de ganar el anillo. Que “simplemente” con sumar un triunfo se convertirán en campeones de la NBA. Que empiece la segunda bola de partido para Golden State.

El tándem que necesita Ohio

Must-win. Esta máxima de tono tan americano es un juego de doble cara para los Cavs. Ganar es una obligación llena de agonía, aunque viendo cómo se reactivaron LeBron James y Kyrie Irving con 41 puntos por cabeza en el anterior choque, toda afrenta parece algo menos  angustioso para sus intereses.

Se espera una versión igual de ambos, porque superior es tremendamente complicado. Lograron matrícula de honor en el compromiso del lunes, pero es que no les queda otra que volver a dar lo mejor de sí. Los Warriors no permiten ni la más mínima bajada de rendimiento del dúo estrella de Cleveland.

Es la lucha contra la estadística; contra saber que solamente dos equipos de 32 han sido capaces de darle empatar a 3 unas Finales que se les hayan puesto 3-1 abajo. La última vez que sucedió algo así fue en 1966, hace 50 años. Casi nada.

“Ya ni me acuerdo del quinto partido”, señaló Irving tras el entreno de ayer. “Sólo pienso en el sexto encuentro. Como competidor, sólo piensas en mantenerte en la serie. Es evidente que queremos tener una gran noche. Debemos salir con mentalidad agresiva, haciéndonos fuertes en las transiciones y consiguiendo oportunidades de anotar fáciles”.

Esperando (eternamente) a Love

Todo el mundo espera más de Kevin Love. No sólo los aficionados, sino sus propios compañeros, conscientes de que el ala-pívot debe aportar muchas más cosas que las que ha ofrecido hasta la fecha.

“Necesitamos que sea más agresivo”, dijo James de su propio compañero. “Ya sabes, tanto en el lado defensivo como en el ofensivo, saliendo ahí y teniendo un gran impacto sobre el juego. No importa si él anota, no importa si él siente a veces que no está teniendo contacto con la bola. Se trata de que pueda ser más agresivo”.

Ya olvidados los problemas físicos tras la fuerte contusión que sufrió, lo cierto es que los dos puntos con los que acabó Love, por mucho que Lue está feliz con su esfuerzo defensivo, distan mucho del nivel que debe ofrecer un jugador de su nivel.

El regreso del castigado

Draymond Green está de vuelta. Así de primeras, quizás sea el mayor quebradero de cabeza con el que vaya a encontrarse Love para elevar ese rendimiento que se le demanda.

Su ausencia se notó en el quinto partido, aunque uno no sabe calibrar si tanto como él mismo comentó al acabar el choque: “Siento que si yo hubiera estado, habríamos ganado. Fue uno de los días más raros de mi vida”.

Green, que va a salir como un auténtico toro, va a tener que multiplicar sus credenciales ante la falta de Andrew Bogut en la pintura. Las ganas que vaya a ponerle tras su reclusión deberán ser controladas para no pagar un exceso de revoluciones, algo que a Steve Kerr le preocupa.

“Él sabe que si le dan otra flagrante, se pierde el Game 7. Está advertido. Creo que ya se siente lo suficientemente mal por haberse perdido el Game 5. No va a ponerse en el riesgo de perderse otro partido”, añadió Kerr.

Medicina Splash

Si en la anterior previa destacábamos que todos los focos iban a estar sobre LeBron y su capacidad para superar la adversidad planteada en Oakland, ahora esos mismos tiros de cámara tendrán como víctimas a Klay Thompson y Stephen Curry.

Los Warriors van a necesitar la mejor versión de ambos, algo que a veces suele camuflarse con la aparición de “secundarios” como Shaun Livingston, Andre Iguodala o Harrison Barnes, pero que esta vez no va a poder obviarse si los Warriors quieren llevarse el gato al agua. Siempre con la nutrida motivación de ganar un anillo en casa de tu rival; algo que siempre extra motiva a cualquier deportista.

A Curry se le vio especialmente descontento con su rendimiento en el Game 5, dejando muy claro que está en su debe elevar sus números si quieren plantar cara a Irving y LeBron, de quienes espera que mantengan el ritmo mostrado.

“Cuando tienes a dos tipos jugando de esa manera, es obvio que no van a parar de anotar”, comentó Curry. “Pero [para detenerles] hay que emplearse más en defensa, mejorar en ataque y ser persistentes en nuestro sistema”.

Lo dicho. Unas pocas horas para ver qué camino acaba tomando la serie en esta nueva batalla: o tenemos el mismo campeón por segunda vez consecutiva, o nos enfrentamos a un séptimo partido no apto para cardíacos. Tic, tac.


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