Parece pura fórmula matemática: cuantas más asistencias, véase pases que preceden inmediatamente a una canasta, más y mejor ganan los Golden State Warriors. Y en la temporada 2017-18 están empezando a coger velocidad de crucero y a establecer una marca que iguale sus mejores años en tal estadística.
Como acordaron por costumbre en los últimos tres ejercicios, los Warriors son el equipo que más pases de canasta da en toda la liga. 30,2 este curso, muy por encima de sus perseguidores en la clasificación que son 76ers (26,5) y Pelicans (26). Nadie hace sombra a Golden State en asistencias, el verdadero termómetro que dicta si el equipo de Steve Kerr ha desplegado correctamente su apisonadora o ha habido más rebelión rival que otra cosa.
Por más calidad individual que puedan exponer, los Warriors son un conjunto que juega unido. Los lucimientos siempre delimitados y al servicio del bien común. Buena muestra de ello es la rebaja de puntos por partido y tiros que desde la llegada de Kevin Durant han experimentado todos los miembros importantes del equipo (Curry, de 30 tantos a 25 por noche). Si algo caracteriza a Golden State es la circulación de balón y los puntos tras asistencia.
Y es que, insistimos, el volumen de pases es crucial en Oakland. En todas sus derrotas esta temporada (cuatro hasta la fecha) menos en el partido inaugural ante Houston, su nivel de asistencias fue inferior a 30. Por lo general, si no llegan a 30 asistencias, mal asunto y posible derrota. Y si lo hacen, la victoria está prácticamente asegurada. Solo alcanzaron las tres decenas y no abrazaron el triunfo en el citado partido ante los Rockets (34). Luego, también se han dado casos de encuentros –cuatro– en los que no llegaron a 30 asistencias y ganaron. Eso encuentra explicación en que muchos días, simplemente, no les hace falta alcanzar un gran nivel colectivo para ganar. Basta con el talento diferenciado que cada uno pueda sugerir.
Otras temporadas
No es algo nuevo eso de reinar a partir de la colectivización. En la campaña 2016-17 los Warriors también lideraron la competición en pases de canasta (30,4), al igual que en la 2015-16 (28,9) y la 2014-15 (27,4). Dígase de otra forma, desde que Steve Kerr está en el banquillo, el equipo de la Bahía no pierde una sola corona de asistencias por partido. Y esta temporada está muy cerca –0,2 por debajo– de su mejor registro, emitido el pasado curso.
De ese modo, la abundancia de pases continuados con canasta es el mejor termómetro de estos Warriors, que son el mejor ataque de la liga por partido y también por cada cien posesiones.
Como titula este artículo, el equipo de Durant, Stephen Curry y compañía está cerca de superar su propio récord. El de asistencias. Y eso con la sensación de que solo están calentando. Ni cerca de su mejor nivel todavía.