La derrota sufrida en el tercer partido ante Boston Celtics ha situado a los Golden State Warriors al borde del precipicio de las Finales de la NBA. A pesar de solo haber sido superados por un total de nueve puntos, los de la Bahía han sufrido para hacer frente a los de Ime Udoka en ambos lados de la cancha, mostrando una imagen distante de aquella que dominó la liga hasta no hace tanto.
Los tremendos terceros cuartos de los Warriors han resultado insuficientes para poder situarse por delante en la eliminatoria. Ahora, el Game 4 emerge casi como un match-ball: una derrota supondría un 1-3 en contra prácticamente inabordable. Así, Steve Kerr está obligado a realizar una serie de ajustes que les permita asaltar el TD Garden y devolver la igualdad a la serie.
A continuación, enumeramos algunas de las claves que pueden decantar el cuarto partido hacia uno u otro lado.
Las dos caras de las segundas mitades
A nadie coge por sorpresa que el mejor momento de los Golden State Warriors en estas Finales haya coincidido con su habitual empuje tras el descanso. Un tercer cuarto en el que, como marca la tradición reciente, los de Steve Kerr han salido en tromba, barriendo de la pista a su rival. Y los Celtics no han sido inmunes a ello. Así ha sido el parcial en dicho periodo en los tres primeros partidos de la eliminatoria.
- Game 1: GSW 38 – 24 BOS
- Game 2: GSW 35 – 14 BOS
- Game 3: GSW 33 – 25 BOS
Así, los Warriors se han impuesto a su rival por un global de 106 – 63. Una diferencia de 43 puntos que devuelve una diferencia en Net Rating estratosférica: hasta 60,6 puntos más por cada cien posesiones que Boston. No solo han sido capaces de generar anotación fluida a un alto nivel, sino que su férrea defensa ha limitado la ofensiva rival a solo 21 puntos de promedio.