Donovan Mitchell no iba a presentarse ni al Draft 2017

Solo en el menguante mes de diciembre, ha podido dejar actuaciones de 41, 32, 31, 29 o 26 puntos. Y según lo que él mismo había planeado en su guión existencial no tendría ni que estar jugando en la NBA en estos momentos. Al menos todavía. Donovan Mitchell es una de las grandes sensaciones de la temporada entre jugadores debutantes, de hecho podría tener derecho a pelear el Novato del Año con Ben Simmons, Kyle Kuzma y Jayson Tatum a este paso. Pero antes de junio ni si quiera confiaba en sus posibilidades para presentarse al Draft 2017.

Para empezar, llegada la primavera y con Mitchell siendo un buen jugador en la universidad de Lousville pero tampoco para hacer volar cohetes (15,6 puntos de promedio), el guard se tuvo que pagar él mismo su viaje y gastos al campus de Thousand Oaks (California), donde mediría su talla baloncestística con las principales promesas que sí se iban a presentar al Draft el pasado verano. Se trataba de un campus previo a la ceremonia del Draft y muchos talentos y ojeadores iban a darse cita allí. Él tenía pensado seguir un tercer año en la universidad pero acudió para poder tomarse la temperatura real frente a los grandes talentos universitarios del país, quienes sí pensaban dar el salto. Con ese viaje también podía mantener activa su candidatura al Draft 2017, aunque su intención, insistimos, era la de no presentarse; solo que su nombre empezase a hacer correr la tinta.

«Cuando abandoné la universidad, mi habitación todavía estaba llena de cosas. Nunca hice maletas. Iba a volver para un tercer año, al cien por cien iba a volver», pudo relatar Donovan Mitchell y se hizo eco ESPN en un reportaje publicado recientemente. Mantenía su eligibilidad para el Draft pero pensaba regresar y cumplir su año junior en la educación superior.

Aparición de Paul y George

No se veía preparado. Mitchell no confiaba en sus posibilidades para un salto inmediato a la NBA. De hecho, ni hacía caso a los cantos de sirena de algunos agentes, que le aseguraban que ya tenía nivel para pasar al profesionalismo. Nada parecía hacer cambiar de opinión al escéptico Mitchell… hasta que Paul George y Chris Paul se cruzaron en su camino.

En el campus de Thousan Oaks —ya terminada su campaña NBA— estuvieron presentes ambas estrellas, entre otros jugadores NBA, e hicieron cambiar radicalmente de opinión a Mitchell. Le aseguraron que ya era capaz de investirse en la mejor liga del mundo; el joven escolta, desconfiado, no había hecho caso a los agentes que le habían aconsejado presentarse al Draft cuanto antes, pero era diferente escuchar tal mensaje de interlocutores que ya ejercían como estrellas en sus equipos.

Entre George, Paul y demás consejeros de élite hicieron derribaron la cerrazón de Mitchell, que se presentó al Draft y salió elegido en la posición número 13. Los Utah Jazz iban fuerte por él, pues habían adquirido ese lugar caliente de selección en un traspaso (con Denver) a cambio de Trey Lyles —pick 12 en el año 2015— y de su actual elección 24, que acabaría siendo Tyler Lyndon (ha jugado dos minutos hasta ahora). Mano ganadora a todas las veces.

Y de ahí, del Draft, Mitchell ha pasado a anotar más que ningún otro novato esta temporada (17,9 puntos y 43,5 por ciento en tiros de campo) y haberse convertido en la gran esperanza de Utah Jazz, necesitado de héroes tras la marcha de Gordon Hayward el pasado verano.


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